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MI MOCO - por isan
Web: https://unacapadebarniz.blogspot.com
Hete aquí que estaba hurgando descuidadamente en mi nariz mientras esperaba con estoica resignación a que el semáforo me diera paso. Nada extraordinario pues esa actividad la venía practicando desde que tuve mi primer utilitario. No me refiero a pararme en los semáforos, que también, sino a lo otro. Aunque el hábito tiene más solera. De pequeño los mayores me decían: «¡eh, tú!, mocoso», lo cual, indefectiblemente, provocaba que llevara el dedo a la nariz en un movimiento reflejo sin pillar la metáfora. Allí encontraba siempre una dureza que me impedía profundizar, por lo que entendía —aplicando la jerga taurina— que había tocado hueso.
Lo novedoso del día en cuestión fue que, al toparse mi apéndice con la callosidad, esta quedara incrustada en el intersticio que forman uña y carne que, a buen seguro, nos lo dotó la naturaleza precisamente para ese menester. Al sacarlo, arrastró tras de sí la susodicha dureza y una viscosidad anexa como formando un solo cuerpo. No fue fácil extirparla, pero el placer de sentir fluir el aire fue como un chute en vena. Compensó con creces la dificultad del proceso de liberación de un impedimento que había sobrellevado con tanta donosura desde que me llamaban de aquella manera.
Su color, forma y textura perfectamente moldeable me recordaron los tiempos en los que mi abuela me preparaba caracoles recogidos, uno a uno, por las cunetas los días lluviosos. Los guardaba en una redecilla de arpillera que colgaba de un clavo en la cocina y esperaba pacientemente a que purgaran.
Iba a devolverlo nuevamente al interior de mi cuerpo para que los jugos gástricos hicieran su cometido de asimilación en un bucle sin fin, cuando la mirada de la conductora del coche de al lado me pareció particularmente enojosa. Así que, con el mayor disimulo posible, opté por mantenerlo adherido a la espera de desprenderme de él en mejor momento y más discreto lugar.
Me dirán romántico, lo admito, porque enseguida le cojo cariño a las cosas. Me quedé prendado cual Pigmalión enamorado de la estatua por él mismo creada. Descartada la opción de la destrucción, procuré mantener mi moco a salvo de cualquier elemento perturbador. Le apañaría un más digno acomodo y liberaría mi índice de tamaña carga, ya que había quedado inhabilitado para toda función, especialmente en el trabajo, como la de tecleo del ordenador o la entrega en mano de documentos a los clientes. Consideré que esta era una circunstancia a todas luces incapacitante. No lo dudé. Di la vuelta para retornar al hogar.
Regresaba por el camino exultante. Comencé a tararear una tonadilla canturreada de mozalbetes hasta el aburrimiento: «Yo tengo un moco, lo saco poco a poco, lo redondeo, lo miro con deseo…». Ya en casa traté de guardarlo en una cajita, pero no había manera de desprenderlo sin que sufriera daño o merma.
En el transcurso del día, lo que se inició de forma divertida, empezó a no serlo tanto. El moco comenzó a mutar de color, a desprender un pestilente olor y, lo más sorprendente, a adoptar figuras caprichosas cuando intentaba agarrarlo para desalojarlo, lo cual me recordó a Proteo, dios de los mares, quien adoptaba distintas formas para evitar que le interpelasen.
Aquella ilusión inicial se esfumó y pronto me encontré sobrepasado por los acontecimientos. Parecía como si tratara de introducirse en mi dedo. Este empezó a hincharse y a doler, presagio de problemas crecientes. Llegó un momento de agobio en el que no había otra alternativa. Era él o yo. No sabía cómo deshacerme de semejante inmundicia. Tenía varias opciones, todas malas, porque cualquiera ponía en riesgo mi integridad física. Me acordé de la portera, una señora adorable pero bastante pirada que, cuando deja la escoba, hace hechizos.
En cuanto lo vio exclamó:
—¡¡¡Es un alien, un viajero del espacio-tiempo!!! Hay que actuar rápido. Esto te pasa por mocoso.
—¡Joder con la vieja! —repliqué incomodado.
