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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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!Liberad a Irene! - por Leosinprisa

Aparté la vista de la luz, mi verdadero deseo era observar a quien tenía mi atención en aquel momento. Una dependienta de la gasolinera, con un atrevido peinado cubriéndole parte del rostro para mostrar uno de sus ojos, de un llamativo azul límpido. Me miró por un breve intervalo y luego dirigió su atención al mostrador, tras apartar la cabellera liberando su otro ojo cautivo.

Estaba atendiendo a uno de los muchos clientes, taciturnos y mal encarados la mayoría, de su turno de noche. El anónimo individuo colocó el billete sobre el mostrador, un billete sucio que Irene introdujo sin más miramientos en la caja registradora, devolviéndole los cambios con una fría sonrisa, observando con escasa curiosidad como se marchaba en su vehículo.

Siempre tenía los ojos cargados por una tristeza que rallaba en la desesperación, una honda pena que captaba cada vez que nuestras miradas se cruzaban, un descubrimiento basado en las largas noches que habíamos pasado juntos en la gasolinera. El establecimiento estaba apartado del núcleo de la población por una larga avenida, solitaria y desprovista de cualquier encanto, formando parte de la carretera principal dirigiéndose a la capital, no más distante de unos pocas decenas de kilómetros, frecuentada por muchos viajeros que hacían un descanso en la cafetería anexa cuyo horario cubría las veinticuatro horas.

A veces, la gente le hablaba de sus vidas e Irene trataba de mostrarse interesada por cuanto contaban. En realidad aquellas conversaciones le eran intrascendentes. Ella tenía sus propios problemas, con los habituales maltratos dispensados por su pareja cuando a Dámaso se le antojaba, unas veces borracho, otras drogado y las más de las ocasiones, por puro placer.

Por ello siempre llevaba mangas largas y cuello alto, incluso en los días más calurosos, para evitar incómodas preguntas que no deseaba contestar. Asumía que era culpa suya, se había equivocado con Dámaso, lo amó una vez pero ahora no podía escapar de él. Yo le decía que no era la culpable, que aquel novio era una bestia y no la merecía, que lo dejara y empezara una nueva vida. Pero Irene no me escuchaba. Nunca lo hacía.

Sus bellos ojos eran un desgarrador pozo de aflicción que solo yo conocía, y sus labios simulaban una sonrisa que carecía de emoción, una mueca que nadie más podía percibir. Para los demás, solo era la chica de la gasolinera. Para mí, era una heroína enfrentada a un monstruo.

Todas las jornadas, sin excepción, se presentaba a su trabajo aunque el cuerpo le doliera, cada día más agotada, más humillada, más triste. Cada día era peor que el anterior y yo solía colocarme a su lado, animándola e insistiendo en que debía cambiar su vida. En su mano estaba dejar todo atrás, ser más valiente aún y dar un paso adelante.

Hasta aquel instante en que Dámaso se presentó en su trabajo. Irene sabía lo que él se proponía. Deseaba robar la recaudación, hacerla cómplice de un crimen del cual no quería ser partícipe. Ese día estaba más ebrio, más fuera de sí que en circunstancias anteriores. Yo intenté que se alejara de su lado, pero me fue imposible. No podía ayudarla.

La golpeó con fuerza, haciéndola tropezar contra un grueso armario donde guardaban las golosinas, cuando se negó a ayudarle. Irene estaba aturdida, debía de auxiliarla de alguna manera, cuando tuve una idea.

Utilice todo mi ser para pulsar el timbre de alarma. El sonido inundó la avenida y las sirenas de la policía no tardaron en ahogarlo. Dámaso, fiel a sus brutales principios, sacó una pistola y empezó a disparar. Los agentes respondieron y esta vez, su novio no tuvo suerte.

Había visto a Irene levantarse y en el fugaz tiroteo, desaparecer. Cuando Dámaso ya estaba muerto, ella apareció. Fue entonces, por primera vez, cuando me vio, a mí y a la extraña luz que tras de mí se encontraba, un enorme resplandor que transmitía una paz imperecedera. Se tocó el pecho y miró a su lado. Allí yacía, su cuerpo inanimado, en el suelo con una mancha enrojecida cubriéndola de sangre.

