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Cambios - por Alexander Molinosky
El hombre se transformó en el tiempo, aquel edificio abandonado dejó de tener dimensiones, El hombre fue uno con el universo, el universo fue uno con el hombre. Sus brazos se extendieron hasta tocar el infinito y pudo sentir en la yema de sus dedos como los recuerdos que guardaba el futuro se convertían en olores que lo llevaban a todos los sitios que no existían, pero en los que había pasado mil vidas. Su alma se desgarró y los retazos se fusionaron creando polígonos de lados incontables en los que paseaba con todas las personas que habían formado parte de la humanidad, pero que en realidad eran una sola. Una persona que poseía todos los rasgos posibles, una persona que le decía gritándole flojo al oído: Vuelve.
Vuelve.
Pero él decidió no volver. Quiso seguir siendo un grano de la arena de los que forman la playa del infinito. Quiso no volver a perder a nadie. Quiso sentir como su cuerpo se estiraba hasta llenar el vacío. Quiso no dormir otra noche en aquel edificio casi derruido.
Hora de la muerte: 9:11 A.M.
Varón, blanco, 40 años aproximadamente. Posible sobredosis. Se realiza RCP. No se recupera.
Buenos días Alexander: muy intenso tu microrrelato, muestras una realidad que nos azota. Al no ponerle nombre al Hombre, personificas en él tantos hombres desamparados, perdidos en la inconsistencia de la droga, el desamparo de una sociedad que no los cobija y quizás una ausencia total de lazos afectivos. Breve pero contundente.
Si quieres pasar por el mío, estoy en el 110.
Saludos
Galia
Buenas Alexander;
Impresionado y a la vez orgulloso despues de leer tu relato. Describes muy bien el proceso que realiza este hombre en sus ultimos momentos que, al no ponerle nombre, le das un tono mas real.
Muestras la cara emocional de tantos drogadictos que mueren solos. Buen trabajo. Sigue asi, no lo dejes.
Un saludo de tu amigo Orestes
Buenas Alexandre,
Muy muy interesante relato, muy poetico pero con un final muy prosaico.
Me ha gustado mucho
Sigue asi!!!!!
Lindo y triste, al mismo tiempo. Me gustó el móvil que presentas al final, esa evación de la realidad, a veces es más fácil que enfrentarla 🙂