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Anécdota de verano - por Menta

Anécdota de verano

Juan y yo salimos de Bayona muy temprano. Habíamos pasado una semana incomparable: sol, cielo azul, mar transparente, paseos en lancha, horas enteras tirados en la arena fina de la playa y degustación de los mariscos recién capturados. Aquel país era una maravilla. Pero debíamos desalojar el precioso apartamento con vistas al parador, porque los primos de Juan, los dueños de la casa, habían dicho que llegarían muy pronto.

Nuestro plan era llegar a La Coruña y terminar allí nuestras vacaciones. No podíamos entrar en el nuevo apartamento hasta las cuatro de la tarde, así que pensamos que durante el viaje podríamos parar en una playa a esperar tumbados tranquilamente al sol, disfrutando como lagartos.

Por unanimidad, elegimos la playa de La Lanzada. Al llegar allí aparcamos sin dificultad. Solo cogimos la cesta de la comida, la nevera con las bebidas frescas y las sombrillas; el resto del equipaje se quedó en el coche. No había mucha gente y pudimos elegir un buen sitio. Nos instalamos teniendo cuidado en proteger los bocadillos y las cervezas del calor y nos fuimos a dar el primer baño de la mañana. ¡Qué fría estaba el agua! ¡Pero qué buena!

Al salir del agua nos tumbamos en las toallas. En nuestra ausencia, detrás de nosotros se había colocado un matrimonio de mediana edad. Ella se había embadurnado la cara con una crema espesa de color zanahoria y estaba luchando para que penetrara en su rostro. Mientras, él colocaba la otra sombrilla, pero tenía serias dificultades para que el tubo entrara profundamente en la arena.

Le observé sin disimulo porque él estaba de espaldas, y aún así, me parecía muy atractivo: delgado, musculoso, bien conservado, pelo medio cano; tenía algo familiar que me atraía. Se dio la vuelta y me pegué un susto de muerte. Me tapé con el brazo la frente para que no pudiera ver mi rostro. ¡Era mi cuñado, el hermano de mi marido, pero ella no era su mujer!

Cuando siguió intentando clavar la sombrilla, miré con descaro a la “otra”. Era sorprendente el parecido que tenía con mi cuñada: bajita, delgada, morena de piel y de pelo y con cara de pocos amigos. Pero no era ella… En algún lugar había leído que es frecuente que hombres y mujeres que cambian de pareja elijan a otra persona que físicamente se parece a la anterior.

Saqué de su duermevela a mi marido y le dije:

—Juan, no te levantes a mirar, pero ahí al lado está tu hermano Ramón; pero no está con María José. Está con otra…

—¡No fastidies!

No pudo aguantar y se incorporó un poco. Su hermano estaba de perfil.

— ¡Ostras, es Ramón! ¿Pero, quién es esa?

Entonces escuchamos un susurro que decía:

—Churri, me voy al agua. ¡Qué calor he pasado con la dichosa sombrilla!

—Espérame cielo, voy contigo. Tengo que lavarme las manos. Esta crema es muy pringosa, pero muy buena, me la ha recomendado… —dejamos de oír su conversación según se alejaban—.

Me levanté para cotillear con disimulo lo que tenían sobre las toallas. Había una bolsa con un neceser de plástico transparente; lo saqué para ver su contenido. Había un pasaporte y varios mapas. Sentí curiosidad de ver de quien era el pasaporte, pero antes de abrirlo, escuché una voz masculina que de malas maneras me increpaba por hurgar en su bolsa.

Asustada, me di la vuelta y vi su cara cerca de la mía. Me quedé de piedra: el parecido con Ramón era extraordinario, ¡pero no era él!

La agresividad que mostraban los ojos de aquel hombre era tremenda. De repente, sentí miedo y eché a correr sin rumbo. Él me persiguió. Miré hacia delante y sólo vi el mar y el horizonte azul; di un giro a la izquierda y sorteando un laberinto de sombrillas, bolsas, tablas de surf y neveras, llegué hasta la torreta del vigilante de la playa y le pedí ayuda.

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15 comentarios

  1. 1. Andrés Scribani dice:

    Hola, Menta, ¡qué relato tan refrescante! jajaja.

    Muy divertido, buena redacción, descripciones detalladas pero precisas… sin desperdicio.

    Me gusta tu estilo, te seguiré leyendo cada vez que pueda.

