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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El regalo de Pedro - por María Jesús

Hacía mucho tiempo que no veía a mi amigo Pedro, casi desde que acabamos la carrera y cada uno siguió su rumbo. Por eso cuando me llamó aquella mañana al despacho proponiéndome que nos viésemos, me sorprendió. Me citó en su casa y su voz al teléfono denotaba urgencia.
Cuando me recibió, su aspecto me dejo bastante desconcertado teníamos la misma edad, pero él parecía por lo menos treinta años más viejo.
―No me digas nada―me advirtió cuando leyó la sorpresa en mis ojos.
Pasamos a la casa y me llevó directamente a la cocina, en cuya mesa había un hermoso jarrón con margaritas amarillas. Tomamos café mientras se explicaba.
―Te habrá sorprendido mi llamada después de tantos años sin vernos, pero es que te tengo que pedir algo muy importante y créeme, de todas las personas que conozco tú eres la que más confianza me inspira.
―Si está en mi mano ayudarte…
―Me gustaría que te hicieses cargo de algo cuando a mí me llegue la hora, que ya está cerca.
Le miré con preocupación.
―Ven conmigo―me dijo haciéndome un gesto para que le siguiese.
Me condujo a través de un salón adornado con una legión de objetos curiosos, entre los que destacaba una mandíbula completa de tiburón, hacia un pasillo al final del cual había una escalera, bajamos. Yo le seguí intrigado y con creciente inquietud.
―Lo que te voy a mostrar te va a parecer imposible, pero te aseguro que es absolutamente real.
Tras una puerta acorazada había una especie de cabina rectangular de unos tres metros de ancho por dos de alto.
― ¿Qué es esto? ―pregunté.
― Mejor será que te haga una demostración práctica.
Abrió la puertecilla de la cabina y entramos, era un habitáculo diáfano a excepción de dos sillas y un panel de control con varias palancas y potenciómetros.
―A ver, vamos a hacer un viajecito corto, siéntate por favor.
Me indicó una de las sillas mientras él se sentaba en la otra.
Obedecí con recelo, pero incapaz de negarme ya que la curiosidad era superior.
―Vamos a ir a la Expo de Sevilla―dijo manipulando los botones hasta que en un recuadro luminoso se encendió la fecha, 1992 y al lado la ciudad, Sevilla.
Al mismo tiempo en el techo se encendió una luz intensa acompañada del ruido de un motor. La cabina empezó a temblar y yo con ella, me sujeté aterrorizado al brazo de mi amigo mientras sentía como si mi cuerpo se estuviese disolviendo. Durante un instante agónico todo se volvió negro, pero enseguida volvió la luz y me vi junto a Pedro haciendo cola para entrar en la Expo. Había muchísima gente.
―No vamos a entrar, entre otras cosas porque solo llevamos euros en el bolsillo―dijo con una risilla.
― ¡¿Pero qué demonios…?! ―exclamé completamente aturdido.
Mi amigo me hablo en voz bajita:
―Observa todo esto, solo he programado dos minutos, después te daré todas las explicaciones.
Yo tenía siete años cuando se celebró la Expo de modo que no había estado, pero todo lo que había allí recordaba haberlo visto en revistas o internet. A lo lejos se apreciaba la esfera bioclimática. Vi también la mascota Curro repartiendo panfletos en la cola de visitantes, poco más ya que dos minutos después me vi haciendo el mismo viaje, pero a la inversa, de nuevo estaba en la cabina.
―Has viajado en el tiempo―me dijo mi amigo yendo al grano―Este vehículo, por llamarlo de alguna manera, lo heredé hace unos años de un tío materno, físico e inventor. Desde entonces he viajado a menudo a todo tipo de acontecimientos mundiales. Pero este juego tiene un precio, y cada viaje acorta mi vida. Me queda poco tiempo, estoy físicamente deteriorado, no tienes más que ver mi aspecto, pero me preocupa que esta máquina caiga en manos equivocadas.
Puesto que había vivido la experiencia, no pude tacharle de loco.
―Puedes vivir experiencias extraordinarias, créeme y sin correr riesgos mientras viajas al pasado, nadie puede verte.
― ¿Solo se puede viajar al pasado? ―pregunté.
―El futuro no está escrito― y tras una pausa añadió ― ¿Qué me dices, te interesa? Porque si me dices que no, tendré que desguazarla. Y sería una pena.
― ¿Pagando tú mismo precio? ― fue lo único que se me ocurrió preguntar.
―Esa será tu elección. Pero cada viaje supone un trastorno molecular importante, ya me ves a mí.
Y aquí estoy recordando cómo empezó todo mientras veo la cabeza de María Antonieta rodar desde la guillotina.

