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Teresa y el marinero que nunca existió - por Roger Nhicap
Teresa
La conocí hace cuarenta años. Fue en el verano que pasé en Camariñas, una encantadora villa de la Costa da Morte. Teresa, una jovencita, más o menos de mi edad, era menuda y vivaracha, mirada limpia y cara risueña.
Aquellas semanas, disfruté mucho de las peripecias por la ría de Camarillas a bordo del chinchorro de su tío Abelardo. Teresa se encargaba de arranchar el pequeño bote de remos: en un pispás, colocaba los toletes y fijaba en ellos los remos con unos viejos estrobos de cuerda natural.
Después, sentada a popa enfrente de mí, gritaba: ¡A navegar!. Yo remaba sin pausa mientras ella gobernaba el rumbo y decidía el lugar de fondeo. Allí, lanzábamos nuestras líneas de pescar y permanecíamos expectantes hasta que picaba algún pez. Entonces, nos levantábamos, nos abrazábamos nerviosos…, la lancha empezaba a moverse…, se balanceaba y, en un pispás, ¡hombre al agua!. Suerte que picasen pocos peces.
Fue un verano inolvidable.
Reencuentro
A pesar de los años y la distancia siempre mantuvimos el contacto, ahora facilitado por los Facebook, Instagram…, y nuestra amistad se vio reforzada con el tiempo. En agosto de 2017, el azar nos reunió de nuevo, ¡en un transatlántico!.
Este encuentro me permitió confirmar que Teresa conservaba un porte juvenil, al qué le había añadido la prestancia de su madurez; o eso me pareció. Aún gozaba del espíritu alegre de entonces y, a primera vista, se diría que todavía la vida la estaba esperando, pero no sería justo. Era una mujer de su tiempo, una mujer con talento, preparada y culta. Ejerció la abogacía con éxito, en Madrid y Londres, y, ahora, en Nueva York impartía cursos y conferencias.
Para mí, uno de los mayores atractivos de Teresa residía en su ingenio creativo, una habilidad que siempre me cautivó, y también envidié. Tenía mucha facilidad para imaginar historias fantásticas, incluso algunas surrealistas, que luego explicaba con mucho gracejo en reuniones de amigos. Esta vez, me tocó a mí. Cada noche, hacía un ameno resumen con sabrosas citas y sugestivas anécdotas, de las vivencias diarias del crucero que compartíamos por el Atlántico ¡Un placer escucharla!.
En efecto, a primeros de agosto de 2017, Teresa embarcó en Southampton para realizar un crucero de doce días, en un camarote de primera clase, hasta Tenerife con regreso a Southampton; tenía escalas en Lisboa, La Coruña y otros puertos. El barco elegido fue el majestuoso y moderno Queen Elizabeth (2010), de 294 metros de eslora y 32,3 metros de manga, de la compañía Cunard Line, con dos mil pasajeros a bordo.
Lo que no sabía Teresa era que yo era uno de los mil miembros de la tripulación del buque. Imagínense su sorpresa al llegar al comedor de primera clase: su amigo de aquel lejano verano en Camariñas era el marinero que ofrecía un ramo de flores de bienvenida a las señoras.
Créanme, fue un crucero especial, fantástico. Nos pusimos al día de nuestras vidas, compartimos al límite experiencias y diversión y, algún día, llegamos a expresar sentimientos y emociones.
La verdad
Hasta aquí la historia. Ahora, les haré una confesión: en la construcción de este modesto relato se intercalaron varios engaños para cumplir el reto opcional.
Comencemos por la pequeña argucia: el crucero descrito, Southampton-Tenerife-Southampton, del Queen Elizabeth tuvo lugar en la primera quincena de noviembre de 2017, y no en agosto de ese año. Normalmente, en la temporada de verano había cruceros al Mediterráneo y Caribe. A Canarias, en otros meses.
En segundo lugar, una mentira leve: el marinero no subió al barco porque ese marinero nunca existió. Yo nunca me enrolé de marinero en ningún barco.
Por último, dos embustes afectivos: nunca veraneé en Camariñas, una lástima, sin duda, y Teresa tampoco existió. O, quizá, sí.
Se preguntarán, por qué esas mentiras, precisamente. Muy sencillo, el autor insistió en que coincidiesen en el narrador, el papel de protagonista y del personaje que siempre miente. Acepté el envite a cambio de participar en el epílogo.