Le ofrecí la mano e Irene me sonrió. Una verdadera sonrisa como nunca le había visto. Se encaminó hacia mí con sus ojos ardiendo con una naciente expectación, sin miedo alguno. Ninguno habló, pero era como si siempre nos hubiéramos pertenecido el uno al otro. Volvió a sonreírme, nada más tenía sentido que estar juntos, dispuestos a descubrir cuanto se encontrara oculto en la prometedora luz. Y hacía ella nos encaminamos.

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16 comentarios

  1. 1. Juana Medina dice:

    Hola Leosinprisa,
    Buena historia!. Sólo no me ha quedado claro quién es el relator: ¿ un asiduo cliente que muere en el tiroteo?, ¿un compañero de trabajo?, ¿un muerto que sabe de los sentimientos de Irene precisamente por comunicación extrasensorial?
    Y un detalle: “su otro ojo cautivo”, ¿no sería mejor “su ojo cautivo”, ya que antes hablas de cómo el cabello tapa uno y destapa otro? No soy muy buena en este tipo de correcciones, pero me saltó como algo que podría mejorarse.
    Un abrazo

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 18:09
  2. Hola Leosinprisa.

    Me ha pasado como a Juana. Me desconcierta el narrador. Parece que está y que no está.

    Por lo demás creo que el final es un poco flojo a pesar de lo tremendo de lo que se relata. Igual es porque me lo veía venir, no sé.

    Cuidado con las frases complicadas. Ya al principio me he encontrado releyendo el primer párrafo varias veces porque no lo entendía bien.

    Por lo demás me ha parecido un texto interesante. Tan solo dale un par de pulidas para dejarlo redondo.

    Te invito a que despellejes a gusto mi relato, que este mes no me he equivocado con los requisitos:

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-48/8643

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 19:01
  3. 3. Dante Tenet dice:

    Leo
    Me gusto.
    No tuve conflicto con el narrador.
    La historia es solida y muestra bien una problematica candente en estos dias.
    Quizas un poco almibarado el final.

    Nos estamos leyendo.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 19:11
  4. 4. Yoli dice:

    Hola, Leosinprisa.
    Me ha gustado mucho tu relato, es desgarradora vida que tiene Irene, ese aguantar lo que es difícil de aguantar, ese dolor que tiene. Me gustó el final, es tierno.
    Si quieres leer el mío, soy el 171.
    Saludos.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 19:47
  5. 5. Juan andres dice:

    Hola, Leosinprisa. Te doy mi humilde opinión. Coincido con los compañeros en que no se ve claro quién narra la historia. Veo frases complicadas y quizá un abuso de los adjetivos. El argumento si que me ha gustado. En resumen: lo creo percibir es que haces eso de “ponerte el disfraz de escritor” (a mi también me pasa) e intentas escribir utilizando “super palabras”, adjetivos. Y creo que tenemos que relajarnos mas cuando escribimos. Pienso que la clave está en la sencillez pero bien ordenada. Ya digo mi punto de vista.

    Si te apetece el mio es el 158 (Juan Andres)

    Saludos!!!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 14:13
  6. 6. Otilia dice:

    Hola Leosinprisa,
    Me ha gustado tu relato. El tema desgraciadamente muy actual, hay que seguir luchando: “Educa, rechaza, denuncia”.
    La historia me ha recordado la película Ghost por la luz de los espíritus.
    El narrador me parece el ángel de la guarda de la dependienta.
    En cuanto a la forma estoy de acuerdo con los anteriores compañeros, “su ojo cautivo” y cuidado con las frases complicadas.
    Buen trabajo. Saludos.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 16:18
  7. 7. Elena Mahía dice:

    Hola Leosinprisa,
    El argumento de tu relato me ha gustado mucho y me he disfrutado mucho con esta lectura.
    Transmites muy bien el sufrimiento silencioso de Irene, su resignación ante su vida y también su hastío.

