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Sólo para mí - por Stink el generoso
Era más que un simple robot para ella, por eso, cuando recibió un mensaje de su prometido diciéndole de que todo se había acabado, no dudó en buscar consuelo en Daneel como siempre pasaba cuando sus relaciones terminaban.
Daneel siempre había cuidado de ella. Había sido su compañero de juegos, su cómplice de travesuras, su amigo y confidente. Era quién siempre le apoyaba y le animaba.
Su aspecto humanoide le confería un aire familiar y de seguridad que hacía que su relación con él fuera especial.
Abigail entró en la casa y bajó las escaleras hacia su habitación de dos en dos esperándo encontrarle. La puerta estaba cerrada y llamó varias veces antes de entrar. Agarró el pomo, lo giró y se adentró unos pasos.
– ¿Daneel? – llamó.
Recorrió la estancia con la mirada. Todo estaba tranquilo y sin señales de Daneel. Hacía tiempo que salía por las tardes a pasear y solía llegar tarde a casa. La estancia era acogedora a pesar de que él no necesitaba comodidades. Tenía decorado su espacio con los muebles a los que ya no se les daba uso en la casa. Tenía un viejo sofá de dos plazas con un estampado de flores en el que Abigail solía saltar de pequeña; delante de este, una pequeña mesa de madera desgastada; a la derecha del sofá tenía una gran estantería repleta de libros de toda clase de temáticas y una pequeña caja de madera; y a la izquierda un gran arcón que ya no enfriaba, cerrado con candado, y que utilizaba para guardar lo que él llamaba “sus trastos de robot”; y sobre éste, un panel lleno de fotos.
Abigail se acercó al panel cruzándose de brazos. Había numerosas fotos en las que se veía el recorrido de toda una vida juntos. Se fijó en una en la que Daneel estaba disfrazado de C3PO y ella de princesa Leia para pedir dulces una noche de Halloween. Por unos instantes, esa foto hizo que Abigail esbozara una leve sonrisa al recordar. Giró la cabeza y puso su atención en la cajita de madera que había en la estantería. Sintió curiosidad y se acercó a ella cerciorándose de que estaba sola. La observó durante unos instantes. Era una pequeña caja labrada de color marrón. La cogió y la sostuvo entre las manos observando los sinuosos relieves.
– Abigail, ¿estás bien? – oyó a sus espaldas.
Estaba tan absorta en el labrado de la caja que ni siquiera oyó que se acercaban. Dirigió su mirada hacia la puerta y , al verle allí apostado, soltó la caja en su sitio y corrió hacia Daneel quien la acogió rodeándola con los brazos y atrayéndola hacia sí en un cálido abrazo. Abigail se echó a llorar y le contó lo sucedido entre sollozos. Daneel intentaba calmarla acariciándole la cabeza mostrándose afable y cercano.
– Yo siempre estaré aquí para tí pase lo que pase. Lo sabes ¿verdad? – le susurró esbozando una sonrisa mientras le apartaba de sí y le sostenía la cara con las manos.
Ella asintió sorbiéndose la nariz. Él le miró a los ojos y acercó su frente a la de ella. Abigail sabía que, aunque no era humano, sentía algo por ella, algo que llevaba sintiendo toda la vida y ella se había negado a reconocer. Cerró los ojos y aspiró profundamente. Él acercó su boca a la de ella y, en el momento en que sus labios se rozaron, una melodía inundó la estancia. Una melodía conocida para Abigail y que procedía del arcón.
Abigail abrió los ojos y se separó de él con cara de horror.
– ¿Qué… Qué has hecho Daneel? – dijo temblorosa a la vez que dirigía su mirada hacia el arcón.
Puedo explicártelo, él no era bueno para tí. Nunca lo son – aseguró acercándose a ella.
– ¿Dónde está la llave?
Daneel se quedó callado y por unos instantes dirigió la mirada hacia la estantería. Abigail captó el movimiento y rápidamente se acercó a ésta y se hizo con la caja de la que sacó una llave. La introdujo en el candado y este cedió. Respiró hondo y temblorosa levantó la tapa encontrando una imagen aterradora del cuerpo del que fue su prometido.
Miraba la imagen estupefacta cuando un fuerte golpe la dejaba inconsciente en el suelo.