Epílogo
El autor, y el narrador, quisimos comenzar 2018 con un relato dedicado a las mujeres. En homenaje a ellas, creamos el personaje de Teresa, pero además descubrimos a otra mujer interesante que estaba relacionada con la historia, aunque no se citase en el texto.
Se trataba de Inger Kline, la capitán del Queen Elisabeth y primera mujer capitán en la Cunard Line. Inger nació en las Islas Feroe, se licenció en estudios náuticos en Dinamarca y durante los cruceros, en ratos libres, hacía calceta.
¡Brindamos por ellas!
Hola Roger.
He tenido que utilizar el diccionario para entender los términos náuticos y otros que no lo son, pero admiro la belleza de la precisión. En este sentido me recuerda al libro Intemperie de Jesús Carrasco, tuve que usar el diccionario muy a menudo para consultar el vocabulario relativo al medio rural.
Me ha gustado la manera de contarlo, el ritmo y la original división que haces. Los dos últimos apartados me recuerdan a otras épocas, en las que el narrador solía dirigirse al lector, como era el caso del gran maestro del cuento Edgar Allan Poe. Por ponerle un pequeño pero, en algunos momentos podías haber echado mano del mostrar más que del contar.
Corrección:
-Supongo que donde dices “ría de Camarillas” te refieres a ‘Camariñas’.
Sugerencias:
-‘Pispás’ es una palabra tan sonora que resalta su reiteración aunque su aparición no esté muy próxima, a no ser que sea lo que se desea. Por ese motivo podría ser interesante sustituir una de los dos.
-En el párrafo que comienza con “En efecto, a primeros” se mezclan números expresados con cifras y letras, según la entrada de este mismo blog: https://www.literautas.com/es/blog/post-10312/como-se-escriben-los-numeros-en-un-texto-literario/, es mejor escribirlo todo con cifras.
Conclusión: muy original.
Saludos.
Hola, Roger.
¡Que original es la parte final de tu relato!, me gusta mucho, la verdad, le da un giro inesperado. Al igual que Sevier, hay ciertas palabras que se me escapan, pero eso es bueno, pues así voy aprendiendo.
Si quieres leer el mío, soy el 71.
Saludos.
Hola Roger: me gusta la estructura que le has dado al relato. Tres partes bien definidas y el epílogo. Original el personaje mentiroso que coincide con el narrador/ protagonista. Te inventas una historia en primera persona y nos la cuentas con total naturalidad y con mucha soltura, tanto que parece autobiográfico -seguro que algo de verdad hay-.Pero al lector no tiene porqué importarle si es verdad o no. Tu relato es creíble y el giro del engaño le da un punto sorpresa.
En cuanto a la forma siempre clara, con términos marineros propios y acertados.
Una bonita historia que logra lo que pretendías: engañar al lector
Encantada de leerte, Roger
Saludos
Hola Roger,
Muy original tu relato, sobre todo por la segunda parte donde descubres a un narrador y mentiroso al mismo tiempo, cosa que de algún modo somos todos los narradores. Aunque también puede decirse que, envuelta en imaginaciones o semi-verdades, siempre hay una verdad.
Total: me ha resultado muy interesante, a la vez que la historia de Teresa y el marinero es muy bonita.
Felicitaciones y nos seguiremos leyendo.
Hola Sevier, gracias por tus comentarios. Me alegra que te gustase le forma de enfocar el relato y, en especial, que mi texto haya servido para que conocieses algunas palabras muy marineras ( a mí también me ocurrió con Intemperie).
Tienes con pispás, me dí cuenta nada más enviar el relato. Lo de Camarillas es una mañdad del corrector.
Sobre escribir el año con letras, no con la cifra, me resultaba un lujo gastar palabras para citar 2017 y 2018.
Pasaré a leer tu relato pronto.
Gracias Yoli por tus palabras. Obviamente, con el giro final trataba de sorprender al lector tras una historia tan sencilla. Pasaré pronto por el 71
Hola marazul, gracias por tus generosas palabras. Es más agradable si vienen de tí que vives junto al mar. Me encanta que destaques la naturalidad de la narración, para mí es un gran elogio, pues entre mis objetivos al escribir una historia siempre priorizo la naturalidad y la claridad, aunque muchas veces no lo consigo.
