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Reproducción controlada - por José Torma
Web: http://www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com
Las sombras cubren las paredes desnudas de su departamento. Oficialmente tenía edad de reproducción, veinticinco años. El autómata de pie frente a su cama, lo ha pedido rubio y musculado. Una fantasía estúpida, lo sabe, pero no se ha podido resistir. Lo observa a través del plástico que lo cubre. Sus facciones son lindas y su cuerpo es perfecto. Se levanta y lo descubre, lo examina de cerca. No está activado, el control en la mesa, junto al grueso folleto de instrucciones.
1.- Descubrir el modelo y comprobar número de serie con el de su orden.
2.- Revisar el reporte genético y de ADN del semen.
3.- Variaciones de hasta 3 % son perfectamente aceptables.
4.- Revisar que el espécimen este cargado al 100 %. Omitir este paso puede resultar en resultados no óptimos.
5.- Un mínimo de tres interacciones es necesario para incrementar la posibilidad de éxito.
Y así continuaba el listado que eliminaba la humanidad de la concepción. La tierra no podía permitirse la lotería genética. Todas las aspirantes eran revisadas minuciosamente y solo entonces, al llegar a la edad, se les proporcionaba un “Procreador”.
Con un suspiro decide que no le gusta, tenerlo ahí solo refuerza su convicción de seguir adelante con el plan.
Las hembras (término legal desde el cincuenta) que no cumplían los requisitos mínimos pasaban por un proceso de esterilización por el que eran remuneradas substancialmente. El sonido del timbre la asusta, llega temprano. Cerrando su bata de seda abre. Jacques está ahí, con su hermosa sonrisa.
—¿Ha llegado?
—Lo han traído esta mañana.
Curioso se acerca a inspeccionarlo, pasa su mano por un brazo y sonríe al ver el contraste entre el color oscuro de su piel y la blancura de la piel artificial.
—¡Rubio! —exclama sorprendido—. ¿Sabes qué pasará cuando el bebé nazca y no tenga las características genéticas predeterminadas?
—Lo sé y no me importa. Ambos estamos sanos, yo quiero un hijo tuyo, no de una granja de semen. La sola noción me asquea.
Coqueta y lentamente, lo acerca mientras le quita el cinturón.
—Dime que no quieres hacerlo —le dice con voz melosa al oído—. Un bebé que sea nuestro.
Ambos sucumben al deseo y la consumación de su amor es presenciada por el robot. En medio de la batalla, Jacques tira el control de la mesa y una luz se enciende en los ojos del autómata. La grabación da inicio.
Acurrucados en la cama, bajo la mirada vacía de su guardián, Marie le dice:
—¿Sabes que tengo que hacerlo, verdad?
—Sí, solo que no me pidas que sea testigo.
—No podría hacerlo contigo en la misma habitación.
Se duchan.
Una vez sola, Marie recoge el control del piso y enciende la unidad. Una serie de pitidos y un zumbido leve le indican que está iniciando operaciones. La “piel” adquiere un tono rosáceo.
—Indicar modo —dice con voz metálica.
Ella toma el instructivo y decide que sea un encuentro en silencio; no sabe si podría resistir el modo romántico. Se quita la bata y se recuesta en la cama, que aún mantiene el calor de su encuentro previo.
—Modo en silencio.
Sin mediar otra palabra, el androide se inclina sobre su cuerpo.
*****
En la unidad de mantenimiento se enciende una alarma en la pantalla.
—Tenemos una anomalía en el espécimen T-914, un falso inicio.
—Revise el reporte de operación.
—Se accionó la cámara, tal vez de manera accidental. Después el funcionamiento es normal.
—¿Tenemos el video?
—Lo estoy subiendo al servidor.
—¿Prioridad?
—Amarilla, seguro fue un pequeño error.
*****
Jacques y Marie esperan la llamada del doctor, el embarazo progresa de manera favorable y pronto estará lista para dar a luz. Saben que es una imprudencia que Jacques este ahí. Ambos saben lo que pasará cuando nazca el bebé.
«Marie St. Jermaine, favor de pasar a las oficinas generales».
