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EDREDÓN - por Gisela Lupiañez
EDREDÓN
El hombre sueña. El sol calienta su cuerpo, el viento juega entre sus alas. Muy lejos, allá abajo, ve pasar los bosques infinitos que nunca amarillean, las cimas de las montañas pintadas por las primeras nieves. Vuela repartido en un millar de cuerpos tibios, blancos y estilizados. La superficie espejada de los lagos le devuelve su reflejo, el de una bandada de gansos que se dirigen gozosos a su nuevo hogar, sin saber que nunca llegarán.
El hombre sueña, en las frías noches de invierno, arropado con nuestras plumas robadas. Cuando recordamos como era la vida, antes de que las trampas y la muerte nos convirtieran en lo que somos somos ahora, él sueña.
Buen relato Gisela, muy visual y reflexivo, lo he disfrutado.
No he encontrado faltas ortográficas ni gramaticales; bueno, en la tercera línea del segundo párrafo hay dos “somos” pero no creo que eso lo hayas hecho adrede 😀
Aunque parezca un poco extraño me ha recordado a “ciudad sin sueño” de Federico García Lorca; tal vez por la anáfora.
El final me ha desconcertado, eran avionetas al principio, ¿no? Pero después habla un ave en tercera persona, ¿o es otra metáfora?
Hola Gisela. Me ha gustado tu relato. Expresas mucho en pocas palabras. Cómo vivimos cómodamente a expensas del sufrimiento de otros.
La última frase no la entiendo. Parece que es un recuerdo de los gansos antes de que el hombre los cazara, pero también parece que el hombre ya está soñando antes de que los gansos fueran cazados. No sé, no lo entiendo.
Aun así me ha gustado mucho, también me ha llegado la sensación de estar en un sueño, lo has transmitido muy bien.
Enhorabuena. Nos seguimos leyendo.
Un abrazo.
Hola Gisela,
Estupendo relato. Muy atractivo, evocador y con buen ritmo.
Enhorabuena.
Santiago
Hola Gisela:
Bonita historia, narrada con un toque poético, donde denuncias el maltrato animal.
Creo que eres nueva en esta página, o al menos yo nunca te había leído. Me ha llamado la atención tu apellido Lupiañez.
El segundo apellido mío, por deformación del escribano (de esto hace ya bastante tiempo) es Lupianes.
En un pueblo cercano a la ciudad de Málaga, el apellido Lupiañez es muy común.
Felicidades y que pases un buen verano.
Hola Gisela.
Me ha gustado, de veras, y te pregunto: ¿Quizás eres poetisa? Porque me ha parecido un verdadero poema, muy interior, y me da la impresión de que te ha salido de muy adentro de tu ser.
En la frase “…recordamos como era la vida, antes…”, ese como lleva acento.
Por lo demás, CHAPEAU…
Hola a todos, y gracias por sus críticas y comentarios.
Mónica Pérez Sánchez, me alegro que te haya gustado. Desde el principio era una bandada de gansos, pero revisaré a ver donde puede ser que se entienda que eran avionetas.
Elisa, qué bueno que captaste ese aire onírico, era el que estaba buscando. Puede ser que haya una confusión en lo temporal, pero el hombre sueña luego de haber cazado los gansos, con los sueños de los mismos gansos muertos. Es tipo realismo mágico.
Santi Leonard, Gracias!
Vespasiano, he publicado un par de veces en esta plataforma, de hecho uno de mis cuentos, “Detrás del Dragón, todos los demás” está en el libro de recopilaciones del año pasado.
Soy argentina, de Mendoza, y acá mi apellido es muy poco común. Tengo que deletrearlo cada vez que hago un trámite! jajaj. Creo que mis bisabuelos eran oriundos de Granada, tendré que averiguar.
MOT, efectivamente además de narrativa escribo poesía, aunque lo de la poesía es un poco más subjetivo y personal, no tanto para mostrar. Gracias por tu corrección ortográfica, tenía dudas acerca de esa acentuación.
Saludos!
Muy bueno tu micro Gisela. Emana poesía. Una sutil denuncia y una llamada de atención al hombre.
Me dan tristeza los gansos cuyas plumas servirán para que el hombre sueñe.
Felicitaciones. Un abrazo.
Hola Gisela.
Me ha gustado mucho tu micro, con la vuelta que le das con los gansos que siguen en las plumas del edredón.
Bienvenida de nuevo si has pasado una temporada alejada.