Te parece autobiográfico porque conozco y me encanta la magia de Camariñas. Ese trasatlántico me impresiona, y lo veo con cierta frecuencia atracado enfrente de mi casa, Respecto a Teresa es una fusión de sueños, realidades y recuerdos. Me pasaré pronto a leerte.
Hola Juana, muchas gracias por tu comentario. Me apeteció narrar en primera persona y interpretar al narrador-memtiroso. Me divertí pensando que, al menos, sorprendería a los posibles lectores. Gracias de nuevo y pronto pasaré a visitarte,
Un abrazo a los cuatro.
Hola Roger. me enamore de tu relato. los dos pequeños personajes eran atractivos y todavía mas atractivos eran los mismos ya mayores.
Solo qué tengo que reconocer la mejor característica del texto: un autor atrevido y diferente: él, si va a mentir miente en grande. Si va a componer la mentira, lo hace en grande. Y si va a agradecer a alguien por la historia lo hace gigante.
Te felicito. Me crecisteis reír con desenfado, diciéndome; vaya atrevimiento el de Roger.
nos seguimos leyendo.
El lenguaje descriptivo de los avíos de pesca y el escenario de tu niñez fueron la causa de quedar atrapado en ellos. Pesca muy prodiga para ti. Un 2018 excelente para ti.
Hola Roger.
¡Qué propuesta más original!
Has jugado con el doble sentido del reto literautas, el autor y el que hace el encargo. ¡Y no sabemos muy bien cuál de ellos eres tú! Muy buen embuste, jejeje.
Sin duda un relato que se sale de lo convencional para nacer con voz propia.
Felicidades.
Nos seguimos leyendo.
Un abrazo.
Hola, Roger.
Felicito la originalidad de tu escrito. También me obligaste a utilizar el diccionario varias veces. Pero el final me hizo sonreír. Muy bueno.
Felicitaciones.
Hola Roger Nhicap,
Gracias por leer y por tu comentario tan positivo.
Quise dejar abierto el final, Luis no es tan fácil de matar,jajaj.
La sombra que sigue a la pareja podía ser la mano derecha del marido que le pone al día y las sombras del muelle policías detrás del tráfico de drogas y Luis acabar en la cárcel.
En cuanto a tu historia, lo primero gracias por dedicar tu relato a las mujeres. Me ha gustado doblemente.
Definiría el relato con una palabra “original”. Muy buena idea.
Como soy una romántica la historia de los jovencitos y la evolución como mujer de Teresa es lo que más me ha gustado.
Felicidades. Nos leemos.
Saludos.
Anda, Nhicap, vaya relato! La historia transcurre fresca y vivaracha, como tu prota.
El final la verdad es que me ha sorprendido. No me esperaba esa sinceridad feroz. Me ha hecho sonreír hoy, justo en un momento en el que me siento más pachuchona… Gracias Nhicap! Siempre es posible!
No escribí este mes. Nos vemos el siguiente.
Hola Roger.
Antes que nada, disculpa por la tardanza. Recién hoy te encuentro.
En segundo lugar, me hacer soñar con esos cruceros. Alguna vez lo lograré.
En tercer lugar, gracias por el homenaje, y felicitaciones por la inclusión de Inger Kline, con sus datos.
Con respecto a tu relato, fresco, agradable, con hermoso colorido local.Me encantó que la madurez haya incorporado nuevo encanto a Teresa, y que el mayor atractivo no hayan sido “sus ojos”, “su sonrisa”, u otro eufemismo de otras partes anatómicas, sino sus capacidades.
Hasta la próxima propuesta.
Hola de nuevo para agradecimientos.
Osvaldo, cuanto me alegró leer tus comentarios. Te diré que la idea surgió al decidirme a escribir con el narrador en primera persona, y, también al dedicar la historia a la mujeres. Esta semana pasaré a leerte.
Jean Ives, gracias por tu comentario y me alegra que te haya sorprendido ese narrador mentiroso.
Hola Charola, gracias por el comentario y que mi texto te haya servido parar ampliar tu léxico marinero. Pronto pasaré a leerte.
