Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Josefina y un cuarto - por Carlos Jaime Noreña

Web: http://ocurr-cj.blogspot.com

En una casita de un barrio de clase media, sobre una típica calle de viviendas de uno y dos pisos, con andenes cuarteados que los vecinos disimulan con puertas y ventanas bien pintadas y macetas de bellas flores en los antepechos de estas últimas, vive Josefina, mujer que tiene que levantar cinco hijos que le dejó su esposo al morir. Ellos se llaman Alejandra, Emilio, Irene, Ofelia y Urbano. Josefina se defiende elaborando comestibles y le ayudan con las ventas los dos mayores y, de lejos, le colabora su mamá, otra Josefina, señora bastante robusta que mueve con dificultad todo ese cuerpo – le dicen Josefina y media. Esta se consuela viendo engrosar también poco a poco a su hija, a quien ya le dicen Josefina y un cuarto.

Para ordenar su cocina, Josefina, que es muy metódica, empezó a utilizar unos tarros de cuarto de galón de pintura que se consiguió sin uso y, aunque luego agregó otros del mismo tamaño que originalmente contenían leche en polvo o algún otro alimento, a todos les dice los cuartos. En unos guarda pequeños utensilios de cocina, en otros, confites; tiene uno secretamente habilitado como alcancía, sin ranura, para mejor ocultación; otro lo usa para lápices, en otros siembra plantas… Los mantiene muy limpios y organizados, en concordancia con el orden de toda la casa; ha pintado unos de colores vivos, ha forrado otros con papeles policromos… Se pone muy contenta cuando le llevan un tarro; “este cuartico me va a servir para guardar los moldecitos de cortar galletas”.

El día de la madre, sus hijos le regalaron cuatro recipientes de cristal muy transparente con tapa metálica roscada bien pulida “para que salga de todas esas latas”. Ella les dio otro uso: Uno para el cirio con que alumbra una imagen sagrada, así no lo apagan las corrientes de aire, y los demás en unas oquedades de la pared de su habitación que fueron abiertas para iluminación natural; acostados ajustaron preciso; no entran bichos, no circula aire frío y no se pierde la luz. Es que la construcción era originalmente muy oscura y, sin presupuesto para abrir una ventana, hicieron estas perforaciones “mientras tanto” para toda la vida.

Un día necesitaba dinero para comprar zapatos a uno de los niños. Le pidió a la hija mayor, Alejandra, alcanzarle el cuarto decorado con florecitas amarillas. “Mamá, alargué la mano a la tabla de los cuartos, tomé el de la alcancía, lo destapé y… ¡El cuarto estaba vacío!” ¿Por qué lo abriste? ¿Por qué sabías que guardaba plata ahí?" La chica se ruborizó; alguna vez había visto a la mamá destapándolo y guardando un dinero allí. Pero ¿qué pasó? ¿Quién pudo ser? Josefina hizo una extensa indagatoria a todos los hijos y a una muchacha que le ayudaba. Todos negaron haber sacado cualquier billete, desconocían la ‘alcancía’, pero se mostraban muy turbados. “¡Ningún permiso de salida por todo el mes! ¡No pueden meter la mano al cuarto de los confites! ¡No pueden mirar televisión!”

Al día siguiente, la buscó Irene, toda misteriosa, y le dijo en voz baja “mami, apuesto a que esa fue la plata que encontró Urbanito”. El niño de tres años, un día que la mamá bajó los ‘cuartos’ para limpiar la cocina, cogió unos de ellos en un descuido, para jugar; eso lo vio Irene y al rato le quitó los tarros y los tapó. Dedujeron juntas que el niño destapó la alcancía de alguna manera y metió la plata en un carrito, porque unos dos días después sus cuatro hermanos le descubrieron el dinero en el juguete, no se intrigaron por el origen del mismo y decidieron comprar un regalo para celebrarle a mamá su fiesta; hasta les sobró para helados y quedaron todos muy felices.

Josefina apenas alcanzó a disimular unas lágrimas, regañó “sin querer queriendo” a Urbanito por jugar con los objetos de la casa y les dijo a todos que había tenido la mejor celebración de día de madres de toda su vida, que nunca la olvidaría.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

11 comentarios

  1. 1. De vuelto dice:

    Me encanta la ambientación, la presentación de la situación y los personajes, y los complementa la sencillez de la lectura.
    No obstante, no pasa de ser una anécdota porque al conflicto le falta definición, por lo que la solución me parece floja.

    Si quieres leer el mío, es el número 20.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 03:46
  2. 2. IreneR dice:

    Buenas, Carlos Jaime Noreña.

    Me ha gustado el toque que le has dado a lo de los cuartos, muy original esa manera de salir del significado que todos le hemos dado.
    También me ha llamado la atención que no escribas los diálogos de la manera convencional, aunque falta alguna ” para cerrar que habla un personaje y aquí diría que tendrían que ir dos puntos antes de que la niña hablase: (…)le dijo en voz baja “mami, apuesto a que esa (…).

