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N°2437 - por Bellaan (SC)

Web: http://rainboowsu.blogspot.cl/

Era más que un simple robot. Su visión del mundo era un poco más profunda que la de sus compañeros y esto se reflejaba en las actividades que realizaba cada día.
Cada mañana, a las 7:13 horas en punto, se desconectaba de la fuente de energía y leía una frase de un libro al azar que tomaba de su estantería; para luego ir a pasear pensando en aquella frase. Al hacer esto, cada día conocía nuevos lugares y nuevas maravillas. Mas aquel día en que se encontró con la frase “Si alguien ama a una flor de la que solo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, le basta con mirarla para sentirse dichoso”, del libro “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry, no lograba absorber completamente el sentido de la oración ya que, en aquella era, el año 7084, las flores se creían extintas, al nivel de nunca haber visto una en su modo natural.
Con esa sensación de incomprensión el robot N°2437 salió a recorrer la urbe que habitaba. Esta vez no lograba mantener una imagen exacta en su sistema operativo, por lo que caminó sin rumbo fijo, solo observando lo que ocurría a su alrededor: autos volando por la autopista central, humanos discutiendo a través de proyecciones, vendedores virtuales en cada esquina y un sinfín de personas trasladándose en sus dispositivos de moda.
Al doblar en la esquina de la empresa “Mascotas a imagen y semejanza” vio algo que nunca había visto: una calle corta que doblaba hacia la izquierda sin un nombre en el cartel que estaba en sus paredes, algo extraño en ese tiempo, ya que con tanta inteligencia artificial todo lugar tenía denominación. El curioso robot se acercó raudamente al callejón; debía ser él quién pusiera nombre a ese lugar, y para eso primero debía examinarlo a fondo.
Las paredes estaban llenas de recortes de periódico, los que ya no existían en formato de papel, desgastados y sin color. Eso ya era algo sorprendente de encontrar. Cajas, bolsas, todo un basural se encontraba allí. El aspecto no le ayudaba con un nombre. Sin embargo, el robot no se rindió y siguió caminando hasta el fondo del callejón. Casi ya sin esperanzas, mientras se oscurecía cada vez más, activó la luz de sus ojos y un color rojo se impregnó en sus receptores de luz.
El color inundó todo su sistema, casi podía sentir la suavidad de aquella cosa tan preciosa. Se acercó lentamente, con sigilo, para no alterar la fragilidad de lo que veía.
Una flor, era una flor, en su estado más puro y natural. Y n°2437 al verla, cayó rendido a sus pies. Su sistema operativo nunca había trabajado tan rápido debido a todas las emociones que intentaba generar su procesador. Con sus dedos metálicos tocó los pétalos de la flor y deseó con todo lo que tenía, lograr sentir su textura; mas la inteligencia del hombre aún no lograba lo que este robot tan sensible deseaba, sino que logró destruir gran parte de la vida que quedaba en el planeta.
Y allí frente a él, se encontraba la última flor con vida. La única flor que había podido ver en su existencia y él era el único que había tenido la dicha de encontrarla, en aquel oscuro callejón olvidado.
Su flor. Era su flor, a la que amaba con cada circuito de su cuerpo creado.
Deseando nunca alejarse de ella, que echaba raíces entre los ladrillos del callejón, se sentó a su lado y puso por nombre a aquel lugar: “Ya no soy un robot”.
Ahí se quedó esa noche, admirando a su flor, mientras escuchaba el tono de alarma del 1% de batería que le quedaba a su cuerpo.

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22 comentarios

  1. 1. J.Sfield dice:

    Hola, Bellaan.

    Me ha gustado ese afán de tu robot por aprender y descubrir. El hecho de que al lograr encontrar la flor y con ella la vida, la belleza y el amor, y no querer separarse de ella, escogiendo así su propio final, es como completar el aprendizaje y la humanización de la máquina. Muy buen relato!!!

    Un saludo

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 18:57
  2. 2. Stinkelgeneroso dice:

    Una historia muy bonita que humaniza de una manera profunda al personaje “no humano”.
    La trama es interesante y fácil de leer. Muy bien.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 19:23
  3. 3. Ian Auri dice:

    Hola, bellan, ha sido una historia muy buena, me ha gustado mucho el final, me llego un sentimiento de tristeza o melancolía, me ha gustado, creo qe es una excelente historia, podrías incluso hacer un texto más largo sobre esto… sería agradable! 😀

    te dejo mi relato por si quieres leerlo 😀
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-47/8523

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 19:24
  4. 4. Rdoble dice:

    ¡Hola Bellaan!