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17 comentarios

  1. 1. kirjanikmaya dice:

    Hola, Maria Jesús.

    Bien relato, de pronto me queda una duda cuando Pedro dice:

    ―No vamos a entrar, entre otras cosas porque solo llevamos euros en el bolsillo―dijo con una risilla.

    No concuerda con:
    ―Puedes vivir experiencias extraordinarias, créeme y sin correr riesgos mientras viajas al pasado, nadie puede verte.

    Si nadie puede verlos, la única razón para no entrar, sería el poco tiempo del que disponían (2 min) y no la diferencia de moneda.

    Pero es es mi humilde opinión como lector, es posible que lo hayas expresado desde un punto de vista diferente. También noté que llegaste a las 750 palabras exactas, así que tal vez debiste editar mucho el contenido, eso a veces nos obliga a pasar por alto algunos detalles, (por lo menos a mi me ha pasado).

    Saludos.

    Soy tu vecino del 63, por acá te dejo el link, por si tienes tiempo de visitar mi relato.
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-60/10579

    Escrito el 17 abril 2019 a las 18:00
  2. 2. IreneR dice:

    Buenas, María Jesús.

    Es curioso, pero a pesar de que el reto era lo del viajero en el tiempo, no se me ocurrió crear una máquina del tiempo. Me he sorprendido al verla en tu relato por la tremenda lógica que tiene.

    Me ha gustado, creo que lo has sabido llevar bien, aunque más que un relato, yo diría que es una escena en la vida de los dos personajes.

    Algunos guiones de diálogo no están bien puestos: las acotaciones del narrador y al final, algunos de los últimos del diálogo.

    A pesar de que entiendo lo que quieres decir, esta frase me parece muy difícil de entender: “Me condujo a través de un salón adornado con una legión de objetos curiosos, entre los que destacaba una mandíbula completa de tiburón, hacia un pasillo al final del cual había una escalera, bajamos. Yo le seguí intrigado y con creciente inquietud.”. No sé si faltan comas, la estructura está mal… No sé, pero la he tenido que releer un par de veces.

    La imagen de ver la cabeza de María Antonieta rodar me ha encantado.

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 17 abril 2019 a las 20:32
  3. 3. Laura Nayar dice:

    Me pareció interesante no encontrar un verdadero conflicto que el protagonista deba superar pero aún así me gustó bastante el relato.
    No encontré muchos errores, quizás sólo la parte que dice “su aspecto me dejo bastante desconcertado teníamos la misma edad”, me parece que le falta una coma, quedando “su aspecto me dejó bastante desconcertado, teníamos la misma edad”.
    Me dio risa ver como Pedro lleva a su amigo a viajar en el tiempo sin avisarle antes que eso llevaba consecuencias, pero me cayó bien el personaje.
    No entendí lo de la cabeza de Maria Antonieta pero supongo que eso ya es falta de cultura mía.
    Un saludo

    Escrito el 17 abril 2019 a las 23:42
  4. 4. María Jesús dice:

    Tienes razón Irene, la frase a la que haces referencia es un poco enrevesada, yo misma leyéndola me he dado cuenta.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 11:02
  5. 5. María Jesús dice:

    kirjanikmaya: Lo de los euros lo pongo porque en aquel entonces todavía se pagaba con pesetas, quise darle un toque de humor al tema. E cuanto a lo de programar solo dos minutos, era porque Pedro solo pretendía hacerle una demostración antes de plantearle la petición que le iba a hacer, pensé que ambas cosa estaban claras. Tienes razón, tuve que hacer muchos cambios para que cuadrase las 750 palabras ya que el texto tal como lo diseñé en un principio era mucho más largo.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 16:27
  6. 6. María Jesús dice:

    Laura Nayar: La frase final, revela que el narrador y protagonista de la historia acepta usar el regalo de Pedro. ¿No sabes quien fue María Antonieta?

