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La fuga - por Florencia M
Los ronquidos se escuchaban desde el sótano. Era ya de madrugada y faltaba poco para la hora pautada. Esta vez no podían fallar como la vez anterior. No podían, de ninguna manera, ser atrapados durante la fuga.
Cuando la sacaron del laboratorio para llevarla allí, a ese lugar aislado y solitario, pensó que sería su fin. Pero apareció él: la olió, la rodeó y la conquistó. Ella le ofreció los pedazos de quesos que le daban sus captores. Él la liberó con sus dientes para amarla, pero su morada cercana la hizo presa fácil. Capturada, fue nuevamente encerrada, y ahora, mientras el jefe dormía arriba, tenía como vigilante a la mujer morruda, aquella que le daba los productos que le estaban dañando la salud. Ya no le quedaba mucho tiempo si quería vivir. Por eso, él se ocupó de buscar otra salida y un nuevo destino.
Por fin escuchó la señal. Saltó a la parte más alta de la caja, sobre la rueda, donde él ya había comido los barrotes. Librada, justo antes de salir por el desaguadero vio la carne blanca y tibia. No pudo resistirse. Clavó con fuerza sus dientes en la pierna de la mujer antes de huir a toda prisa bajo un manto de gritos.
Hola
Un relato que es tan breve que apenas puede degustarse. Una historia de ratones, supongo; si no lo he entendido mal. Me ha parecido bastante interesante y entretenida. Se podrían haber añadido más detalles, pero es una escena breve.
Un saludo
Florencia:
Comparto lo qe dice Jode Luis, un relato interesante, pero demasiado breve, deja demasiado sin decir.
Nos estamos leyendo
Hola Florencia.
Un relato precioso, aunque me parece increible el mordisco final, que puede ser fatal para tu protagonista. Solo tenía que dejar dormir a la guardiana. Por eso te sugiero que vea la pierna pero estoicamente pase de largo.
A mí me ha encantado que sea un relato muy breve porque lo hace muy ágil.
Ha sido un placer leerte.
Saludos
Hola Florencia
No te imaginas cuánto me ha gustado tu breve relato.
La ratoncita de laboratorio logra escapar, pero no puede resistir la tentación de darle un mordisco a esa carne blanca y tibia.
Muy bueno.
Saludos
Hola Florencia:
Siguiendo las recomendaciones para los comentarios, te señalo primeramente algunas cuestiones de forma que yo cambiaría, luego tú decides.
“Esta vez no podían fallar como la vez anterior.” Por cuestión de economía y no repetir palabras, bastaría con decir: Esta vez no podían fallar como la anterior.
“Pero apareció él: la olió,…” Cambiaría los dos puntos por punto o por coma.
“…nuevamente encerrada, y ahora…” sobra la coma.
“…bajo un manto de gritos.” Creo que la palabra manto no le va bien ya que, para mí, tiene connotaciones de cobijo, de acurrucarse al abrigo. Te propongo estas: caterva, retahíla, sarta, rosario, cúmulo, sinnúmero…
El narrador en tercera persona que has elegido seguramente es el que mejor encaja al relato. El hecho de que no haya diálogo, que siempre se agradecen porque aligera el relato, en este caso, al ser breve, no se nota, pero siempre aunque sea una frase le va bien. Como que lo viste elegante.
El fondo estupendo. Una breve historia de amor que tiene futuro. Me ha parecido muy ingenioso. Tal vez no cumple el reto en el sentido de que salga mal, pero eso no tiene importancia.
Ha sido un placer.
Florencia, a mí también me ha encantado que sea un relato muy breve. En él dices todo lo que querías contar y no nos queda ningún vacío.
Claro que si uno quiero agrandar un escrito, lo agranda; hasta un “buenos días” se puede prolongar por varias páginas.
Las observaciones de lenguaje ya te las martilló Isan.
Saludos.
Hola! muchas gracias a todos por su lectura y comentarios. Tomo nota Isan de tus observaciones, gracias!
Hola Florencia M.
Tu texto es muy bello.
Mis saludos.
Hasta la próxima propuesta.