    La historia me ha encantado. Es muy conmovedora y a la vez triste, y de verdad que me ha dejado con ganas de más.

    ¡Saludos!

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 20:04
  5. 5. Jap66 dice:

    Hola Bellaan, gracias por tu comentario a mi texto.
    Me ha gustado bastante tu relato, es bueno pensar que alguien tiene interés por aprender, aunque sea un robot.
    No me suena bien (Casi ya sin esperanzas…), ya que incita a pensar que el robot tenía una idea preconcebida de lo que iba a encontrar y no sabemos que es.
    Por lo demás, tiene buen ritmo y ves la historia avanzar, el final es muy tierno y sensible, lástima que se lo tengamos que atribuir a un robot y no a un humano.
    Un placer leerte.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 23:36
  6. 6. amadeo dice:

    Bellaan
    Interesante y creativo el texto. Me llamó la atención (como lector) los siguientes aspectos (que creo pueden ayudar a mejorarlo aún más):
    1.- En la primera parte se repite tres veces la palabra cada.
    2.- ¿Por qué aparece la empresa “Mascotas a imagen y semejanza”? y luego no participa más. Al tener nombre propio, “obliga” al lector a estar atento a que algo suceda con esa empresa.
    3.- ¿El robot debía poner los nombres a las calles? ¿Era su trabajo? No me queda claro.
    4.- Me pareció raro que en los años 7000 hubiera restos de papel de diario. También que hubiera UNA sola flor. En fin…
    5.- Dices: El aspecto no le ayudaba con un nombre. ¿A quien no ayudaba? ¿Al robot o al basural? Confuso.

    Buen final abierto: muera allí o logra retornar a recargarse.
    Un cordial saludo
    Amadeo
    Estoy en el 136 por si deseas leerlo y comentar.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 23:46
  7. 7. cesar henen dice:

    Hola Bellaan, con gusto te devuelvo la vista a tu relato, debo confesar que me parece que es la primera vez que te leo.

    A modo de corrección solo diré que hay dos palabras “más” que no están acentuadas.

    En cuanto al relato en sí, me ha gustado bastante la historia, haz plasmado en N°2437 todo el sentimiento y humanismo que no todos lo humanos tienen al maravillarse con una flor.

    Saludos!!

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 00:07
  8. 8. Carmen Celis dice:

    Una historia original y que me parece preciosa, quizá algún detalle no fuera necesario, pero en general la idea es increíble. La sensibilidad me llena, sea de la forma que sea, y desde la perspectiva que sea, y esta historia desborda sensibilidad. En alguno de los comentarios anteriores que te han enviado comentan que parece “sin esperanza”, no estoy en absoluto de acuerdo con esa idea. Con unos sentimienos tan hermosos, la esperanza es lo más obvio; a pesar de ser el futuro, de vivir rodeados de robots y un poco “deshumanizados”, esa “máquina” nos da lugar, precisamente, a un atisbo de esperanza. Una idea encantadora. Un saludo.

    Gracias por tu comentario sobre mi texto.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 11:57
  9. 9. Evelyn dice:

    Bellaan, la frase final del relato me ha encantado: “Ahí se quedó esa noche, admirando a su flor, mientras escuchaba el tono de alarma del 1% de batería que le quedaba a su cuerpo.” creo que resume a la perfección el cambio experimentado por este robot tan sensible.

    La forma en que describes la ciudad y su nueva y futurísta apariencia, de fría modernidad, y totalmente carente de espontaneidad, hace que el personaje se humanice aún más, y sea entrañable.

    Buen trabajo, enhorabuena, es una bella historia.

    Un abrazo,

    Evelyn… soy tu vecina del Nº125.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 13:25
  10. 10. Jerónimo Guillén dice:

    Preciosa y melancólica historia, aunque me hubiera gustado un principio más de “robot desconcertado” ante su imposibilidad de mantener fija una imagen y la no comprensión de la cita del libro, o la confusión al encontrar la calle. Quizá una alusión a la monotonía de su trabajo que podría ser catalogar calles abandonadas de barrios viejos.
    El final es perfecto: ese 1 por cien de batería que le recuerda lo que es, espero que al reiniciarse no olvide ese dia…
    Felicidades.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 21:31
  11. 11. María Kersimon dice:

    Hola Bellaan, gracias por tu visita y comentario a mi texto. Te dejé una pequeña nota para explicarte lo que preguntabas. Has escrito una bonita historia de un robot que persigue la flor que nunca conoció. Es verdad que al texto le falta realismo como han apuntado, pero por otro lado le sobra sensibilidad y delicadeza. El principito tampoco es un cuento realista y Saint Ex sí era un tipo cabal. Un abrazo.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 13:15
  12. 12. Dew21 dice:

