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Beatriz - por Tavi oyarce

─¡Papá, no insistas, Beatriz es la mujer que amo! ─grita Marcos mientras camina hacia el garaje─. Catalina es una buena amiga. No seas majadero ─continuó bajando la voz.
Sin escuchar mis argumentos Marcos sube a su camioneta, baja zigzagueando la colina y se pierde en la espesura verde del llano. Me quedo unos segundos observando el valle poblado de hualos y arrayanes como si ellos despojaran el amargo sabor de sus palabras.
Desde que Marcos dejó abierta sus intenciones, convivimos en constantes discusión.
Beatriz es una buena mujer. Lo sé. Corrige nuestras imperfecciones. Transforma lo inalcanzable en accesible. Es cosa de compartir con ella. Cuando viene a visitarnos la monotonía en que vivimos se repliega. Las cosas triviales se iluminan. Me agrada verla trajinar por aquí por allá organizando el decrépito desorden de dos hombres solitarios. A veces me cuestiono el dolor que le infiero; pero no tengo más alternativa que oponerme a esa relación.
No ha sido fácil para Beatriz sobrellevar mi actitud discursiva, ni el carácter anodino de su padre. El hombre, desde aquel estúpido accidente en que perdió a su mujer, se volvió introvertido; y a la muchacha le ha sido imposible sustraerlo de su reclusión.
Recuerdo el día que Marcos abrió sus sentimientos, tenía a Beatriz tomada de la mano. La expresión de mi rostro debió ser terrible. La muchacha simuló su contrariedad. A pesar de la desilusión, me levanté del sillón y fui hacia ella como en un juego de mentiras:
─¡Te felicito! ─dije aunque tenía deseos de gritar. Después, besé su mejilla como el apóstol.
Ahora mientras espero a mi hijo, llueve. No termino de encender la chimenea cuando suena el teléfono, es Beatriz. Me comunica que Marcos se quedará con ellos, teme que el temporal deje intransitables los caminos. La noticia no me permite dormir y me quedo observando el bullicioso crepitar de las brasas. Pienso en Catalina. Sé que está enamorada de Marcos, hubiera sido una aliada perfecta para mí, pero la obstinación de mi hijo es sin límites.
Hoy por fin ha dejado de llover. Pronto regresará Marcos y estoy decidido a que me escuche de una vez; sin embargo, es el jeep de Beatriz el que diviso remontar la colina. «Algo debe haber sucedido para que venga sin avisar». La necesidad de fumar me viene como un acto reflejo. Ya de cerca percibo sus intenciones.
─Hola, don Antonio. ¿Qué hace fuera de casa?
─Tengo deseos de fumar ─Es lo único que se me ocurre decir.
El sol baja hasta la seda de su blusa y la embellece.
─Fume, don Antonio.
─No tengo cigarrillos, Beatriz, Marcos tiene prohibido fumar en casa.
Ella advierte mi excitación y me propone que bajemos al pueblo.
Nos dirigimos al jeep y comenzamos a dejar atrás la colina. Algunos goterones entrampados como cristales, permanecen aún en las hojas de los hualos. Cuando toma una curva pronunciada, sin perder el control del vehículo: decide hablar.
─Don Antonio ─dice como si no quisiera herirme─. Yo amo a Marcos, ¿por qué se niega a nuestra relación? ─Su voz es casi un ruego.
Sin saber dónde ubicar mis manos ─en un acto imprudente─, bajo el vidrio del jeep. El frío se cuela en la cabina. El hecho de revelar mis sentimientos me hace actuar como un necio.
─Busca una cafetería ─digo.
Ella no dice nada, solo obedece. Detiene el vehículo y estaciona en uno de los tantos boliches enclavados a orilla de camino.
─Café para mí y leche para ella ─ordeno a la mesonera.
Nos sentamos muy juntos. Me asombro de su mano menuda, del contorno de sus facciones. Es toda una mujer, me digo. Tengo miedo de perderla.
La claridad inquisidora de sus ojos, me descontrola. Uno a uno tuerce los dedos de sus manos. En sus ojos quietos hay incertidumbre. Yo hubiera deseado otra forma de enfrentar lo inesperado, pero no tengo otra salida.
Pienso en mi hijo. No ha sido fácil nuestra relación; y ahora, que el pasado toca a mi puerta, su odio será la sombra de mi conciencia.
Finalmente, como si llegara la hora de poner fin a mis desvelos, dejo que las palabras fluyan sin intentar detenerlas:
─…¡Eres mi hija, Beatriz!… ─digo, y me quedo esperando su rebeldía.