    Mi relato es el #47 (“La pequeña Venecia”) -> https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-53/9606

    Espero estes bien y pases un buen día. Saludos.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 07:32
  2. 2. Ocitore dice:

    Hola, Menta, las coincidencias pueden provocar grandes problemas. Seguro que el parecido era increíble, puesto que el mismo Juan no pudo darse cuenta de que no era su hermano Ramón el hombre ese. Bien contado y muy cómico. Un abrazo.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 14:42
  3. Buen giro. Las cosas que pueden pasar cuando se confunde una persona con otra. El inicio me pareció un poco lento pero de resto me gusto. Saludos. Por cierto si leí tu comentario del relato anterior. Lo de la pregunta y la respuesta lo redondea. Saludos.

    Cuando puedas pasaspasas por mi relato el 130.

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 18:29
  4. 4. IreneR dice:

    Buenas, Menta.

    Me ha gustado tu relato, ha sido entretenido de leer, aunque el final me ha sabido a poco. No sé, queda raro, no es un final cerrado, pero tampoco queda abierto… bueno, sí, queda abierto, pero demasiado, como si faltase un trozo. Creo que yo lo habría terminado después del “correr sin rumbo”.

    He visto que casi al final del relato se coló una raya de diálogo al final de la intervención del narrador sin que el personaje siga hablando.

    Pero me ha gustado.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 18 agosto 2018 a las 21:10
  5. 5. Rosanna dice:

    Hola Menta,
    Un relato muy ameno de leer, me ha gustado mucho, las descripciones nos situan en el verano presente, pero me hubiera gustado saber el final con más exactitud.
    Pocas faltas de ortagrafía, esta bien escrito. He visto alguna separación después de guión puesto que siempre va pegada y supongo que la última raya del diálogo final se habrá colado ya que no continua hablando el personaje.
    Por lo demás muy bien, buena historia.
    Te sigo leyendo.
    Un saludo.
    Rosanna

    Escrito el 19 agosto 2018 a las 16:35
  6. 6. Osvaldo Vela dice:

    Hola Menta, voy a plagiar de los otros comentaristas algunas expresiones acerca de tu relato:refrescante, muy divertido, buena redacción, me gustó, descripciones precisas,bien contado y muy cómico,ha sido entretenido y abierto, ameno de leer, bien escrito, buena historia y como puedes ver todos tienen algo positivo que decir. Yo estoy de acuerdo con ellos.
    Las confusiones pueden ser peligrosas pero a veces resultan cómicas.
    Un empleado de mi negocio que había llevado un reparto de víveres a un restaurante del centro de la ciudad, Puerto fronterizo con los Estados Unidos, presumió a su regresó el haber saludado al Presidente Clinton mientras comía en el restauran.

    Yo lo traté de regresar a la realidad diciéndole que no era posible. Más él. seguía insistiendo. Entonces le hice una pregunta. Y el Presidente ¿iba acompañado de Hilary?. a lo que el sin duda contesto “no, iba con otra mujer, pero eso prueba que si era él” y aunque me reí, quede convencido.

    felicidades y sigue escribiendo.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 03:25
  7. 7. Leosinprisa dice:

    Hola Menta,

    Divertida situación, aunque sonrojante para la pareja que ha confundido a sus vecinos de playa con gente de su parentesco. Eso nunca me habría ocurrido a mí, pues sin gafas todos me parecen iguales, bultos que se mueven de un lado a otro, 🙂

    Lo único que voy a remarcar es el final, me parece un poco abrupto al despliegue de tu historia y creo que podría haber merecido algo mejor. Es la única puntualización que puedo observar del texto, lo demás me ha parecido muy entretenido y de agradable lectura.

    Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 08:20
  8. 8. Piquillin dice:

    Hola Menta:
    Me ha gustado mucho tu relato. Me gusta como está escrito, pues de una situación sencilla has creado con las palabras precisas una historia digna para contar. Me gusta tu estilo.
    Cuando puedas, te invito a leer mi texto. Estoy en el número 23.

    Escrito el 20 agosto 2018 a las 19:31
  9. 9. Labajos. dice:

    Hola Menta: Sabiamente elegido el tema del relato, muy veraniego y muy metido en ese ambiente vacacional en el que todos relajamos nuestras alertas. Tienes que reconocer que “Juan y tú” pecasteis de muy indiscretos…tanto que aunque esté escrito en primera persona, dudo muchísimo que el texto sea autobiográfico. No es una experiencia para recordar.
    Ahora en serio, el texto me ha parecido sumamente divertido y conectado con situaciones que realmente ocurren y que solo son cómicas para terceros.
    Nada que objetar desde el punto de vista formal.
    Solo queda desearos a Juan y ti que sigáis disfrutando de la playa lo que resta de verano.

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 00:24
  10. 10. SR. ROSADO dice:

    Hola! me gustó mucho tu relato! Muy bien escrito y fácil de leer.
    Me llevaste a una playa española y eso que no conozco ninguna jaj saludos!
    Mi relato es el 49, soy nuevo y me sirven sus críticas.