    Lo que no he comprendido demasiado bien es quien narra la historia. Al principio pensaba que era su compañero de trabajo, pero al final tuve dudas de si sería una especie de espíritu o bien si su compañero había muerto tambien.
    El final es sorprendente y muy dulce, el contrapunto a todo lo negativo en la vida de la joven.
    En cuanto a correcciones de ortografía no tengo nada que decir, aunque si se echan en falta algunos puntos en sustitución de comas para evitar que las frases sean demasiado largas.
    Enhorabuena! Cómo te he dicho me ha gustado mucho.
    Un saludo!

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 15:35
  8. 8. Jorge Lozano dice:

    Hola Leo,

    Te vuelvo a leer con gusto… curiosamente el final a mi me gustó, se me hizo que cerró bien la historia que querías contar… tal vez trabajar un poco en dejar algunas pistas más a lo largo de la historia, sobre todo para que el lector tenga ese momento de “ahhh por supuesto, cómo no lo ví!”

    Te invito a leer mi relato en el 38:

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-48/8706

    Saludos!

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 07:29
  9. 9. Auxi Morata Alegre dice:

    Hola Leo!

    Bueno pues que decirte me ha gustado mucho, creo que hay algunos fallos en la expresión o en los signos de puntuación pero creo que eso nos pasa a todos al escribir con prisas, seguro que en una segunda leída te das cuenta de todo.
    El giro final me ha gustado mucho, no me lo esperaba, tiene el factor sorpresa que engancha a los lectores y eso es lo mejor del relato.

    Muy buen trabajo!

    Soy tu vecina del 116 por si te quieres pasar.

    Un beso! Nos leemos!

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 11:34
  10. 10. Roster dice:

    Hola Leosimprisa!

    Buen relato, historia triste al principio, más violenta por segundos y un final que nos empuja a poner de nuestra parte. Bien llevado, quizás lo mejor que le ha pasado a la protagonista es morirse, encontrar la Paz y dejar un mundo agresivo.´
    Seguiré leyéndote.
    Te invito a pasar por el 139. Me interesa tu opinión.
    Un saludo

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 13:53
  11. 11. IreneR dice:

    Buenas Leosinprisa.

    Al ver el título de tu relato tuve que pasarme a leerlo.
    Me ha gustado bastante. Para mí lo mejor ha sido ese narrador extraño, un ser que está ahí pero no de manera física aunque a pesar de eso Irene puede comunicarse con él. Me ha resultado algo muy curioso e innovador.

    Ya te han dicho algunas correcciones, a parte de lo del “otro ojo” en el primer párrafo algunas veces utilizas frases demasiado largas y complicadas que dificultan la compresión de la historia.
    No soy buena en esto pero hay una frase que me llamó la atención:

    “El establecimiento estaba apartado del núcleo de la población por una larga avenida, solitaria y desprovista de cualquier encanto, formando parte de la carretera principal dirigiéndose a la capital, no más distante de unos pocas decenas de kilómetros, frecuentada por muchos viajeros que hacían un descanso en la cafetería anexa cuyo horario cubría las veinticuatro horas.”

    Es demasiado larga, hay muchísimas comas. No sé cómo se podría mejorar, aún tengo mucho aprender en el arduo arte de la puntuación. Aunque veo un gerundio “formando” que me chirría de manera especial, creo que “que forma parte de” quedaría mejor, más sencillo de leer.

    Un saludo.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 18:33
  12. 12. Laura dice:

    Hola Leosinprisa.
    Soy Laura del 53.
    Tu relato es muy bueno a pesar de que abunda en la descripción del lugar y de la situación.De todos modos, la descripción de Irene es excepcional.
    Más allá de eso, el relato es hermoso. Lamentable que Irene, al igual que muchas mujeres, no puedan encontrar la libertad, las más de las veces por la cuestión económica.
    Te felicito por el relato.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 20:58
  13. 13. Gail dice:

    Hola Leo
    Es un gusto leerte.
    El relato me gustó. Al principio pareciera que el narrador es algún compañero de trabajo, un enamorado secreto, pero en el transcurso del relato, ya es más evidente quien es.
    Como observación, en la frase: “Siempre tenía los ojos cargados por una tristeza que rallaba en la desesperación”. El verbo correcto sería “rayaba”.
    Por lo demás, me gusta mucho tu forma de escribir, tu narrativa.
    Mi relato está en el 31, por si gustas.
    Saludos <3

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 21:25
  14. 14. Miguel Rojas dice:

    Hola Leo.

