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El poeta - por Tatiuska

Queridos seguidores de Literautas:

Tengo que confesarles que he pecado: en ocasiones, me he burlado de un poeta.
El asunto transcurrió como sigue. Trabajando como enfermera, enseguida una se da cuenta, de que a lo largo de su vida ha de conocer a muchos enfermos. Los hay de toda clase y condición, pero para una profesional, todos son, al fin y al cabo, enfermos. Por eso, mi sorpresa fue mayúscula al encontrarme un día con un poeta en el hospital; y no me refiero a un «poeta enfermo» o a un «enfermo poeta», sino a un poeta a secas.

A Gregorio y a mí nos separaban cincuenta años, pero lo que más nos distanciaba no era la edad, si no la honestidad y falta de complejo con la que él daba vida a su pasión y la timidez con la que yo miraba de reojo al diccionario. Aunque él no lo sabía, nos unía el mismo anhelo por la escritura.

Gregorio era poeta de nacimiento, pero no como el que nace príncipe, que lo es por herencia, si no de nacimiento de verdad, como el que nace bizco o rubio. No supe, hasta que lo conocí a él, que una mujer podía parir a un poeta; todas las que conozco paren hijos, que luego pueden convertirse en cualquier cosa en la vida. Seguro que su madre creyó haber dado a luz a un niño. También yo creí, en un principio, que estaba cuidando a un anciano en los últimos días de su vida. Pero no, amigos, no, como ya os estaréis imaginando yo cuidaba a un ¡poeta!

Tres veces por semana acudía al hospital a realizar su tratamiento de hemodiálisis, y como no, a escribir poesías. Le inspiraban las enfermeras, los compañeros de sala, el dolor, la esperanza, el amor, la soledad y hasta el aparataje. A su kit de tratamiento, añadíamos una carpeta con folios y un bolígrafo; porque Gregorio no era un enfermo, Gregorio, era un anacronismo, una confusión de la cigüeña que lo depositó por error en la Castilla del siglo XX, tres siglos más tarde de lo que le correspondía a su espíritu.

Sin formación académica, más que la imprescindible para conocer las letras y poder hilarlas conforme le indicaba el corazón, consiguió, durante los últimos años de su vida, cierto reconocimiento por parte de algunos enfermos, y lectores entre médicos y enfermeras, que disfrutábamos y padecíamos a partes iguales las envestidas creativas de Gregorio. Entre pinchazo y pinchazo, ¡zas!, un soneto; entre cura y cura, ¡zas!, un pareado; y ¡pobre de ti, si no los leías! Le dolía más que no prestásemos atención a sus escritos, que un pinchazo atravesado. ¡Bueno era Gregorio!, incluso llegó a convencer a un compañero de fatigas hospitalarias, para que fuese su corrector ortográfico y transcribiese a ordenador sus manuscritos temblorosos y apasionados.

Hace un par de años que nuestro poeta decidió cambiar de aires y subió al cielo. Durante este tiempo, seguí atendiendo enfermos y disimulando mi atracción por la escritura, que es cosa de bohemios y gente peculiar, según se comenta en el ambiente aséptico y científico de un hospital.

No fue hasta esta mañana, revisando mi carpetón de trípticos con información sanitaria para entregar a uno de mis pacientes, cuando, metidas en un sobre como agazapadas, me topé de nuevo con las poesías de Gregorio. Allí tenía un buen tocho de folios manuscritos con odas dedicadas a todo lo humano y lo divino. Aunque yo, como ya os he confesado, en ocasiones, había hecho algún que otro chistecillo burlón cuando recibía un «papiro de Cupido», algo dentro de mi evitó que los tirase. Quizás en el fondo sabía que no se conoce a un poeta todos los días.

Por la tarde, cuando llegué a casa después del trabajo, un impulso me llevó a abrir de nuevo la página de Literautas. Cuando vi el título del relato que proponían para este mes, me quedé de piedra: «El poeta». Después de tanto tiempo sin participar en el taller, esta vez me atreví, como no podía ser de otra forma, para contaros, queridos compañeros, que si alguna vez, alguien os pregunta si poeta se nace o se hace, decidle que quizás se hace, pero que una vez existió uno, que ya nació poeta. Yo guardo su recuerdo y sus poesías.

P.D: Estés donde estés, gracias, Gregorio, por el ejemplo de tu pasión por las letras, escribiendo siempre sin complejos y con alegría.

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5 comentarios

  1. 1. IreneR dice:

    Buenas, Tatiuska.

    Me he quedado sin palabras al leer tu historia. Me ha encantado.
    No sé si será ficción o realidad, pero me has enganchado desde el principio y me has hecho meterme de lleno en la historia.

    Creo que si alguna vez alguien me pregunta si poeta se nace o se hace, me acordaré de Gregorio, ese poeta con problemas renales.

    Un gran trabajo, enhorabuena.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 21:26
  2. 2. Yoli L dice:

    Hola Tatiuska

    Estás entre los tres bajo el mío por lo que me corresponde comentarte y lo hago con gusto.

    Me encantó tu relato, que deduzco es una vivencia personal. Tiene una lectura fluida y se entiende el mensaje.

    Entre los mejorables encuentro en el primer párrafo que tienes palabras con rimas que no suena bien por estar tan seguidas: “pecado: en ocasiones, me he burlado” También en ese corto párrafo repites 4 veces la palabra enfermo, trata de usar sinónimos.

    Misma observación para el resto del relato, que al ser corto no se deben repetir varias veces algunas palabras, sino que usar sinónimos y cuidar esas rimas que no suenan bien.

    – dentro de mi: con tilde

    Gracias por permitirme aprender con tu historia, por si me quieres visitar estoy en el #13 La poetisa https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-51/9300

    ¡Saludos!

    (¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 19:07
  3. 3. Vivir soñando dice:

    Hola Tatiuska,
    me has dejado fascinada con tu relato. Simplemente, enhorabuena.

    Un saludo.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 12:02
  4. 4. cualquiera dice:

    Hola Tatiuska. Yo espero que el próximo sigas animándote a escribir, porque lo haces muy bien. Tu retrato de Gregorio me ha resultado una lectura de lo más convincente. Una observación audaz y un sentimiento de ternura, escondida entre la propia timidez, que me ha resultado de lo más amable.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 23:34
  5. 5. M.L.Plaza dice:

    Hola Tatiuska.
    Has escrito un relato muy ameno e interesante. Me ha parecido estupendo.
    Solo quería comentarte los si no del tercer y cuarto párrafos;creo que deberían ser sino, como en el primero.
    Me han encantado tus personajes, tanto la enfermera como el poeta.
    Tomo nota de que, en ciertos casos, se nace directamente poeta.
    Me ha encantado leerte.
    Saludos

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 02:03

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