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La llamada del mar - por Javier López

Web: http://jlopez74.wordpress.com

Abro los ojos, adormilado, y la luz de la ventana recién descubierta me hace entornarlos. Demasiada luz de repente. Una figura vestida de blanco se mueve por la habitación.

— Vamos, Xenaro. Hora del baño —dice alguien de forma animada.

Mientras miro hacia la ventana, aun acostumbrándome a la luminosidad, aquella persona desagradable desarropa mi cama y empieza a desnudarme. Ni siquiera sé por qué no reacciono; miro mi mano y la veo arrugada, huesuda y con manchas. La mano de un viejo, que asumo, debo ser yo.

De repente, algo frío y húmedo termina de despertarme. Esa persona que hace todo lo posible por molestarme es una chica joven y, aunque algo entrada en carnes, tiene una agradable mirada. La observo mientras trabaja y me recuerda a alguien, pero no estoy seguro.

— ¿Cómo estamos hoy, abuelo? —dice mientras termina de vestirme —. ¿Estamos de mejor humor? Hoy tenemos visitas.

Me sale un gruñido, a falta de una expresión mejor, porque no se qué decir. No recuerdo haber visto su cara, ni ser su abuelo, ni haberme portado mal con ella. Ella termina de trabajar en mis zapatillas mientras me incorporo y me ajusta la ropa; se me queda mirando con una expresión de ternura.

— Ayer nos diste un buen susto. Creíamos que te ibas a tirar por la ventana del tercer piso —dice con solemnidad —. No parabas de decir que allí estaba, que tenías que ir con ella y no dejabas que nadie te sujetara. El chico de seguridad tuvo que emplearse a fondo para que te dejaras poner un tranquilizante. ¿Lo recuerdas?

Gruño de nuevo y sacudo la cabeza porque no puede ser. Eso no pasó. Ayer no hice… ¿Qué hice ayer? La joven me coge del brazo y me lleva por un largo pasillo jalonado de grandes ventanales. Contemplo las nubes que amenazan lluvia. Hoy salir a faenar iba a ser duro.

Llegamos a un amplio salón en el que hay gente sentada en sofás y mesas dispersas. Una televisión daba el parte del tiempo y varios jóvenes vestidos de blanco atendían las mesas, como camareros. Es extraño, pero la verdad, no me termina de gustar este hotel.

Me sienta en una mesa cerca del ventanal donde ya hay un par de ancianos. Miro a la joven antipática buscando respuestas.
— Te dejo con tus amigos. Pórtate bien —dice con su bonita y estúpida sonrisa. Mentecata.

— Buenos días, Xenaro —dice el viejo de enfrente sonriendo con malicia —. ¿Qué? ¿Encontraste a tu amante?

— Non teñas mal, Amancio —responde la señora de al lado —. Mira que te gusta fastidiar al pobre.

— Si no se entera de nada, Maruxa —se defiende el gilipollas —. Además, así intento que haga memoria.

No sé por qué me tratan como si los conociera. No pienso quedarme un segundo más de lo necesario en un lugar tan…

Pongo atención al cielo encapotado que se ve sobre los tejados. Tiene el color oscuro de un frente húmedo, así que el aguacero está cerca. Busco la línea del horizonte para ver cómo está la mar. Mi mar. Se ve algo lejos, pero parece gruesa. El barco tiene que estar listo. Hay que dejar el puerto antes de que se levante con el temporal. Una vez en mar abierto empezará el baile.

Un grupo de personas entra en el salón, sonriendo y saludando aquí y allá. El tal Amancio se levanta y da un abrazo a un hombre joven que debe ser su nieto; se alejan charlando.

— Tranquilo, home, hoxe vén a túa filla —dice Maruxa.

Efectivamente, unos minutos después, una mujer mayor con un aire familiar se acerca sonriéndo y pregunta algo mientras me acaricia la mano. Me da confianza, pero solo asiento con la cabeza.

Mientras habla con Maruxa, miro por la ventana durante un buen rato y solo pienso en que me retraso y el temporal me va a impedir salir del puerto. Unas gotas empiezan a mojar el cristal y me pongo nervioso. Me esperan y más tarde será imposible partir. Me levanto y voy hacia los cristales. Su frío contacto enciende algo en mí y decido que tengo que ir; ella me espera, mi mar me espera. Le doy un puñetazo al cierre para salir.

Alguien me agarra y forcejeo para liberarme. Tengo que irme, este marinero tiene que faenar, me va la vida en ello.

Un hombre fuerte me abraza mientras grito. La estúpida de la sonrisa bonita me pincha con algo.

El marinero no subió al barco. Tampoco hoy.

