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Los girasoles - por Helena Sauras

Web: http://rodoreda.wordpress.com

Aquella tarde pintaba en silencio. La guerra hacía meses que había comenzado en su comunidad. Le daba miedo salir sola a la calle, por si alguien la increpaba por sorpresa con violencia. No se fiaba de nadie. La luz de algunos de sus vecinos llevaba meses apagada. ¿Hacia dónde habían huido? Su edificio apenas conservaba su propia luz, la que intentaba conseguir imitando a uno de sus pintores favoritos: Van Gogh.

Clara aquella semana continuaba pintando, aunque el sol no saliera apenas para ella. Se avecinaba un otoño difícil de describir. En su vida no había visto nada parecido y evitaba cruzarse con nadie. La guerra de símbolos continuaba en las calles y, lo más lamentable, en los espacios públicos. Aquel verano había sido incierto, con las playas llenas de cruces amarillas, simulando un cementerio. Ella no había tomado el sol, quizás otro año más calmado, con menos crispación en las toallas y, con los nudillos apretados, estuvo a punto de morder el pincel. Era ira contenida.

Por la noche, la mujer intentaba aprender técnicas plásticas. Y una vez las dominase, esperaba encontrar su estilo propio. La pintura se había convertido en su obsesión y, mientras pintaba, sentía que el amarillo de sus girasoles la acercaba a la composición que había creado y hacia la vida. Un jarrón que simulaba a su país, España, y un girasol para cada comunidad autónoma. El jarrón contenía todos los girasoles.
Chasqueó la lengua al ver el resultado final. Había algún girasol que protestaba porque se pensaba que era mejor que los demás y reivindicaba que no se le había tratado como debía.
—Tranquila, es solo ruido —se dijo.

Y se enchufó los auriculares y, con la música animada de Rozalén que sonaba en la radio, fue terminando su obra.

Evitaba hablar del tema con ninguno de sus conocidos, pero mientras tanto fue pintando cada día un poco más. Siempre podría cambiar el color, dependería del cristal con el que se miraba. Para ello, tenía varias gafas de sol con los cristales tintados para cada momento. Pero aquel día supo que se tenía que encontrar la manera, a pesar de que algunos se empeñaban en continuar en el mismo callejón sin salida.

—Tienes buena estrella, Clara. De ti dependerá conservarla —dijo su vecino al volver y cruzarse con ella en la escalera.

No supo si tomárselo como un cumplido o una amenaza, pero al apreciar el tono calmado de su voz, Clara le sonrió. Y fue esa forma simple de comunicación, la que pudo empezar a suavizar la convivencia. Atrás quedarían los insultos, las pintadas, y la quema de banderas. Había pasado una temporada en prisión por la violencia con la que pegó a otro vecino por colgar una bandera, que contenía una estrella. El daño estaba hecho y la denuncia no tardó en llegar.

***

Por fin, Clara ha encontrado su voz propia después de su ruido interior. Aprender a convivir en la diversidad desde la paz, desde el respeto y el diálogo, pero siempre dentro de la ley y la constitución. Tiene pensadas nuevas composiciones en un futuro. Otras series de cuadros independientes, que la obliguen a seguir pintando.

Clara piensa que somos ciudadanos de un mundo revuelto, pero pertenecemos a él por más que nos empeñemos a mantener una actitud crispada y a veces distante. Desatemos los nudos que nos atan, ya no importa el color, cada impresión importa, pero con la suma de todos. Los lazos amarillos son solo una protesta como las pinturas de Clara, que defiende otra perspectiva, pero no por ello tiene que ser silenciada. Y si a alguien no le gusta el color, que se ponga otras gafas de sol y dibuje otra sonrisa. ¿Podemos reinventar y dejar atrás la guerra de símbolos?

España tiene muchos cristales, tantos como comunidades autónomas. Como los girasoles, en días nublados nos buscaremos y nos miraremos de frente. Si no hay sol todos los días, al menos nos tendremos unos a otros para compartir nuestra energía, porque nos necesitamos.

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5 comentarios

  1. Un relato que refleja la crudeza y la estúpidez de la guerra y como el arte puede salvarnos. Me gusta el estilo de tu prosa, aunque siento que diálogos y acción le hubieran ayudado mucho a tu relato y a reforzar la idea sin la necesidad de que el narrador exolique lo que Clara piensa. Saludos y sigue escribiendo. Nos seguimos leyendo

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 13:39
  2. 2. Gabacha dice:

    Hola, Helena. Un tema muy de actualidad el que nos propones a través del jarrón y los girasoles. Como tu narrador y como tu protagonista espero que todo pase y que en algún momento la guerra de símbolos quede atrás.

    Lo que más me ha gustado es el estilo de tu prosa. Lo que revisaría es la injerencia constante del narrador. Me gusta ver a los personajes hacer.

    Un saludo.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 18:11
  3. 3. David dice:

    Buenas Helena,
    me gusta tu prosa, creo que es rica y dibuja buenas imágenes.
    Pero por contra, creo que, en este relato, el narrador se pasa de la raya intentando dejar muy claro su mensaje cuando el personaje ya lo había hecho con ese jarrón lleno de girasoles.

    Luego, tema comprometido y del que creo no se puede dar una explicación global con 750 palabras. Es mucho más complejo que eso.

    Saludos.

    Escrito el 18 septiembre 2018 a las 19:23
  4. 4. Laura dice:

    Hola Helena.
    Me ha gustado tu relato.No soy de España, por lo que puedo errar con relaciòn a mi apreciaciòn a la cuestiòn de las comunidades de España, pero considero que lo tocas con gran delicadeza y ofreciendo una propuesta de convivencia pacìfica, viendo al otro como otro yo con diferentes ideas, pero que en esencia es otro yo.
    Otros de España podràn darte otras apreciaciones.
    Mis saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 19 septiembre 2018 a las 12:04
  5. 5. Jo Ben dice:

    Hola, Helena
    Me ha gustado tu relato y la utilización que has hecho del jarrón y los girasoles como símil de la situación que narras. La posición de la protagonista queda clara en la primera parte de la narración, por lo que el alegato final posiblemente no sea necesario.
    Por otro lado, el tema es tan controvertido que no creo que se pueda simplificar tanto.
    De todos modos, ha sido un placer leerte.
    Un saludo

    Escrito el 26 septiembre 2018 a las 17:13

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