    Escrito el 18 abril 2019 a las 16:35
  7. 7. Alberto dice:

    Buenas María Jesús,

    Felicidades por cómo has sabido llevar el reto y lo amena de la historia. Creo que va de menos a más y ese final con la escena de María Antonieta es una maravillosa forma de dar a entender cómo se desentiende de las consecuencias de viajar en el tiempo y termina aceptando el regalo de su amigo.

    La escena en la que bajan por las escaleras también me ha resultado complicada de entender, ahí creo que te ha faltado una segunda lectura, porque sí se nota qué quieres decir pero seguro que ese párrafo lo has escrito varias veces pero no te has parado a leerlo detenidamente confiando en que tus reescrituras no afectaban al conjunto del párrafo (o esa sensación me da a mí). Por otro lado, son fallos mínimos pero me ha parecido ver un par de pasados sin acentuar, fruto seguramente de no haber realizado una corrección exhaustiva por tu parte.

    Dicho todo lo malo que le puedo encontrar, que ya ves que es muy poco, te felicito por lo natural que has sabido reflejar el hecho de viajar en el tiempo. Escribes muy bien, de los que he leído hasta el momento está entre los que más me gustan sin duda (puede que por edad me sintiera un poco reflejado en el protagonista! Tampoco pude disfrutar de la Expo en plenitud jeje).

    Un saludo desde el 98.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 17:24
  8. 8. Sirga dice:

    Hola María Jesús. Me ha gustado mucho tu historia, se lee de un tirón y es fácil ver las imágenes que describes, incluida la cabeza de Maria Antonieta rodando.
    Felicidades. Nos leemos

    Escrito el 19 abril 2019 a las 12:00
  9. 9. M.L.Plaza dice:

    Hola María Jesús.
    A mí también me gustaría ver la muerte de María Antonieta, aunque no daría ni un minuto de mi vida por ir a la Expo. Tu relato me parece una versión estupenda de lo de la curiosidad mató al gato.
    Me ha gustado mucho esa visión casera y sin sobresaltos de los viajes en el tiempo, que sacian la curiosidad histórica a cambio de la vida. Supongo que son opciones personales.
    El texto me ha parecido muy ameno y bien escrito. Lo único que me ha chocado es lo de tomarse un café en la cocina, claro que visto lo que viene después, tampoco es tanto.
    Me ha gustado mucho cómo has solucionado sin estridencias lo del viaje en el tiempo.
    Saludos.

    Escrito el 19 abril 2019 a las 16:23
  10. 10. MOT dice:

    Hola María Jesús.
    Un placer leerte de nuevo, como siempre.
    Una vez más he disfrutado con tu historia (me encanta la temática del viaje en el tiempo). Me ha enganchado desde el inicio, no me ha soltado, y en el momento final, ESE final, me ha mantenido inmóvil bajo esa ducha de agua fría… Majestuoso. Sigues sin defraudarme; me encanta.
    Hasta el próximo MUE, María Jesús.
    Cordial saludo…

    Escrito el 19 abril 2019 a las 19:05
  11. 11. Osvaldo Vela dice:

    Hola María Jesús.

    Que bella imaginación has lucido este mes. La redacción a pesar de pequeñeces me permitió continuar la lectura hasta conocer de cerca la cabeza de tu tocaya Antonieta.

    Muchas veces al escribir hay que cuidar los lapsos de tiempo porque si nos especificas el numero de años transcurridos, cada lector puede tener diferente parámetro de cuantos son muchos años. Para mi podrían ser cuarenta, pero para un lector+18 pueden ser seis. y entonces las edades no cuadran con el dato de cuando tenía siete años en l992.

    Me encanto el cierre que le das al relato. Yo como lector no ignoraba que el costo de un viaje era un trastorno molecular de importancia. Pero yo creo que ver perder la cabeza en una guillotina es un precio mucho mas caro que lo primero. ¿Como podría resistir un viaje de regreso después de una experiencia como esa?

    Te felicito y goce con tu maquina y sus viajes.

    YUn abrazo y saludos.

    Escrito el 19 abril 2019 a las 21:19
  12. 12. PaulaC_99 dice:

    Hola María Jesús!
    Lo primero, agradecerte tu comentario en mi relato 🙂
    Respecto a tu historia tengo que decir que me ha gustado mucho.
    Esta muy bien descrita, y cada vez que acabas una línea estás esperando la siguiente a ver qué pasa.
    Enhorabuena por el relato y nos seguimos leyendo !!
    Un saludo.