Hola Otilia,
Gracias por tus comentarios. Reconozco que quise hacer algo original y empezar 2018 con un reconocimiento hacia las mujeres, hoy en día, afortunadamente, ya existen muchas Teresas y mujeres como Inger Kline. Y en un futuro muy próximo, el poder cambiará de género. Sin duda.
lunaclara, muchas gracias por tus palabras, me gustan más al saber que vienen de “la chica del Alamillo”. Te esperamos en febrero, y deja eso de “estar pachuchona”. Ánimo.
Laura, gracias por los agradables elogios. Te diré que el atractivo de Teresa, también era por su presencia física. Y el narrador lo deja bien claro: “Teresa conservaba su porte juvenil, al qué le había añadido la prestancia de su madurez”. Es un agradable reconocimiento al atractivo de la mujer madura, ¿no?
Un abrazo a todos.
Roger,
Ante todo gracias por leerme, sobre todo por las tablas que tienes como escritor y que ahora que te leí me doy cuenta de ello.
Quizá seré un tanto repetitiva a los comentarios.
Lo primero, me ha parecido muy detallado y estudiado tu relato en cuanto a las palabras técnicas
Me quedo con la primera parte de la narración es una escena que se construyó fluidamente en mi cabeza con tus palabras. Al final cuando mencionas a la capitana y la motivación de tu relato; me hubiera gustado que fuera tu personaje principal ( en vez de Teresa ) claro, que tú eres el autor/narrador y las mentiras o verdades corren por tu cuenta.
✍ Gracias por escribir.
Hola
Gracias por pasarte por mi relato y tus comentarios
Confieso que tu cuento me ha sorprendido un poco, porque no está construido al uso. No es nada malo, por supuesto, tan solo es otra forma de narrar una historia, y creo que con bastante acierto, aunque solo sea porque el estilo es diferente a lo que leemos habitualmente. Hay una parte de meta relato, porque hace mención del lector y llama su atención de forma directa. En resumen, creo que has escrito una buena historia, entretenida y diferente a lo habitual.
Un saludo
Hola Roger:
Un relato muy extraño. La historia ha empezado bien con ese amor de juventud y el reencuentro. Luego a mitad de esa parte denominada reencuentro, la cosa se ha torcido. Demasiados datos técnicos. Pero al llegar a “la verdad”, si te digo la verdad, me he sentido un poco defraudado. Con la confesión, con el recorrido del Queen Elizabeth, que, dicho sea de paso, es indiferente si son datos reales o no. Porque un relato siempre es una mentira, una invención de su autor aunque sea verdad lo que cuenta. Y tampoco existió el marinero. ¿Qué tenemos?
Como conclusión dudo de que realmente haya existido relato. Me fastidia ser tan severo, pero si no lo digo como lo pienso, no me quedaría tranquilo. Te he leído un par de veces y me han gustado. Será que no he entendido tu propósito.
Hasta otra.
Gracias por vuestros comentarios, Sara, José Luis y me alegra que os haya parecido un texto interesante.
Isan, agradezco tu sincero comentario. Realmente estaba algo sorprendido de no haber recibido, todavïa, una crítica de tu estilo. Al escribirlo fui muy consciente de que no gustarïa a muchos
Yo nunca diría que “un relato es siempre una mentira”, en el sentido de engañar. Si diría que se trata de un cuento, una leyenda, una exposición, una fábula, una parábola…, escrito con una intención, o varias, determinadas por el propio autor.
Mi propósito lo explico al final del relato: comenzar 2018 con un homenaje a la mujer en general. En diciembre pasado y este mes de enero, en España los medios de comunicación han dedicado mucho tiempo a cubrir desgraciados sucesos : atentados de género contra la mujer, actuales o del pasado.
De ahí surge la idea de reivindicar la posición de la mujer en la sociedad de hoy. Y como quería afrontar el reto de la escena, me pareció lo más oportuno narrar la historia en primera persona y dar a conocer al lector quién miente y donde.
Te diré que me divertí escribiendo el texto que es uno de mis objetivos siempre que escribo.
Un abrazo a los tres y gracias por vuestro tiempo.
Sr. Don Roger.
Esta no la vi ni habiéndola visto. Yo iba de lo más tranquilo, avanzando en el desarrollo y ¿de repente? Vámonos por otro lado. Que agradable sorpresa.
Muchas felicidades y puntos extra por la originalidad.
Saludos.