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23 comentarios

  1. 1. Osvaldo Vela dice:

    Hola Javier, tu relato me deja un sabor dulce en la boca por la sencillez de descripción que posee. me dedique a leer y a gozar de los escenarios que van apareciendo y lo que los escuetos diálogos, con maestría, nos van aclarando.
    La historia en si es de un marinero en el ocaso de la vida que, encerrado en una casa de salud, solo desea regresar a su mar. Un manicomio junto al mar no es bueno para un marinero pero nos da una razón para entender la historia.
    Cumples el reto original con sobriedad.
    De verdad muy bueno. Te felicito. te deseo un excelente 2018.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 17:33
  2. 2. Javier López dice:

    Hola, Osvaldo. Muchas gracias por pasarte y comentar. Es un halago para mi que te haya gustado. La historia es la continuación del micro del mes pasado que si no lo ha leído alguien, voy a poner el enlace, que es cortito de leer.

    La despedida

    Aquí en España, los ancianos con senilidad o Alzheimer suelen ser atendidos en residencias, más o menos profesionales, pero no son instituciones psiquiátricas. De cualquier modo, es cruel para Xenaro tener a su amante tan cerca y no poder tocarla.

    Un abrazo.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 14:09
  3. 3. J. Guillén Devís dice:

    Buen relato. Qué lástima por el marinero. Ese despertar de pronto y verse viejo y confundido. Cuando la mente no envejece con el cuerpo es terrible. Creo que está muy bien escrito y los diálogos en (supongo que gallego), están muy bien integrados.
    Saludos!!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 18:09
  4. 4. Earendil dice:

    Hola, Javier López.
    ¡Ay, Xenaro! Lo entiendo perfectamente ¿Qué haríamos si nos faltara ese “amante oceánico”?
    Me ha encantado la segunda parte de tu historia, aunque triste ¡qué se le va a hacer!
    Le has dado un realismo muy cercano, con ese narrador en primera persona y en presente, que le da fuerza y credibilidad a tu historia. Aunque en mi mente curiosa se abre una incógnita ¿cómo pensará realmente una persona que ha perdido toda perspectiva del mundo que le rodea y casi de sí mismo? Espero no tener que descubrirlo nunca, aunque da para una historia de miedo ¿verdad? de esas que tanto nos gustan.
    En fin, perfecto en fondo y forma salvo…
    * En esta frase has cambiado el tiempo verbal que has usado en todo el relato: “Una televisión daba el parte del tiempo y varios jóvenes vestidos de blanco atendían las mesas, como camareros.”
    Supongo que ha sido un pequeño lapsus sin importancia.
    Enhorabuena por tu trabajo, te felicito sinceramente.
    Este mes no me busques, no he participado.
    Un saludo y hasta la próxima escena

    Escrito el 18 enero 2018 a las 19:07
  5. 5. Patricia Redondo dice:

    Que hermoso y que duro a la vez Javier! Fantastioo relato , sencillo y lleno de significado. No le falta ni le sobre nada. De lo mejor que he leído tuyo.Enhorabuena!

    No me busques que este mes no fui capaz de escribir nada, no se porqué…

    Un abrazo

    Escrito el 18 enero 2018 a las 23:08
  6. 6. Piquillín dice:

    Hola Javier: Me encantó el relato, como está escrito y el mensaje que brinda. Es de fácil lectura, sencillo y tierno, es el tipo de historias que me encantan. Gracias. No tengo nada significativo para agregar. Soy tu vecina,de arriba. Piquillín.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 16:39
  7. 7. Javier López dice:

    Hola a todos. Gracias por pasar y comentar, es el alimento de la motivación.
    Un saludo para J.Guillén y Piquillín.
    Earendil y Patricia, os echaré de menos este mes, aunque os aguardo el que viene. Abrazos.

    Escrito el 22 enero 2018 a las 11:54
  8. 8. Nora C.P. dice:

    Me dejas sin palabras, me pilla en un momento de mi vida en el que voy a la residencia y no hay día que salga indiferente de allí. He visto en tu protagonista a un personaje real que podría estar compartiendo sala cada vez que llego de visita. Lo veo, siento su ansiedad y la locura que lo envuelve al verse atrapado en un lugar y en un cuerpo al que no cree pertenecer. Eso dice mucho de ti, en mi opición lo has bordado.
    Encantada de leerte.
    Saludos,
    Nora C.P. nº 158

    Escrito el 22 enero 2018 a las 18:25
  9. Hola Javier,
    Encontré tu relato brillante. Una idea genial, bien desarrollada con sensibilidad y empatía. Has sabido meterte en el personaje sin exagerar ningún rasgo y dándole una profundidad y un realismo consistente. El narrador en primera persona facilita que lo vivamos desde dentro y nos identifiquemos con él. Lo mejor que he leído este mes. Felicitaciones.
    Gracias por tu visita a mi relato.