    Escrito el 20 abril 2019 a las 09:16
  13. 13. Anémona dice:

    Hola, María Jesús.

    ¡Que bueno tu relato!. Me ha encantado, desde el inicio, pero sobre todo el final. Vaya con el regalito de Pedro…

    Enhorabuena, me has resultado muy inspiradora.

    Un saludo

    Escrito el 22 abril 2019 a las 16:39
  14. 14. María Jesús dice:

    Tienes razón kirjamiknaya si nadie puede verle para que preocuparse por la moneda en curso? Un lapsus.

    Escrito el 23 abril 2019 a las 15:13
  15. 15. Carmen Sánchez Gutiérrez dice:

    Creo que yo tomaría la misma decisión que tu protagonista.
    La historia es buena, aunque creo que esa máquina está demasiado usada ya, pero tu introduces una novedad, la máquina se cobra años de vida por su uso. Me ha gustado´
    UN saludo.

    Escrito el 25 abril 2019 a las 17:00
  16. 16. Laura dice:

    Hola María Jesús.
    Me ha gustado mucho el asunto de que los viajes en la máquina deterioren al organismo.
    Muy buen final, indica la decisión en forma indirecta.

    Mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 28 abril 2019 a las 00:24
  17. 17. HUGO dice:

    Hola María Jesús:

    Muchas gracias por tu comentario a mi texto.

    El tuyo también me ha gustado, está bien escrito, sin explicar demasiado y se lee con fluidez. El final me parece muy bueno.

    Te doy algunas sugerencias. Entre paréntesis marco lo que quitaría y entre corchetes lo que agregaría o modificaría:

    “Cuando me recibió, su aspecto me dejó bastante desconcertado [,] teníamos la misma edad…”

    “Pasamos a la casa y me llevó directamente a la cocina, en (cuya)[la] mesa había un hermoso jarrón…”

    “…destacaba una mandíbula (completa ) de tiburón, hacia un pasillo[;] al final (del cual) había una escalera(,)[.][Bajamos]”

    “Tras una puerta acorazada había una (especie de) cabina rectangular (de unos tres metros de ancho por dos de alto.)”Yo no pondría medidas, pero si prefieres indicarlas, está faltando la medida del largo de la cabina.

    “―(A ver, vamos) [Vamos] a hacer un viajecito corto, siéntate por favor.”

    “Me indicó una de las sillas (mientras)[,] él se sentaba en la otra.” Trataría que quitar algunos “mientras “, ya que se repiten cinco veces.

    “… me sujeté aterrorizado al brazo de mi amigo (mientras) [,] sentía (como si)[que] mi cuerpo se (estuviese)[estaba] disolviendo.

    “― ¡¿Pero qué demonios…?! ―exclamé (completamente) aturdido.”

    “…la cola de visitantes (,) y poco más [,] ya que dos minutos después (me vi) haciendo el mismo viaje, pero a la inversa, (de nuevo estaba en la cabina).” Para que o parezca demasiado explicativo, si no quieres sacar (de nuevo estaba en la cabina), armaría el párrafo así: [ya que dos minutos después estaba de nuevo en la cabina, haciendo el mismo viaje, pero a la inversa]. También se podría prescindir de “ya que”.

    “―Puedes vivir experiencias extraordinarias, créeme [;] (y sin correr riesgos) mientras viajas al pasado (,) nadie puede verte.” Sin correr riesgos se contradice con la alteración molecular que sufre en cada viaje y que le acorta la vida.

    “― ¿Pagando (tú)[tu] mismo precio? ―”

    “Pero cada viaje supone un trastorno molecular importante, ya me ves (a mí).”

    Creo que quitando expresiones como: cuya, de la cual, mientras, a ver, como si, completamente, etc., que no agregan nada al texto, tendrías espacio para introducir algunos artículos y preposiciones que se nota están faltando. Por ej:
    “―Observa (todo) esto, solo [la] he programado [para]dos minutos…”

    Estas pequeñeces no quitan mérito a tu excelente trabajo. Son solo sugerencias.

    Felicitaciones y hasta la próxima.
    Hugo

    Escrito el 29 abril 2019 a las 22:26

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