    Escrito el 21 agosto 2018 a las 08:08
  11. 11. María Esther dice:

    Hola Menta,un relato divertido,con hechos de la vida real.Me recuerda una vez, que yo estaba en la farmacia del sanatorio, donde había mucha gente. Al salir veo sentada, a un señora conocida que hacía un tiempo prudencial que no veía. Me acerqué le di un beso, y ella me miró con asombro, y me dijo:”disculpe, pero no la conozco”. A lo que respondí:”pero ¿usted no es Rosa, la que vive en Rodó casi Ansina”? Y me respondió sonriente:”no, no soy de acá”En ese momento, con la sonrisa, me di cuenta de que estaba equivocada. Pero la historia no terminó ahí. Cuando le conté a una amiga lo sucedido me dijo:”Rosa hace un año que murió”.
    Perdón, volviendo a tu relato,encuentro un poco abrupto el final, y también me pregunto que pasó con tu marido.
    Me gustó, estoy en el 98, saludos Menta.

    Escrito el 25 agosto 2018 a las 02:59
  12. 12. isan dice:

    Hola Menta:

    Esto sí que es una aventuraza. No solo un parecido sino los dos. Lo que no sé qué hacía Juan confundiendo a su hermano aunque estuviera de perfil y no reconocer su voz y más por qué no le dice nada. A Fin de cuentas a un hermano se le pasan por alto las infidelidades. Tal como lo cuentas, más que un relato, pareciera que te ha pasado realmente y lo cuentas tal cual. Ya lo dice el título: aventura de verano. Lo de recurrir al vigilante es buena estratagema, pero habría que dar muchas explicaciones y no muy creíbles para explicar qué hacía hurgando el bolso.

    En lo formal te señalo alguna cosilla.
    Muchas conjunciones que, algunas muy juntas: “En algún lugar había leído que es frecuente que hombres y mujeres que cambian de pareja elijan a otra persona que físicamente se parece a la anterior.”

    “Sentí curiosidad de ver de quien era el pasaporte,…” QUIÉN con tilde.

    “…—dejamos de oír su conversación según se alejaban—.” Dejamos con mayúscula y sobra la raya posterior a alejaban.

    “Por unanimidad, elegimos la playa…” Sería mejor “de común acuerdo” o simplemente “elegimos la playa” Ciertamente es por unanimidad, ya que siempre será así ya que, si no hay unanimidad, nunca habrá acuerdo pues habrá dos opciones cada una al cincuenta por ciento.
    Divertido relato de verano.

    Un saludo.

    Escrito el 28 agosto 2018 a las 20:40
  13. 13. Menta dice:

    Hola a todos los que habéis dejado vuestros comentarios a mi relato. No he podido contestar porque he estado fuera de vacaciones. Pero aunque tarde voy a intentar hacerlo. Muchas gracias a todos por vuestra comprensión. Un saludo, Menta

    Escrito el 31 agosto 2018 a las 21:45
  14. 14. Luigi Callieri dice:

    Hola Menta,
    Un texto muy interesante el que propones. Puede ser un modelo de lo que Hemingway mantenía : el verdadero significado de un texto escrito no debe ser evidente a partir del relato de superficie, más bien, el quid de la narración tiene que residir por debajo de la superficie y traslucirse
    Así la voz narrativa en primera persona plural para lo que puede ser visto y conocido, pasando al singular para lo que debe ser oculto, perfecta esa presentación de los secundarios, la pasta de zanahoria en el rostro de “la mujer” y detallada descripción (muy atractivo) del “cuñado”
    La Lanzada es un escenario perfecto ayudada la descripción por la soledad en el momento de la acción.
    En fin, es un relato que merece la pena recoger para experimentar el modo de cómo se puede mostrar mucho con lo que se “omite”, tal como sostiene la teoría del iceberg.
    Enhorabuena y gracias por este aporte

    Escrito el 1 septiembre 2018 a las 09:13
  15. 15. Laura dice:

    Hola Menta.
    Tu relato es fresco, liviano, propio del verano, perfectamente situado.
    Me queda un poco extraño que en lugar de explicar el error hayan decidido salir corriendo. De todos modos, considero por completo inapropiado hurgar en las cosas de los demàs. Yo esperarìa a escucharlos un poco màs, llamar al cuñado, antes de lanzarme a señalar que es él. A propòsito, ¿qué se hizo de su esposo? ¿No hizo de vigìa ni tampoco le dijo que no revisase tan libremente? ¿Ninguno de ellos miraba a la pareja, aunque sea de vez en cuando?
    Es material para una de las clàsicas comedias de enredos.
    Mis saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 2 septiembre 2018 a las 13:32

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