Comentarios (11):

ADELA CASTAÑON

17/05/2017 a las 18:27

Hola, Tavi:
Tu relato tiene un final sorprendente y me ha gustado mucho después de leerlo por segunda vez, porque la primera vez me hice un buen lío ya que nada más comenzar escribes esto:
“─¡Papá, no insistas, Beatriz es la mujer que amo! ─grita Marcos mientras camina hacia el garaje─. Catalina es una buena amiga. No seas majadero ─continuó bajando la voz.”
Al escribirlo todo en el mismo párrafo, interpreté que lo de “No seas majadero” lo seguía diciendo Marcos, y claro está, seguí leyendo sin enterarme de nada. Creo que deberías ponerlo así:
─¡Papá, no insistas, Beatriz es la mujer que amo! ─grita Marcos mientras camina hacia el garaje─. Catalina es una buena amiga.
─No seas majadero ─continuó bajando la voz”.
Y, si lo de “no seas majadero” lo dice el narrador, que es el padre de Beatriz y de Marcos, entonces la tilde crea confusión, porque si dices “continuó”, te refieres a otra persona (en este caso parecería que es Marcos quien “continuo” hablando), mientras que si es el narrador, debería decirlo en primera persona, es decir “Continúo”. Te copio aquí una nota sobre el tema:
Continuo: el adjetivo continuo se escribe sin tilde por ser palabra llana terminada en vocal. Sí que llevan acento ortográfico las formas verbales de presente y pasado (yo) continúo, y (ella) continuó.
El resto del relato está fantástico, pero me he explayado con el comentario porque el comienzo, si crea confusión, hace que el resto de la lectura sea difícil.
Y enhorabuena, repito, por ese sorpresivo final que me deja con la lagrimita colgando. ¡Qué pena! A veces el destino es cruel…
Felicidades y un saludo cordial.
Adela Castañón (tu vecina de arriba)

Tavi oyarce

18/05/2017 a las 14:47

Gracias Adela por tu comentario.

Quisiera aclararte eso sí que existen las palabras:
Continuo- continuó- y continúo
El siguiente link lo aclara todo
http://www.como-se-escribe.com/continuo-o-continuo/
Pronto leeré tu trabajo
saludos

Maria Jesús

18/05/2017 a las 18:29

Hola Tavi: Excelente relato, me ha tenido enganchada hasta el final, en el que casi en el último momento he intuido lo que el padre iba a decir. El tema está muy bien tratado, y la intriga sobre las objeciones del padre hacia los sentimientos de Marcos se mantiene viva todo el rato. Solo hay una frase que me ha parecido chirriante “La obstinación de mi hijo es sin límites”, suena raro, yo hubiera puesto “es ilimitada”, por ejemplo, por lo demás el relato está muy bien. Un saludo.

amparo rouanet moscardó

18/05/2017 a las 21:44

Hola Tavi, un bello relato con un giro final inesperado.Felicitaciones.

Yoli L

18/05/2017 a las 22:48

Hola Tavi

Tu relato es interesante y muy triste.

Sobre la forma es poco lo que te puedo aportar, aún estoy aprendiendo por lo que me interesan todos los comentarios que me puedan aportar.

Por si quieres visitar el mío #72 Ciconia distopica https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-44/7926

Saludos
.•:::•
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`•..•´’`•.¸.•´’`•..•´

Juana Medina

19/05/2017 a las 00:40

Hola Tavi,
Creo que esos signos extraños representan un mensaje que intenté enviarte más temprano, pero se cortó la conexión a la REd.
Al leer tu relato tuve la impresión de que la idea fue puesta sin trabajar. No me refiero al lenguaje que está muy bien, ni al ritmo, que es bueno. Me refiero a la idea misma. Tal como la has encarado, me resultó algo trillado y muy visto en series de televisión. Por otra parte, creo que dentro de esa idea hay un gran potencial hasta para una novela distópica, reto al que no te atreviste.
Si lo pensamos, ya hoy a muchos niños de probeta, muchos donantes de esperma y de óvulos, muchos hombres que tienen relaciones breves o largas con una mujer pero que se alejan por XXX motivos sin dejar rastros; y hay mujeres que así embarazadas deciden tener su hijo y criarlo solas. De esto resulta posible que en no mucho tiempo tengamos que recurrir todos a los bancos de datos genéticos para comprobar si no nos estamos uniendo a un hermano y corriendo el riesgo de tener hijos con alguna discapacidad por la suma de debilidades genéticas. Es interesantísimo trabajar el cambio que eso significa para el mundo en todos los órdenes.
Tendrías un relato estupendo, ya fuera cuento o novela.
Ojalá te sirva el comentario.
Un abrazo

ANGEL CLIMENT

20/05/2017 a las 11:32

Hola Tavi,
Me encanto tu relato, bien llevado y final con sorpresa, lo lei con interes hasta el final.