    Me encanta el argumento. Lo único es que está como un poquito cargado de adjetivos. Yo sí entendí lo del narrador a la primera, en cuanto dices “… una honda pena que captaba cada vez que nuestras miradas se cruzaban…”. Es en el “nuestras” cuando revelas que es en realidad una tercera persona, y me gusta la manera cómo va progresando el relato a medida que vas introduciendo detalles. A estas alturas me parece intrascendente saber si se trata de un compañero de trabajo o algo así, con que sea su amigo me basta. Me parece que hay una historia más grande detrás de todo el embrollo de Irene: las conversaciones en la cafetería, la forma como trata de levantarle el ánimo y demás; me parece que es muy bonito. En cuestiones personales, no sé, a mí el final me parece un tanto forzado. Tampoco entendí a qué te referías con la luz. Por cierto, lo de “su otro ojo cautivo” lo leo en voz alta y lo noto raro. Quizá sea mejor decir solamente “su ojo cautivo”.

    En definitiva, es un magnífico relato con un magnífico argumento, y la manera en la que lo trata me parece genial. No se trata solo sobre qué tema hablar, sino cómo exponerlo también, cómo presentarlo y argumentarlo. Para mí lo has hecho de mil maravillas.

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 00:15
  15. 15. María Kersimon dice:

    Hola leosinprisa,
    Un relato cautivante con un final que no se deja presagiar y sorprende a pesar de que lo dejas abierto. Yo interpreté que el narrador es un ser afín a ella que ya está en la otra dimensión y la espera. No se si estoy en lo cierto. Quizás aquí hubieras podido ser más explícito. Sin embargo dices al principio que él se separa dela luz para dedicarse a ella…
    En cualquier caso es un narrador omnisciente que conoce al dedillo todos los pormenores de la vida íntima de la protagonista, como si de su ángel de la guarda se tratara.
    Quizás explicas más que muestras lo que a la chica le pasa y esto le resta relieve al relato.
    En general se lee bien y la escritura es grata y correcta. Buen relato.

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 17:00
  16. 16. Earendil dice:

    Hola, Leosinprisa, por fin llego.
    Una historia interesante y bien contada. En cuanto al narrador me ha gustado mucho que sea un ser etéreo, que siempre había estado al lado de Irene, aunque ella no lo viese. A medida que avanzaba el texto me surgían dudas de su verdadera naturaleza, pues me resultaba extraño que siempre estuviese con ella en todas las horas de trabajo. Empecé a ver las pistas que ibas dejando a modo de migajitas de pan, como Pulgarcito. Una segunda lectura lo deja todo claro:
    * ” un descubrimiento basado en las largas noches que habíamos pasado juntos en la gasolinera”
    * “Pero Irene no me escuchaba. Nunca lo hacía”
    * “Utilice todo mi ser para pulsar el timbre de alarma.” Esta frase ha sido la definitiva. Me la había anotado porque no la acababa de entender bien ¿Qué podía significar “con todo mi ser” cuando solo se trataba de apretar un botón? Excelente. Por cierto, “utilicé” lleva acento.
    Me imagino a tu fantasma como un alma errante que se ha aferrado a este mundo por alguna razón. Tal vez perdiera la vida allí, por cualquier motivo, y ese amor que siente por ella lo ata al plano terrenal. Por eso imagino que, en el momento que ella muere, aparece esa luz en forma de túnel, que no es más que la puerta a otra dimensión, al mundo de los muertos, la que deben seguir.
    En cuanto al drama de tu historia, ¿Qué más puedo decir? Lo has descrito a la perfección, y como mujer, me alegro que estos temas los tratéis los hombres que sois hombres, tan lejos de esas bestias que tú tan bien describes.
    Me alegro mucho de haber pasado por aquí y disfrutar de tu trabajo, y también quiero agradecerte tu paso por mi relato y tu buen comentario, siempre bienvenido.
    Un abrazo.

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 20:56

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