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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La poetisa - por Daniel Alejandro Escobar Celis

Web: http://danielecelis.blogspot.com/

Siento el palpitar en mi pecho incrementarse mientras voy ascendiendo. Contemplo más cerca mi meta tras cada chasquido de la vegetación y de las rocas bajo mis pies. Me detengo en la cúspide, y un aire cálido trae el aroma húmedo de ríos que atraviesan amplios pastizales de collados ondulantes. Escucho los susurros de las aguas deslizarse sobre las rocas rojizas que separan la colina del campamento. Campamento con sus pozas, toboganes naturales y pequeños saltos de agua, y en cuyo espacio de acampar me esperan para cenar mis compañeros. Alzo la mirada para contemplar las imponentes montañas de cimas planas enfiladas como una procesión que se dirige al extremo sur de la nación.

Un hermoso cuadro de acuarelas: rojas, naranjas y amarillas; es pintado en el horizonte mientras un oscuro manto se cierne tras de mí. Es una maravillosa visión. Casi perfecta, excepto por un detalle: La ausencia de una lacia y oscura cabellera meciéndose en el viento y de una tersa piel cubriendo una figura contrastante con el hermoso paisaje. Aquella visión añorada desde la última vez que visité este lugar.

Su melodiosa voz susurraba versos que danzaban al compás del viento. Se mecían alegres esparciéndose por valles y planicies. Hablaban de ensoñaciones que llegaban hasta los espíritus protectores de la sabana y rendían homenaje a las maravillas de esta tierra. Esperé que terminase aquel recital para hacer mi presentación. No dudé en hacer alarde de mis capacidades expresivas para darme a conocer y halagar sus cualidades poéticas. Ella sonrió, y al poco tiempo de extenderse por completo el frío y oscuro manto de la noche, nos encontramos charlando plácidamente como dos seres que se conocían desde hacía mucho tiempo.

Bajamos hasta el campamento en donde le presenté a mis amigos y ella hizo lo propio con los suyos. Nuestros grupos no tardaron en integrarse, disfrutamos de la música y de una buena parrillada hasta la hora de apagar las plantas eléctricas. Sin darnos cuenta ambos nos encontramos solos, contemplando la infinidad de luceros en el firmamento que formaban intrincadas y complejas figuras. Hablamos de metas y sueños, de prosas y rimas, de gustos y disgustos. Nos sumergimos en mares de palabras, navegando por océanos de las temáticas más disímiles que nuestras mentes pudieron imaginar. Así llegaron los rayos del alba y nos despedimos para descansar, quedando en hablar más tarde.

Como fuegos artificiales que llenan de colores la noche y en poco tiempo desaparecen dejando una bruma que se disipa lentamente, así fueron las horas con ella. Una nueva noche se abría paso. Nos despedimos en el mismo lugar en que nos conocimos, con la promesa de volvernos a ver. Ella partió con sus amigos a la capital y yo hice lo propio a mi ciudad en la mañana siguiente. Durante el retorno no dejaba de ver su número telefónico en mi celular esperando llegar a un lugar con señal para poder hablar con ella.

Nefasto fue el momento en que uno de los muchachos sugirió desviarnos del camino para visitar un hermoso salto con una zona de playa. Todos accedimos sin miramientos y nos bañamos, disfrutando de las aguas y de la arena. Poco después salimos y le pedí a un amigo que me pasara el paño. Con estupor observé como mi celular caía y era arrastrado por la corriente. Corrí con desesperación mientras este ganaba velocidad y chocaba contra las rocas. Me parecía surreal ver el brillo de la pantalla debajo de las aguas alejarse. Tropecé un par de veces golpeándome las rodillas, hasta que finalmente tuve que resignarme a contemplar como mi preciado móvil desaparecía aguas abajo. El autor de semejante atrocidad se acercó por mi espalda, poniendo una mano en mi hombro mientras pedía perdón. Sin pensarlo me volteé agarrándolo por la camisa y estampándolo contra las rocas mientras un sin fin de improperios salían de mi boca. Tuvieron que separarnos.

Aquella vez fue la última que supe de ella. La tristeza, la nostalgia y el deseo de volver a verla se afincaron más y más en mi mente y solo pudieron aliviarse a través de la escritura. Meses después un cuento de mi autoría titulado "El encanto de la Poetisa" fue finalista en un concurso de literatura.

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15 comentarios

  1. 1. IreneR dice:

    Buenas, Daniel Alejandro.

    Me he quedado sorprendida por la gran cantidad de adjetivos y palabras “complicadas”. Es todo muy grandilocuente.

    Cuando me quedaba poco para terminar me comencé a preguntar dónde encajaría el título con el texto, aunque toda la historia en sí es una especie de poema en prosa.