Se pone de pie y sigue las instrucciones, sabe que algo no está bien, ¿algo malo con su bebé? Los exámenes no habían revelado nada extraño, sin embargo, su mente piensa en la posibilidad.
Se sorprende al ver a dos policías en la entrada de la oficina. Una nerviosa recepcionista le toma el nombre y la pasa.
—¿Señorita St. Jermaine? Tome asiento, por favor.
Un policía apaga las luces y un monitor se enciende. Un grito escapa de su garganta al ver el video.
—Marie St. Jermaine, se le acusa de violación del Tratado de Reproducción. Se ordena la terminación inmediata de su embarazo…
Ya no escucha más.
Hola Jose: La verdad es que tu mundo distópico está muy bien definido. Me encanta tu relato y la historia engancha.
El final perfecto y terrible. Yo no lo habría hecho mejor.
Felicidades!
Un abrazo.
Un relato curioso. Me he están gustado las distopías que estoy encontrado. Un saludo.
Hola compadre José, que quieres que te diga, lo tuyo en esta ocasión es una muestra de genialidad. En ella, das a conocer la posibilidad de una época futura, en que los preceptos biológicos de procreación mandaran por sobre la elección de los enamorados.
Aquí veo la acción de una autoridad que en lugar de actuar en el momento en que se comete el crimen de comerse el “lonche” antes del recreo se esperan hasta que las investigaciones demuestren la culpabilidad para luego ser enérgicas en sus penalidades. Sistema de justicia avecinada.
Te felicito, vaya imaginación de musas que tienes.
Hola José!
Te dejé un mensaje en tu blog, que me asaltó primero en mi ordenador. En el marco del taller me permito agregarte: tenés una repetición de resultar-resultados en: “Omitir este paso puede resultar en resultados no óptimos.”
Por lo demás, ya te dije: no es fácil innovar en este terreno, y la pregunta es qué historia transcurre en ese mundo de androides, robots, y control estatal de la población. Lo has pergeñado de modo estupendo y tus lectores lo disfrutamos de punta a punta, felicitaciones!
Enhorabuena, José. Me ha encantado tu relato, en el que narras con las palabras justas un mundo distópico del que, desafortunadamente, no estamos tan lejos. Fíjate si no en esa “moda” de los llamados vientres de alquiler. Espero que el relato se quede en eso, en la ficción, y no lleguemos a ver un mundo como ese.
Saludos desde Pucela.
¡Estupendo relato!
Hola José!
Qué buen relato que nos ha traído. No sé si llegaremos a ver esto en el futuro, pero todo es posible. Lo has hecho tan verosímil que hasta da miedo.
Marcelo ya te dijo el error que yo también vi al leer.
Felicitaciones.
Estoy en el 131 por si quieres pasarte a comentar el mío.
Saludos.
Hola, José.
Si he de serte sincera llevo pocos relatos leídos (¡siempre la falta de tiempo!), pero puedo decirte que es el que más me gusta por ahora.
Está contado con mucha naturalidad, el lenguaje es sencillo y los diálogos transcurren fluidos. Sin necesidad de ninguna descripción, me meto de lleno en la escena, participo de ella, es muy creíble. Pero…
Solo me asalta una duda. Entiendo que en una sociedad tan avanzada como la que nos planteas, hubiese resultado más acertado que hubiesen descubierto la “trampa” mucho antes, en cualquier análisis rutinario en el seguimiento del embarazo. Porque supongo que, aunque las concepciones libres no están permitidas, sí lo estarán las relaciones sexuales sin ánimo de procrear. El simple hecho de que el androide gravara la escena de los amantes no verifica que el embarazo sea ilegal, que se produjese en ese momento por la razón que te he dicho antes. ¿O me equivoco y también estaban prohibidas las relaciones sexuales entre humanos?
Un saludo.
Nos leemos
Hola José Torma
Que triste tu mundo distópico 🙁
Esta bien relatado, el ritmo, buena escritura, me ha enganchado.
Mi relato también trata de como se tendrán hijos en el futuro, por si deseas leerlo, agradezco todos los comentarios, aún estoy aprendiendo, llevo poco tiempo escribiendo.