    Escrito el 22 enero 2018 a las 19:59
  10. 10. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Javier, acabo de leer tu relato y me he quedado impresionada de la sutileza, el ritmo y lo bien escrito que está. Desde que te leo éste es el relato que en conjunto más me ha gustado, está impecable. Estoy con mi móvil y no puedo enrollarme como de costumbre je je. Un saludo

    Escrito el 23 enero 2018 a las 22:11
  11. 11. isan dice:

    Hola Javier:

    Por fin estoy aquí. Como suelo hacer, te comento un par de acentos que habría que corregir

    “…porque no se qué decir” Sé con tilde como ya lo has hecho arriba.
    “…con un aire familiar se acerca sonriéndo…” sonriendo.

    Vaya historia triste consecuencia del alzhéimer. Curiosamente el otro día leí un relato desde el mismo punto de vista de lo que piensa en enfermo. Si te interesa es el número 27 de Judith. Te digo lo mismo que le comenté: Me parece muy interesante porque es la parte desconocida para los que estamos fuera.

    Se ve pronto de qué se trata y, en este caso que lo he relacionado con el relato que te comento, para mí ha resultado más interesante al comparar dos maneras de afrontar el mismo problema. En tu caso tenemos un narrador en primera persona, el propio enfermo que cuenta su despertar y su obsesión. Este enfoque me parece mucho más enriquecedor y, diría, verosímil. Lo has sabido llevar con soltura para que no decaiga el interés, intercalando diálogos que lo hacen ameno.

    Cuando leí el día uno la propuesta de este mes, pensé que no saldría nada decente, pero estoy leyendo muy buenos relatos como es este.

    Hasta el póximo.

    Escrito el 24 enero 2018 a las 00:09
  12. 12. Charola dice:

    Hola, Javier.

    Hermoso relato, aunque triste. Fluido, bien escrito.

    Ya te dijeron los mejorables, con los que estoy de acuerdo.
    Solo veo un fallo que no te han dicho (creo). Después de la raya de diálogo de inicio, no le pongas espacio.

    Me encantó tu relato. Felicitaciones.

    Escrito el 24 enero 2018 a las 09:12
  13. 13. Javier López dice:

    Gracias Nora, María, RJ, isan y Charola. Un placer recibiros y gracias por vuestras aportaciones.
    Os voy devolviendo visitas.
    Saludos y abrazos.

    Escrito el 25 enero 2018 a las 14:26
  14. 14. Menta dice:

    Hola Javier López: Me ha gustado muchísimo tu relato.

    Me ocurre como a Nora C.P. estoy en un momento de mi vida que casi todas las tardes voy a una Residencia de ancianos a ver a un familiar y estoy especialmente sensible a este tipo de ambientes y personas.

    Has descrito la vida allí dentro con mucha maestría con muy pocas palabras.

    Me ha gustado mucho cuando dices: “la ventana recién descubierta” Porque tan escuetamente nos dices que él no sabe en donde se despierta.

    Cuando escribes:”—dice alguien de forma animada”. Me gusta más CON TONO ANIMADO. Para describir alguna característica de la voz, me gusta más TONO. (Es solo mi opinión)

    Me parece que detrás de Hoy, en la frase: “Hoy salir a faenar iba a ser duro. ” Debes poner una coma y el tiempo verbal en presente. Así: Hoy, salñir a faenas va a ser duro.

    Me gusta el detalle del “parte del tiempo”, como tú protagonista lo diría en su vida real por los años que aparenta tener.

    Otra cosa que me gusta mucho es que Xenaro, odia interiormente a los empleados de la residencia y les insulta en su pensamiento. “Miro a la joven antipática buscando respuestas”.

    Para terminar te comento que la obsesión por escapar de la Residencia de Xenaro es común a todos los ancianos.

    Te vuelvo a felicitar por el trabajo y te doy las gracias por haberlo compartido con todos nosotros. Un saludo Menta

    Escrito el 26 enero 2018 a las 11:54
  15. 15. Charola dice:

    Hola, Javier. Estuve leyendo tu blog y coincido con Menta en el párrafo de “Hoy salir a faenar va a ser duro” es lo más apropiado.
    Vi también otro mejorable en:
    “Busco la línea del horizonte para ver cómo está la mar. Mi mar. Se ve algo lejos, pero parece gruesa”. En vez de puntos convendría mejor comas, pues el sujeto es la línea del horizonte. Con puntos se corta la oración.