    A pesar de que no suelo leer textos tan “rebuscados”, me ha gustado.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 16:59
  2. 2. Luis Ponce dice:

    Hola Daniel Alejandro:
    Gracias por tu comentario.
    El tuyo me parece lleno de romanticismo pero con una notoria carga de vocablos que de alguna manera pueden indicar sabiduría o conocimiento, pero que en el exceso suenan a justificación. Quizás una dosificación mesurada de adjetivos pude dar un mayor valor al relato. La escritura es un proceso interminable, donde todos los días aprendemos algo para ir encontrando nuestro “estilo” o una manera reconocible de escribir. Tienes un largo camino por delante (como todos nosotros) pero la satisfacción de poder escribir es incomparable.
    Me ha gustado leer tu relato.

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 18:04
  3. 3. Judith dice:

    Hola Daniel,

    Me ha gustado mucho tu relato. La primera parte del mismo me ha parecido antiguo por la cantidad de descripciones y adjetivos. Lo veo justificado por el tema del relato, ya que la poesía muchas veces es así. Pero luego me voy de esa atmósfera antigua cuando hablas de un celular; es como que no tenía cabida en un texto tan romántico. Me metiste en un mundo de puro romanticismo para luego darme una cachetada de tecnología y modernidad.

    Más allá de esto, me ha gustado mucho tu relato.

    Yo estoy en el número 137 por si quieres leerme.

    Saludos.

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 19:14
  4. 4. Luis Ponce dice:

    Hola Daniel, yo otra vez.
    Es la ventaja del taller, vamos aprendiendo en el camino. A mí me pasa todos los días.
    Lo importante es lograr un estilo propio. Puede ser que haya millones de lectores que les guste tu estilo y hayas conseguido captar el interés que otros no han podido. Espero que sea así.
    Lo que me parece interesante es lo que tú mismo dices:”igualmente no es un estilo que siempre utilice” lo que significa que sigues buscando lo tuyo.
    Te estaré leyendo en los próximos meses.
    Saludos.

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 19:27
  5. 5. Lucy J.S dice:

    Daniel, me ha fascinado tu historia. Es increíble la atmósfera y descripción que utilizaste, me han dejado con la boca abierta, sobre todo cómo te sentís conectado con el protagonista. Me encantó el final, no me lo esperaba. Me has sorprendido, sigue así, saludos!!!

    Escrito el 16 febrero 2018 a las 20:36
  6. 6. Yoli L dice:

    Hola Daniel

    No he podido conectar con tu relato, sobre todo los dos primeros párrafos, que los siento diferentes en su redacción a los que le siguen, pero ha de ser cosa mía, será leerlo varias veces.

    Comentarte que no es conveniente hacer abuso de adjetivos, te dejo un link al respecto http://sobreloquesabes.blogspot.com/2012/01/uso-y-abuso-de-adjetivos.html

    Gracias por permitirme aprender con tu historia, por si me quieres visitar estoy en el #13 La poetisa https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-51/9300

    ¡Saludos!

    (¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 01:43
  7. 7. Charola dice:

    Hola, Daniel.

    Gracias por comentar mi relato y me place que te haya gustado.
    Voy al tuyo. Me sucedió lo mismo que a Judith. Un texto romántico, lleno de adjetivos y metáforas en la primera parte y en la segunda cuentas en vez de mostrar. Quizás te faltó seguir con el ritmo por el límite de palabras. El final triste, pero tiene su recompensa. Buena historia.

    Debo decirte que al inicio cuando el prota llega a la “cúspide” del cerro dudo mucho que pueda percibir “el aroma húmedo de ríos que atraviesan amplios pastizales de collados ondulantes” y tampoco “escuche los susurros de las aguas”. Podría verlos, pero…

    En este párrafo:
    Un hermoso cuadro de acuarelas: rojas, naranjas y amarillas; es pintado en…
    Me parece que tendría que ser así: Un hermoso cuadro de acuarelas rojas, naranjas y amarillas es pintado en…

    En el segundo bloque tienes dos veces la palabra “hermoso”: hermoso cuadro, hermoso paisaje y dos la palabra visión: maravillosa visión y visión añorada.

    En el segundo y tercer bloque repites “oscuro manto”.
    Como fuegos artificiales que llenan de colores la NOCHE y en poco tiempo desaparecen dejando una bruma que se disipa lentamente, así fueron las horas con ella. Una nueva NOCHE se abría paso.

    Creo que con una pasada más exhaustiva va a quedar tu relato muy bien y creo que debes seguir con el ritmo que empezaste quitándole algunos adjetivos. Felicitaciones.

    Un abrazo.

    Disculpa. Te contesté en mi relato. Me fui a ver el número del tuyo que me habías dejado en mi relato y copié allí el comentario al tuyo. Mil perdones.