Es el #72 Ciconia distopica https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-44/7926
Saludos
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Hola, José:
Entro para decierte que me ha encantado tu relato.
La ambientación y el planteamiento me parecen fantásticos.
Sí que me surge la misma duda que a Earendil sobre si las relaciones sexuales sin ánimo de procreación están prohibidas. Deduzco que sí, por el final, pero no hubiera estado mal dejar alguna miguita más antes. Igual es que yo no la he captado.
Saludos,
Alycia
Hola José.
Me ha gustado muchísimo tu relato distópico. Lo único que hubiese cambiado es el robot: ya que buscaban un bebé propio, lo hubiese pedido con las características de Jaques, para disminuir riesgos.
De todos modos, es tu relato.
Muy bien escrito. Felicitaciones.
Hasta la próxima escena
Impactante el relato, te mantiene en suspenso hasta el final. Si quieres leer el mío, es el 66. Abrazo Susylg
Saludos Jose:
Muy interesante el concepto que has buscado para tu distopia. Y no muy lejano tales acontecimiento, ya que existen esos “loverobots”, aunque no creo que sean accesibles a cualquiera.
En realidad el final me lo vi venir, y estaba cruzando dedos que pasaran los nueve meses y naciera un nenito rubio…, una paradoja, pero te fuiste por lo clasico.
No resta a que me ha gustado, no le he buscado pegas porque estoy leyendo como simple lectora, disfrutando de lo que se me da tal cual.
Disculpa las faltas de ortografia, estoy en un teclado americano que no tiene tildes, no me funcionan las combinaciones con el Alt+, y es una laptop de la que no estoy familiarizada… (las teclas estan en otros lados!!!)
un placer leerte como siempre, Nos leemos!
Precisamente hoy escuchaba la noticia, de un doctor ya fallecido, al que se le acusaba de ser el padre biológico de 18 niños, y se sospechaba de otros 25 casos. El buen señor se dedicaba de lleno en su clínica de reproducción in vitro, mezclando semen de diferentes padres para estimular los embarazos, lo que es una práctica prohibida, así habían salido fecundadas 6000 mujeres con 10.000 bebés, finalizando el locutor la noticia con el silencio de la víuda del susodicho doctor.
Como ves querido tocayo no está tan lejos tu autómata, de hecho ya lo profetizó Sir Aldous Huxley.
Un abrazo, compañero.
Hola José Torma:
Permíteme darle un enfoque diferente, con un toque de humor, a tu relato ya que otros compañeros lo han hecho más sesudamente.
Tu relato me ha parecido imaginativo y hasta “simpático” si no fuera por el final. Me imaginaba al robot echando humo por el “pene” mientras se tragaba toda “la escena” sin poder intervenir. No me extraña que grabara “la faena” solo para “joder” a la pareja, al margen de toda la programación informática y genética que tuviera el androide entre sus venas (cables).
En resumen, bueno y entretenido relato.
Felicidades.
Gracias a todos los que se pasaron por aquí, espero pronto corresponder a su cortesía.
Saludos a todos.
Un par de precisiones. El robot no tiene relevancia, ya que graba la indiscreción y nomas. Mi idea era mostrar un poco que aun una sociedad tan avanzada, la burocracia limita la efectividad y al archivar el caso como un fallo, no permite que el gobierno se entere que esa concepción no era autorizada.
Las relaciones sexuales, con fines reproductivos están prohibidas, por eso se pasa por la esterilización “voluntaria”.
¿Por qué no pidió un androide negro? Anarquía, que un sistema tan elaborado fallara de esa manera, sería un golpe maestro.
Esto de las distopias fue divertido, pero no es lo mío, agradezco que se hayan tomado un tiempo para leer y opinar.
Siento que estoy llegando al final de un ciclo muy importante en mi vida, que es Literautas. Aún no me decido bien, pero traigo en la mente la idea de que hay que dejar el espacio para la gente nueva, que se beneficie tanto o más de lo que lo hice yo. Ya les comentaré mi decisión.
Saludos