– Lo siento mi amor pero, si no puedes ser para mí, no vas a ser para nadie.
¡Dios mío! ¡¡Ese robot estaba loco!! Pensé que solo los humanos lo estaban jajajaja.
Iba todo muy bien y ¡pum! un giro total a la historia…
Eso me dejó estupefacta.
Los cuentos así son los que más dejan recuerdos para mí.
Pasa también por el mío 🙂 primera vez que participo:
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-47/8467
Saludos!
Hola Stink.
Tienen un relato muy bueno entre manos. Me ha gustado mucho.
En cuanto a lo formal, creo que te sobran algunos acentos: Era quien siempre la apoyaba y animaba (cambiaría los le por la, además de quitar el acento de quien)
Abigail entró en la casa y bajó las escaleras hacia su habitación de dos en dos esperándo encontrarle.Nuevamente quitar el acento de esperando. Tal vez habías escrito antes esperándolo y luego quitaste la última parte, quedándote el acento sin que te hayas dado cuenta.
Por lo demás, un texto muy bueno. Felicitaciones.
No te molestes en buscarme. Llegué 2 horas tarde con el cambio horario.
Hola, me ha gustado mucho tu historia, y por supuesto me ha asombrado el giro radical de los acontecimientos. Muy original y bien escrita, te mantiene atento y… ¡zas! Sorpresa. Una idea muy interesante. Un saludo
Hola Stink, gracias por tu visita. He leído tu relato con interés. ¡Dios, ese robot hace suyas todas las pasiones erróneas de los seres humanos! Un saludo.
Es el primer relato que leo, me llamó la atención desde el título y la forma en que redactas te transporta a ese lugar, haces que uno vea fácilmente las imágenes y captas la atención, me hiciste desear saber más de la historia. Giro inesperado, punto a tu favor. Gracias.
Hola Stink paso con gusto a devolverte la visita.
A modo de corregibles encontrados
No llevan tilde:
“esperándo”
“éste” No es pronombre (y sobre éste, un panel lleno de fotos)
“ésta, Lo mismo que la anterior.
“ ti”(2)
“Puedo explicártelo, él no era bueno para tí. Nunca lo son – aseguró acercándose a ella.” Falta la raya al principio. (—)
En lo personal me ha gustado la historia del mejor amigo robot enamorado psicópata, hay un cambio inesperado en la trama donde se piensa que Daneel es un buen robot pero resulta estar más desquiciado que nada. Sin más que felicitarte por el buen relato que has presentado este mes, espero leerte el próximo. ¡Saludos!
Hola! Acá devolviendo la visita. Me gustó mucho! Muy bueno el final.
Se repiten varias palabras especialmente al principio, mi humilde opinión.
Pero es una historia muy interesante.
Felicitaciones!
¡Hola Stink!
¡Creo que tienes mucho talento como escritor! Tienes la capacidad de sorprender, y eso me atrae como lector. Me gusta mucho cuando un autor puede aportar ese elemento de lo inesperado a su escritura! Ja ja! pero si te digo la verdad, no me gustó nada esta “sorpresa” al final de tu relato “Sólo para mí”.
Yo estaba disfrutando mucho la manera cómo nos estabas presentando esta amistad entre Abigail y Daneel: con ternura y una dulce nostalgia! Voy a remarcar dos partes: la primera donde dices que “Había sido su compañero de juegos, su cómplice de travesuras, su amigo y confidente”; y la segunda donde nos cuentas que “Se fijó en una [foto] en la que Daneel estaba disfrazado de C3PO y ella de princesa Leia …” y que “Por unos instantes, esa foto hizo que Abigail esbozara una leve sonrisa al recordar.”
Bueno, el hecho de que no me gustó el final no quita nada de tu relato ni de tu destreza literaria. Efectivamente logras saber que conseguiste dejarnos asombrados e impactados con el comportamiento imprevisto de Daneel. Si termino diciendo “¡qué horror!”, me imagino que me podrás corresponder con cierta satisfacción susurrando con una sonrisa: “¡misión cumplida!”
¡Un saludo!
Muy bueno! Bien contado! Te felicito
Buenos días me gustó tu texto. El final no lo esperaba, creo que dió una vuelta interesante. Quizás la frase del final me pareció trillada, le daría una vuelta a eso.
A seguir escribiendo!