Ratopin Johnson

21/05/2017 a las 15:37

Hola Tavi,

Me ha gustado mucho el relato. El narrador es muy potente, el padre, va dibujando sus pensamientos, cómo se siente respecto a la relación. Lo vas describiendo my bien.La resolución, la verdad que no me la esperaba, tal como trascurría la historia ( a lo mejore pretendías esto), me parecía que el padre estaba enamorado de Beatriz. Y el final me ha gustado un poco menos, quizá más que el “qué”, el “cómo” se ha desvelado.
Por otro lado, hay frases estupendas que me han encantado como:
“Beatriz es una buena mujer. Lo sé. Corrige nuestras imperfecciones. Transforma lo inalcanzable en accesible…” “Cuando viene a visitarnos la monotonía en que vivimos se repliega. Las cosas triviales se iluminan. Me agrada verla trajinar por aquí por allá organizando el decrépito desorden de dos hombres solitarios”.
Un detalle. Se te ha colado un cambio de tiempo al principio:
“No seas majadero ─continuó bajando la voz.”. Entiendo que debía ser “continua”.
Saludos, muy bueno

Carolina Tribó

21/05/2017 a las 18:18

Hola Tavi,

Muchas gracias por tus sugerencias y correcciones, tomaré notas de ellas.

En cuanto al tuyo, me ha costado un poco adivinar quien era el narrador, lo descubrí casi al final. La historia está bien escrita, creas tensión cuando es necesario y el final poco esperado.

Buen trabajo.

Espero seguir leyéndote.

Un saludo!!

K. Marce

25/05/2017 a las 19:20

Saludos Tavi:

Gracias por leer y comentar mi texto del mes.

Ya te han comentado algunos detalles en el aspecto formal, creo que al arrancar con un diálogo llano, se pudo desprender alguna confusión entre lo dicho y lo narrado. Así que concuerdo con las observaciones que te ha hecho Adela.

Debo decir que hay frases muy buenas, no sólo por la redacción (te las mencionó Ratopin), sino por la historia “background” de esas frases. Muy mostrar y menos contar. Así que es un acierto.
Me ha ocurrido lo mismo que a Ratopin, pensando que la oposición del padre es por una admiración/enfatuasión por Beatriz por su parte. Y pensé también que es un tópico arriesgado porque su uso ha sido muy explotado; y nos has lanzado que son padre e hija. Mis cejas se juntaron y hubiera pensando “WTF!!!” (pero no digo malas palabras).
Y es ahí en donde cae el relato como inverósimil para mí. Creo que sin importar las razones de cómo Beatriz fue engendrada, es mucho más importante que Marcos y ella son hermanos. Simplemente el padre hubiera dado el grito al cielo desde que Marco se le propuso a Beatriz (nunca le hubiera dado un beso hipócrita). No hubiera dejado avanzar la relación y los sentimientos en ninguno de ellos dos. La sola idea de un beso entre ellos para un padre debería de ser atróz…
No sé si me explico. Que guarde el secreto por tanto tiempo, buscara meterle por los ojos a otra chica a su hijo y “aceptara” diplomaticamente una relación que interiormente sabe que debe terminar si o si, no me convence.

Todo ha sido escrito muy bien, la secuencia de información, las emociones expresadas, los temores, todo. Pero al igual que Juana, creo que le faltó analizar un poco más sobre la trama. Para eso hay que ponerse en los zapatos de los personajes. Para mí en este caso, el único que parece tener la razón es Marcos, que sin una justificación, nunca comprenderá el “capricho” del padre de no aceptar a su novia perfecta.

Como dije, todo me gustó… menos ese bucle final. Disculpas por la honestidad.
Nos seguiremos leyendo.

Kathleen

01/06/2017 a las 12:23

Hola Tavi oyarce.
Me ha gustado tu relato y el final no me lo esperaba para nada. Es un relato sencillo, fácil de leer y que te anima a seguir.
Un saludo

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