    ¡Un saludo!

    Escrito el 18 julio 2018 a las 05:48
  3. 3. Ocitore dice:

    Hola, Carlos, tu cuento es sencillo y con un buen final. El tema simple, pero con el ritmo con que vas llevando al lector la lectura es agradable. Enhorabuena. Un abrazo y suerte.

    Escrito el 18 julio 2018 a las 06:24
  4. 4. dopidop dice:

    Buenas Carlos,

    Como ya han comentado los compañeros, tu relato rebosa sencillez. Es muy agradable de leer, ya que nos muestras situaciones cotidianas fáciles de indentificar. Todo envuelto en ese ambiente de ternura de una madre con sus hijos.

    A mi también me llama la atención el tema de los diálogos, sé que es correcto puntuarlos así, pero creo que le daría mas dinanimsmo visual el hacerlo con guiones. Pero sólo es cuestión de gustos.

    Por lo demás, me ha parecido un buen trabajo, con un final muy dulce.

    Espero poder seguir leyéndote por estos lares, y si te apetece pasarte por mi texto, estoy un par de puestos encima de ti 😛

    ¡Un saludo!

    Escrito el 18 julio 2018 a las 10:30
  5. Muchas gracias a De Vuelto, IreneR, Ocitore y dopidop por sus elogiosos comentarios y también por sus acertadas observaciones. Voy a leer los suyos.
    Cordial saludo.

    Escrito el 20 julio 2018 a las 00:49
  6. 6. Diego Alba dice:

    Hola Noreña.
    Muy buen trabajo. Lo leí con placer. Me gustan las historias costumbristas y el tono que le pones me parece acertado.
    Me gustaría que tuviera más acción, me falta contundencia en el final y me sobran muchos detalles que no veo necesarios (por caso, los nombres de todos los hijos, la ayudante de la casa) pero es deformación profesional de tanto ahorrar palabras para los micros.
    Te felicito de nuevo por el relato y nos estamos leyendo pronto.
    Abrazo.

    Escrito el 23 julio 2018 a las 05:52
  7. 7. M.L.Plaza dice:

    Hola Carlos Jaime Noreña.
    Muchas gracias por leer mi relato, y por tus amables palabras.
    Tu relato lo leí en el blog, y,tal como te dije entonces, me encantó.
    Así que ha sido un placer volver a leerte. La historia sigue siendo preciosa, y el uso que haces de la frase obligatoria es excelente.
    Saludos

    Escrito el 24 julio 2018 a las 23:07
  8. 8. beba dice:

    Hola Carlos: Gracias por tu visita y comentario.
    Felicitaciones por tu relato. destaco la originalidad de tu “cuarto”; este uso popular cuadra muy bien con el ambiente y los personajes de la historia. También me gustaron la dulzura y simplicidad de las situaciones, a pesar de las dificultades que sin duda viven los personajes. Un saludo.

    Escrito el 26 julio 2018 a las 22:54
  9. 9. Laura dice:

    Hola Carlos.
    Me ha gustado tu relato, pero creo que puedes haberlo pulido para que quede no tanto como un resumen de una historia, donde has ido contando en todo momento el modo de vida de la familia, la situaciòn de desapariciòn del dinero y el final de ella, sino una escena donde señales la vida de tus personajes (Donde considero innecesario lo de los nombres de todos los hijos, aunque en algùn momento me confundí con el detalle de las dos Josefinas), para ir directamente a la bùsqueda del dinero luego de haber festejado el día de la madre, para caer en la cuenta de que el dinero utilizado era el ahorrado con tanto esfuerzo.
    Es tan sòlo un aporte.
    Felicitaciones por Josefina y media y Josefina y cuarto. Un gran acierto para la historia.
    Saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 28 julio 2018 a las 14:52
  10. Muchas gracias a Diego, M. L., Beba y Laura por sus elogiosos comentarios; algunos de estos me animan a seguir derrochando tiempo en la escritura. Y voy a reflexionar sobre las críticas; aunque me tienta refutar una o dos, no lo voy a hacer, porque sería irrespetar vuestros puntos de vista.

    Escrito el 31 julio 2018 a las 01:59
  11. 11. Altair_Midnight dice:

    Hola Carlos J. Noreña,

    Muchas gracias por tu relato. Me ha encantado el enfoque costumbrista lleno de sabor que le has dado. Pienso que está muy bien ejecutado. Es verdad que quizá el conflicto haya quedado un poco flojo, pero tenemos que ajustarnos al límite de palabras que tenemos y creo que la resolución es entrañable y arranca una cálida sonrisa al lector.

    Saludos cordiales,

    Altair Midnight

    Escrito el 8 agosto 2018 a las 12:47

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.