    Felicitaciones por tu relato.

    Escrito el 26 enero 2018 a las 19:23
  16. 16. Don Kendall dice:

    Hola Javier López,
    Me gusta la utilización de un falso narrador/personaje en primera persona. La voz narradora se mantiene oculta sin afán protagonista, mostrando al lector lo que vé y dando una clave interpretativa sin posibilidad de discusión.
    Me parece un buen recurso de escritor. Sabido es que la «demencia senil» más que enfermos o personas terminales, plantea la realidad de la “persona terminada” tan terrible o más por lo desconocida. Es una buena opción dar esa voz falsa por imposible a un narrador inexistente, pero que el lector admite sin cuestionar siquiera al narrador real y omnisciente extradiegético.
    Gracias por la aportación. Un abrazo

    Escrito el 28 enero 2018 a las 21:06
  17. 17. Javier Lopez dice:

    Hola, Menta y Charola. Muchas gracias por vuestras aportaciones que tendré muy en cuenta.
    Y gracias, Don, por tu análisis. Me alegro de que te gustase mi narrador. Me pareció una forma más que plausible de dar voz a alguien que no la tiene. Aunque he de decir que creo que todos los textos, por mucha primera persona que se pretenda buscar, proceden del narrador omnisciente tras el telón, que siempre es el escritor. No he leído un libro, quizá lo haya, no lo niego, en el que el escritor no se deje ver tras sus personajes aunque estos hablen de sí mismos. Pero sería un gran ejercicio, la verdad.
    Muchas gracias y saludos para todos.

    Escrito el 28 enero 2018 a las 21:41
  18. 18. Otilia dice:

    Hola Javier Lopez:
    Después de tantos comentarios no creo que pueda aportar nada, digo sobre técnicas de escritura, pero si comentarte que tu relato me ha gustado. Lo he sentido triste porque la vejez tiene que ser dolorosa al ver desaparecer a tu gente con los que recordabas un tiempo en común, y si añades la enfermedad, mucho más.
    Has pintado muy bien un trozo de la vida.
    Felicidades. Saludos.

    Escrito el 29 enero 2018 a las 18:56
  19. 19. Jose Luis dice:

    Hola
    Gracias por tus comentarios
    Tu relato me ha gustado bastante, se nota que tienes dominio del lenguaje y de la construcción del relato, así como del retrato de los personajes, porque la trama se desarrolla convenientemente a la velocidad necesaria. Quizá el final sea la peor parte, hablo del último párrafo, por pasar de narrador protagonista a otro tipo de narrador tan bruscamente, seguro que por meter la frase que tocaba este mes en el cuento. Mi aporte como solución: poner “Epílogo” y luego la frase final.
    Un saludo

    Escrito el 31 enero 2018 a las 17:55
  20. 20. Ana dice:

    Hola Javier, como llego con retraso solo te digo que destaco de tu relato los diálogos y las descripciones, breves pero precisas. Lo que no me convence son las dos últimas frases, que parecen un poco forzadas; la verdad que es complicado introducir lo de “el marinero no subió al barco”.
    Te felicito. Hasta la próxima.

    Escrito el 31 enero 2018 a las 23:27
  21. 21. Laura dice:

    Hola Javier.
    Disculpa el retrase. Estoy de vacaciones y no sé como, pero parece que tengo menos tiempo que cuando trabajo. Debe ser cansancio acumulado porque duermo y duermo. Ya vendrán tiempos mejores.
    Terrible la situación de tu Xenaro. Totalmente querible y coincido con que el tratamiento que dan a los ancianos los empleados es realmente vergonzoso: no son niños ni son parte de ellos. Considero tu texto una crítica hacia ese mal trato para con los mayores. Es algo que me molesta mucho.
    En síntesis, me ha gustado, tanto en la forma como en el contenido.
    Hasta la propuesta de febrero.

    Escrito el 1 febrero 2018 a las 23:43
  22. Hola Javier.

    Te felicito. Tu relato de este mes me ha parecido muy muy bueno. Tu manejo del tiempo presente me ha parecido soberbio. Primera persona y tiempo presente; para mí es todo un desafío.

    Me quito el sombrero, amigo.

    Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 8 febrero 2018 a las 17:24
  23. 23. Gabriela dice:

    Este es el primer cuento que leo y me llevo una buena impresion del taller para escribir en octubre, muy bueno, solo me parecio abrupto el cambio de narrador en la frase final. Gracias por compartir tu cuento, gracias por escribir

    Escrito el 28 febrero 2018 a las 05:21

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