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 07:45
  8. 8. Sara Sierra dice:

    Daniel,
    Gracias por ir a mi relato. El tuyo me ha gustado. Tiene los elementos del cuento. Me encantó la motivación para que el protagonista gane un concurso.
    En cuanto a la forma, en el segundo párrafo me he salido un poco ( quizá por ese un,una,un) y entre este y el tercero, yo pondría un espacio largo para cambiar al pasado, si se entiende, pero me atoré un poco.
    Creo que tu relato evoca ese amor de unos días que por el destino, no se dio y le a pasado a muchos.
    Felicidades

    Escrito el 17 febrero 2018 a las 14:39
  9. 9. Noemi dice:

    Hola Daniel: gracias por la visita y el comentario que si volviste a mirar habrás visto que he respondido a tus interrogantes.En cuanto a tu texto, es un gusto leer a alguien con un vocabulario tan rico y con un buen repertorio retórico pero pienso que en narrativa esas destrezas a veces pueden entorpecer la historia, poca acción, ritmo demasiado lento y personajes que se difuman pero todo depende siempre del lector a quien te dirijas, si lo tienes bien enfocado puedes seguir adelante con tu estilo.
    Espero que sigamos leyéndonos.¡Hasta la próxima!

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 18:38
  10. Hola, Daniel:
    Gracias por leerme.
    Creí que lo que estaba leyendo al leer tu relato era un poema en prosa pues no encontraba el inicio de la trama, ya que te has demorado mucho en la descripción del lugar de inicio de forma muy poética.
    Después me ha gustado la historia y sobre todo el final, que además me ha hecho reír con ese giro que tras tanta poesía es totalmente inesperado. Enhorabuena.

    Un saludo

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 19:49
  11. 11. Alonso García-Risso dice:

    Saludos Daniel: Tu trabajo me ha parecido interesante. No es frecuente leer una historia narrada a plenitud en prosa poética: Una vorágine de adjetivos que con cadencia se apoderan del entorno. Tanto que, en un momento se me desapareció la protagonista (en relación estrecha con el título). Ese momento se produjo en el desenlace cuando el celular y la data que almacenaba, se apropió del lugar principal…
    A mi juicio, tu esfuerzo en prosa poética es realmente encomiable.
    ¡Bien!, te felicito.

    Escrito el 18 febrero 2018 a las 22:48
  12. 12. Gringa Chica dice:

    Hola Daniel. Me gustó tu relato, el comienzo (aunque cargado de adjetivos) pinta el escenario para la trama principal (ella, la poetisa) y ese desenlace traicionero del destino. Hay algunas imprecisiones en la gramática y alguna puntuación, que entiendo atribuibles a la verborrágica forma en que ha brotado el texto. Releerlo ayuda a limar esas asperezas, propias de la prisa.
    Luego de los dos puntos no corresponde la mayúscula “por un detalle: La ausencia de una lacia”
    Hay una frase donde usas la palabra “charlando”. A mi juicio, es un tanto rioplatense de más. Conversando o hablando hubiera sido un término más ajustado a la formalidad del lenguaje que utilizas en el relato.
    El mío es el 63, si quieres leer mi intento.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 03:08
  13. 13. Manuel Jover dice:

    Enhorabuena por tu talento para la prosa poética, la primera parte de tu relato es verdaderamente torrencial y abrumadora.
    Compensas muy bien esto, que podría resultar excesivo, con
    esa segunda parte mucho más de andar por casa del móvil, que por
    contraste queda muy divertida, como un choque brutal con la realidad tras el bello artificio anterior.
    Y me encanta ese extraño y metanarrativo happy end, porque al final le sacas partido a la adversidad para la creación.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 10:30
  14. 14. LUDIKA dice:

    Hola! Me gustó la temática de tu historia, este encuentro entre desconocidos que comulgan en un paisaje natural, me parece muy interesante. Coincido con los compañeros que quizás resulte un poco sobrecargado en descripciones y que el choque con la segunda parte del relato sea medio abrupto. Nos metes en un mundo de ensoñación, en la mente poética de este personaje literario y de repente todo se reduce a una final trunco por la tecnología.

    A seguir escribiendo.

    Escrito el 19 febrero 2018 a las 18:38
  15. 15. María Jesús dice:

    Hola Daniel: Hermoso relato el tuyo, lleno de descripciones. Tienes una gran capacidad para ello. A pasar de estar escrito de una forma muy poética, cuentas una historia real como la vida misma. No se me ha hecho nada pesado a pesar de que yo soy de ir más al grano. El arte de la escritura tiene muchos matices, lo importante es conectar con el lector, empujándole a continuar la lectura, a no aburrirle. Yo opino que has hecho un gran trabajo.
    Un saludo desde el 111.

    Escrito el 24 febrero 2018 a las 16:06

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