    Hola Bellaan: Preciosa historia, y también triste (la mía también). Me quedó la intriga por saber que pasa después… 4237 vuelve a ser conectado? recuerda la flor?
    Saludos

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 00:10
  13. 13. Antaviana dice:

    Bellaan, gracias por tu visita a mi relato y por tus comentarios. Qué bonita historia has escrito. Preciosa. Y ese final me ha encantado. Sólo decirte que hay algunas palabras que se repiten estando bastante cerca entre si en el relato, pero creo que con un repasito más lo hubieras pulido. Escribes muy bien, me gusta mucho como construyes las frases, lo que dices y cómo lo dices. Seguiré leyéndote. Felicidades.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 08:03
  14. 14. Alétheia dice:

    Hola Bellan (SC). Me ha gustado leer tu relato. La costumbre del robot de reflexionar cada día una frase me parece buena idea, (yo a veces lo hago con las frases de mi agenda). Por otra parte, el hecho de situar el tiempo tan futuro hace que el robot no sepa ni lo que es una flor, y me provocó curiosidad el ver cómo reaccionaría al verla.
    Lo único que me suena extraño es “Deseando nunca alejarse de ella”, yo diría más bien “deseando no alejarse de ella nunca”.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 21:08
  15. 15. Carrie dice:

    ¡A mí también me encantan las flores, Bellaan! Y si te digo la verdad, aunque sí admiro lo que pueda contribuir al mundo la IA, no soy de aquellos que desean con ilusión un futuro donde nos reemplacen los robots; pero a este Nº2437 sí le invitaría a ser mi “amigo” y a acompañarme con su buena conversación y su sensibilidad. ¡Me ha ganado el corazón!

    Desde tu primer párrafo me preparas y subes mi intriga con la frase “se reflejaba en las actividades que realizaba cada día”. Es curiosa esta práctica del Nº2437 lo que hacía cada mañana, pero creo que al leer algo en el periódico o una revista cada mañana, nosotros también hacemos lo mismo, ¿verdad? Nos acompaña una frase, algún pensamiento o comentario, y nos hace reflexionar en varias cosas durante el día.

    De aquí, con esta introducción, nos ayudas a ver el conflicto del pobre Nº2437. Me gustó mucho la frase “Con esa sensación de incomprensión …” porque con pocas palabras nos guías a ver que le va a tocar una lucha, un desafío mental, muy distinto a otros días.

    En el párrafo donde empiezas con “Una flor, era una flor, en su estado más puro y natural” logras captar muchas de las mismas emociones que siento yo al ver una flor sonriéndonos entre las grietas de las aceras de mi ciudad, situada en un desierto alto y montañoso. Con el “1% de batería” no podías haber terminado tu relato de mejor manera que usando este lenguaje de la tecnología como metáfora de cómo disfrutó y se sintió plenamente dichoso el Nº2437 con su tesoro: “su flor, a la que amaba con cada circuito de su cuerpo creado.”

    Tiene toda la razón el Nº2437: ya no es robot. ¡Es un verdadero principito!

    ¡Felicidades y gracias por tu relato!

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 03:32
  16. 16. Ane dice:

    Hola Bellaan primero agradecerte tu visita. En segundo lugar decirte que me ha gustado tu relato, proyecta ternura. El hecho de cómo una máquina puede conmoverse con la belleza de la creación está bien recogida.

    Nos quedaremos con las ganas de saber que fue del robot. Te felicito.

    Saludos.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 07:14
  17. 17. Robert M. Roderick dice:

    Hola, Bellaan (SC):

    Tu relato me parece muy tierno, con una gran sensibilidad. Esto se hace patente con la severa humanización del robot. Coincido con amadeo en que hay algunos aspectos que no terminan de quedar claros, y esto produce la sensación de que has tenido que recortar texto y se te han quedado algunas cosas un poco cojas.

    Estructuralmente, el relato es correcto, llevando al lector desde la introducción hasta un final que sorprende e intriga a partes iguales.

    En lo que respecta a detalles técnicos, tengo algunas cosas que comentar:

    En la introducción usas una oración muy larga (6 líneas), repleta de incisos. Esto dificulta la comprensión, afecta al ritmo de lectura y hace al lector llegar exhausto a la parte central de la historia, y eso es algo que conviene evitar a toda cosa. Si descompones esa oración tan larga en diversas más cortas, el ritmo será más rápido y el lector se meterá de lleno en la siguiente parte casi sin darse cuenta.

