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TERAPIAS - por cassialareco@gmail.com

El hombre se transformó en barro y ella lo modeló con sus manos.
Se conocían poco, pero sabían qué podían esperar el uno del otro. Ella quería poner en práctica las enseñanzas que había adquirido en el curso de masaje terapéutico y él quería que sus articulaciones dejaran de doler.
Así pues, Lupe llegó al antiguo lavadero del pueblo, un edificio abandonado a las afueras del pueblo, poco frecuentado y pequeño. Llevaba una camilla de masajes que había comprado en wallapop (no sabía si se dedicaría a eso de los masajes y no quiso gastar mucho en una nueva) y un taburete plegable para que Paco pudiera subir a la camilla sin dificultad. Aparcó en la parte de atrás, así no se vería el coche desde la carretera de acceso. Sacó todo del maletero, incluida una bolsa pequeña con aceites esenciales, una vela e incienso.
Paco vino con su moto eléctrica -demasiado lejos para ir con la muleta- y también la dejó detrás. Estaba nervioso, como si fuera a una cita. Pero estaba claro que no era una cita. Lupe era una jovencilla de 25 años y él, un inválido de 50. Le habían dado muchos masajes en su vida ya que la rehabilitación que tuvo que hacer después del accidente los incluía, pero esa niña… Estaba al tanto de lo que Lupe quería, le había pedido un favor y él había aceptado, pero no sabía donde se había metido…
-Lupe, ¿estás ahí?
-Sí, si pasa, estoy montando la camilla. ¿Te molesta el olor a incienso? ¿Y las velas? No son necesarias, pero a mí me gusta dar un toque esotérico. Utilizaré también aceite esencial de romero y manzanilla. Quiero conocer la musculatura de tus piernas y tu espalda y el aceite me lo facilita. Además, el romero y la manzanilla tienen propiedades calmantes y antiinflamatorias, o sea, que mal no te hará. También pondré música relajante y así evitamos conversaciones o silencios incómodos.
– Bueno, no soy muy de incienso, me recuerda a la semana santa. En mi pueblo, el día de martes santo, sale la cofradía del silencio con incensarios muy grandes y se llena todo de ese olor. Aunque no creo que el que tu vas a quemar huela tanto, ¿o sí?
– No, no te preocupes, es suave. Bien, ya está montada la camilla. Quítate la ropa y ponte esta toalla.
Francesc se desvistió y se subió a la camilla no sin esfuerzo ya que, cada vez estaba menos ágil. Se tumbó boca abajo y se cubrió con la toalla.
-Cuando empiece la música, comenzaré el masaje. Notarás las manos algo frías, pero será un momento. Si alguna cosa te incomoda, dímelo, por favor, y paro. Muchas gracias por dejarme practicar contigo.
Sonó la música y el hombre se transformó en barro. Lupe recorrió despacio los gemelos y los isquios de una pierna y luego de otra, siguió por las lumbares y las dorsales. Hizo un estudio mental de los músculos de las piernas y la espalda de Francesc. Continuó con un análisis de su cráneo.
Y tras esto, Lupe cerró los ojos y fue desatando los nudos de la musculatura de Francesc y relajando la tensión de su espalda, Y remodelando con sus manos, cual escultor, el cuerpo de su modelo.

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8 comentarios

  1. 1. Jon Artaza dice:

    He de decir… ¡maldita sea!… reconocer… Que la mayor sorpresa de este cuento es que ¡no ocurre nada!

    Me he reído al terminar la última línea y exclamar “¿Y? ¿me he perdido algo?”. He vuelto atrás, lo he releído… “¿Pero entonces para que se van al lavadero del pueblo? ¡si eso es de lo más raro y sospechoso de toda la historia! ¿Y toda esa cándida perorata sobre Lupe comprando en Wallapop?… Pero… Pero… ¿¡Es tan solo una historia de una chica novata dando un masaje a un tipo que conoce!? ¿¡Solo eso!? ¿no hay sexo o algo…?”. No, ni se insinúa, todo muy casto… El señor no tiente pinta de serial killer, ni ella de estranguladora de ancianos… Nada de nada. Es una historia dedicada a los quiroprácticos, supongo. Me parto.

    No se si era esa la idea, pero si lo es, es una genialidad como “performance” literaria. Aplausos.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 16:21
  2. 2. paola dice:

    Hola Cassia

    Soy tu vecina de arriba y me toca hacerte comentario.

    El relato está bien escrito y tiene frases logradas como la primera, pero se echa en falta algo de trama, algo que nos explique el por qué verse tan a escondidas.

    Saludos

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 23:17
  3. 3. Chus Galego dice:

    Buenos días, Cassia.
    Tu relato me resulta curioso.
    Está bien estructurado y tiene un lenguaje cuidado.
    Independientemente a la trama (que considero que existe, más intuida que contada) me ha llamado la atención el papel del narrador. Entiendo que este es un narrador omnisciente que cuando expresa los sentimientos del hombre se refiere a Paco(más familiar) y cuando está en la cabeza de Lupe habla de Francesc (no se conocen apenas y ella no tiene porque saber su nombre familiar). Un acierto muy sutil.
    Enhorabuena.
    Un saludo.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 07:48
  4. Buenos dias Cassia,

    Me ha gustado el relato. Su ausencia de trama le hace tener trama de alguna forma jejejeje. Lo unico, algunas repeticiones innecesarias, -“pueblo” en dos lineas seguidas- y que al principio llamas al personaje Paco y luego Francesc. Es el mismo nombre, lo se; pero confunde.

    Un saludo, y quedas inivtada a pasar por mi relato

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-59/10359

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 10:09
  5. 5. Jon Artaza dice:

    aaaa

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 10:28
  6. 6. Cassia dice:

    Gracias por los comentarios y las puntualizaciones. Tomo nota para las próximas escenas.
    Chus Galego parece que has descubierto la esencia del relato. Muchas gracias

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 15:18
  7. 7. Baxin dice:

    En vez de decirnos desde el principio su intención de practicar con él, podría quedarse en incógnito hasta el final. Creo que la nerviosa sería ella 🙂

    Escrito el 22 marzo 2019 a las 01:33
  8. 8. María Jesús dice:

    Hola Cassia: El tema me toca de cerca porque hay masajistas en mi familia, la escena la preparas perfectamente, toda la parafernalia que se suele emplear para preparar un masaje, pero la trama en si es un poquito lineal. Se lee con gusto, si, pero no te altera, lees esperando que suceda alguna cosa que de un vuelco pero nada. De todas formas el relato está escrito con mucha corrección. Los lectores no siempre tenemos que esperar que leer un relato sea parecido a subir a una montaña rusa.
    Saludos desde el 114.

    Escrito el 26 marzo 2019 a las 13:54

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