Cada familia es un mundo - por Lucy J.S

El autor/a de este texto es menor de edad

Recuerdo el día en que mis padres se separaron. Fue de esos días para olvidar, mi madre gritándole a mi padre que no volvería a pisar la casa nunca y que mejor que pagara una mensualidad para mí o haría lo imposible por dejarlo en bancarrota, ante lo cual mi padre respondió subiéndose al taxi de un portazo. Lo había visto todo desde mi ventana empapada de gotas por la lluvia mientras abrazaba a mi gato con fuerza para no llorar; recuerdo sentir como mi mundo se partía en dos, no éramos una familia perfecta pero nos llevábamos bien dentro de todo, saliendo los fines de semana al cine, yendo de vacaciones a la playa y haciendo el intento de cocinar algo comestible. Sé que uno puede intuir cuando todo está yendo mal, pero no cuando uno de tus mayores sueños está a punto de volverse realidad. La escuela estaba colaborando en la organización de un festival de música en la ciudad donde los estudiantes podían participar formando bandas entre compañeros y se rumoreaba que iban a ir compañías discográficas que buscaban nuevos talentos musicales. Siempre amé la música, era lo único que me daba energía y coraje para todo, por lo que desde los 6 años que voy a guitarra y canto e incluso comencé a escribir canciones sobre lo que me pasaba a diario, por lo que cuando me dijeron esto sentí una inmensa alegría y determinación por lucirme en el escenario. Así me junté con varios amigos que sabían tocar instrumentos y empezamos a practicar varias canciones después del colegio en el garaje de mi amiga Laura, por lo que de la emoción estábamos horas y horas tocando. Pero a pesar que empezó a suceder que me venían a buscar antes alguno de mis padres o que tenía que volver sola a casa, seguí determinada en la música y en la canción que estaba escribiendo para ello, metida en mi fantasía de súper-estrella.
Por eso me calló como un balde de agua fría cuando me dijeron que se iban a separar, estaba tan metida en mi proyecto que no lo vi venir; sé que el amor no dura para siempre y que se separaron por una buena razón, pero por qué ahora que los necesitaba más que nunca. Intenté mantener la calma, diciéndome que era mejor saber la dura verdad que vivir en una mentira y que era asunto de ellos y no mío, pero me afectaba y eso podía verse en mi descenso de notas y en la manera agresiva que contestaba a quien quisiera ayudarme; para mí todo el mundo era feliz hasta que mis padres se separaron. Así llegué contestarle varias veces de forma irrespetuosa a una profesora, lo que llevó a que citaran a mis padres por ello y una vez que terminó la reunión me retaron por lo que hice hasta que mi mamá me dijo algo que me hizo darme cuenta de lo que estaba haciendo “entiendo que la situación sea difícil para ti, pero debes aprender a pensar más en ti y que los problemas de los demás son suyos, no tuyos”. Debido a todo esto dejé de lado la música y a mis amigos, que eran lo que me hacían feliz, por lo que decidí dedicarme a ello el poco tiempo que me quedaba y comencé a escribir una nueva canción.
Llegó el día del show y estaba muy nerviosa, debido a que con todo este asunto casi ni practiqué, pero después de lo que pasó logré terminar mi canción y a último momento les pedí a mis amigos que me dejaran tocarla, lo cual me aceptaron luego de disculparme por todo y prometerles que si salía todo bien cenaría con ellos después del show. Así me puse enfrente del escenario con mi look de pelo negro, chaqueta negra de cuero, pollera rosa y botas negras, y canté mi canción con mucha energía y euforia, sintiendo como mi ira, dolor y frustración eran expulsados de mí. Terminé la canción, sonriendo abiertamente por sentir como un haz de esperanza al ver el entusiasmo del público y agentes, pero sobre todo porque el amor de mis padres hacia mí no había cambiado a pesar de todo ya que pude ver a mis padres al fondo del público uniéndose con alegría a los aplausos.