    En “que tomaba de su estantería; para luego ir a pasear” estás partiendo una oración por la mitad con un punto y coma que considero que sobra.

    En “Y allí frente a él, se encontraba la última flor con vida” haces un inciso con el “frente a él”, pero has olvidado la coma de delante.

    En cuanto al argumento de la historia, tal y como comentaba al principio, es una historia dotada de una gran sensibilidad y con un final muy bueno. Cuida un poquito los detalles argumentales que comenta amadeo y tendrás un relato argumentalmente redondo.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 19:00
  18. 18. Pepe Illarguia dice:

    Gracias Susan por tu paseo por mis esferas extragalácticas, debo confesar que es la primera vez que te leo, y en general me parece que es un historia muy sencilla y un poco forzada. Creo que la frase del principito es suficientemente conocida como para que no menciones el autor. Luego, todo queda un poco en el aire, quizá como en ese planeta con aire irrespirable, porque por ejemplo:
    Por qué a las 7 y 13 minutos, es que tiene una rutina que cumplir como si se acabara de despertar¿?
    Por qué se tiene que desconectar para leer una frase, la cual además le hace viajar y conocer nuevas maravillas¿?
    “Las flores se creían extintas”, no debería ser: no se conocían especies florales por haberse extinguido hacía miles de años?, porque al fin y al cabo las flores no “creen” en su extinción.
    Lo positivo: me recuerda mucho a Cortázar en su Historia de cronopios y famas cuando uno de ellos dice “es como una flor” cuando el otro se acuesta junto a ella y se deja mecer por el viento a su lado. También a Stephen King, que edifica un solar abandonado alrededor de una rosa, símbolo de la supervivencia del mundo, y le dedica 7 tomos en su Torre Oscura.
    Un abrazo, compañera, nos seguimos leyendo.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 19:21
  19. 19. Ratopin Johnson dice:

    Hola Bellaan (SC),

    Me ha gustado tu relato. Tiene buenas descripciones, me gusta el retrato que haces de las calles en el 7084, con detalles que enriquecen el texto. Quizá veo un poco precipitado el encuentro con ese callejón “descatalogado”, pero es un detalle.
    Dices: “Las paredes estaban llenas de recortes de periódico, los que ya no existían en formato de papel, desgastados y sin color. Eso ya era algo sorprendente de encontrar. Cajas, bolsas, todo un basural se encontraba allí”. A lo mejor el robot podía haber entrado en una “puerta al pasado” :), eso hubiera sido interesante.
    Por ende, claro, me resulta extraño que nadie hubiera reparado en esa flor. En un mundo, se supone, en el 7084, en el que todo está controlado. Entiendo que con el número de palabras que tenemos es complicado, y supongo que extendiendo más el texto, esto se arreglaría.
    La mención a “El principito” y a Saint-Exupéry la quitaría, por resultar algo demasiado explícito. Dejaría la frase del libro, sin duda, pero sin mencionar el origen, o acaso meterlo más adelante, de alguna otra manera. Allí mismo, mencionas la plabra frase dos veces un poco seguido: “…leía una frase de un libro al azar que tomaba de su estantería; para luego ir a pasear pensando en aquella frase”. Con “pensando en ella” quizá bastaría (asi creo que se entiende que “ella” es la frase, en caso de que alguien un poco rebuscado pudiera pensar que es la estantería :))
    En resumen, la idea es buena, y se lee muy bien.
    Saludos

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 20:32
  20. 20. LUIS dice:

    Hola, Bellaan, gracias por pasar por mi escrito y disculpa la demora. Me gusto tu relato. El final muy conmovedor. Felicidades. Un abrazo.

    Escrito el 26 octubre 2017 a las 00:18
  21. 21. Paola Panzieri dice:

    Hola Bellaan
    No es fácil escribir un relato de ciencia ficción sin cometer errores graves a menos que sepas escribir ciencia ficción; por eso yo me decanté por una lavadora que después de todo, no deja de ser un robot.

    La historia puedes llevarla a tu terreno haciendo que el robot pase por esa puerta al pasado que te sugiere Ratopin.

    De todos modos he disfrutado leyendo un relato sensible y ameno.
    Saludos

    Escrito el 29 octubre 2017 a las 12:32
  22. 22. Menta dice:

    Hola Bellaan: Me ha gustado mucho tu relato. El protagonista robot se ha humanizado y cuando esto ocurre, se convierte en un ser mejor y más sensibles que los hombres. Siento vergüenza.

    Muchas gracias por compartir tu relato con todos nosotros. Un saludo, Menta

    Escrito el 1 noviembre 2017 a las 23:38

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