Sin decir más, se encerró en su habitáculo y preparó una pócima a base de aleta de tiburón, sebo de carnero, y néctar de margarita.
—Póntela tapada toda la noche y mañana vuelves.
A media noche, como aquello cada vez escocía más, en un arrebato destemplado, opté desesperado por usar los dientes al igual que el hambriento pega un bocado a un bistec. Antes siquiera de llegar mi mano a la boca, saltó el asqueroso moco al mismo orificio nasal donde siempre había anidado.
A partir de ese instante, en mi cabeza empezó a resonar esa maldita canción: «Yo tengo un moco…».
¡Ay Isan… ! cómo me he reído con tu relato. Definitivamente soy fan del Isan humorista. Aplaudo la forma tan acertada, sutil, graciosa, fina… en que tratas este tema tan “escatológico”.
Ahí está la gracia, Isan, en saber tratar un tema tan sencillo y convertirlo en algo importante.
Me han gustado los giros, las expresiones, las comparaciones, los recuerdos…. Cómo lo relacionas todo con el tema central del “moco”. Y además al final le das un toque incluso trágico ja,ja,ja… ¡La bomba!
Saluditos
BUeno, Isan. Lo de fino… en fin. Por lo demás me ha hecho mucha gracia y está bien escrito, salvo un despiste de puntuación (o error de dedo): “el camino, exultante”,con una coma, ya que vos sos el exultante y no el camino.
Excelente la dinámica del cuento y su final inesperado, así como las comparaciones y metáforas chispeantes. Un saludo.
Hola, Isan.
De nuevo por tu relato, vaya que le haz dado a un tema; untado, pegajoso y para algunos repulsivo, un aire jocoso.
Una duda, en:
Hete aquí que estaba hurgando descuidadamente en mi nariz mientras esperaba con estoica resignación a que el semáforo me diera paso.
En vez de “Hete aquí” no iría mejor “Heme aquí”
Saludos.
Me ha encantado leerte, Isan. Me reí de verdad. ¡Muy divertido! Algo que me ha llamado mucho la atención es que tienes muy buen ritmo, y eso es difícil de conseguir. ¡Enhorabuena!
Hola, Isan!!
He entrado por el llamativo título y me encuentro un relato muy divertido, ágil y fresco (lo último no por su tema central).
Poco más que añadir, pues la verdad es que me encanta como lo desarrollas y como hilas los recuerdos y reflexiones con un tema que de otra forma seguro que resultaría prosaico…
¡¡Enhorabuena!!
Si te apetece puedes leerme en el 91.
¡Saludos!
Saludo Isan. Conquistó una carcajada tu relato. Felicitaciones.
Hola Marazul:
No esperaba tan buena acogida. Te lo agradezco. Si sirve para sacar una sonrisa, ya me doy por satisfecho. Yo disfruté conforme iba saliendo.
El “género” escatológico, por llamarlo de auguna manera dejó de usarse, pero en el siglo de oro español era bastante habitual. Quevedo a la cabeza.
El humor volverá a salir a la menor oportunidad.
Un saludo.
Hola Beba:
Fino no es, efectivamente, pero he procurado no caer en la ordinariez porque, entonces, lo arruinaría.
Graciss por comentar.
Un saludo.
Buenos días isan.
Tengo que reconocer que tengo debilidad y me resultan muy atractivos los relatos, en los que a partir de un hecho común e insignificante, el autor consigue un trabajo creativo tan redondo.
Por otro lado en mi primera lectura, en esta ocasión, no me han pasado desapercibidas las palabras que formaban parte del reto de este mes como me ha ocurrido con otros de tus relatos.
He disfrutado leyendo tu creación, me ha resultado divertida, y de una calidad narrativa pasmosa.
Saludos, nos leemos.
Hola Kirjanik:
Posiblemente tengas razón con el Heme aquí. Quería empezar de esa manera como una dececlaración de intenciones consciente de que está en desuso. Creo que más bien es una fórmula con interpretaciones distintas. He encontrado en la literatura: He aqui, Heme aquí, Héteme aquí.
Gracias por tu interés.
Un saludo.
Hola Termaycam:
¿Qué más puedo pedir?, divertido y con ritmo. Gracias por pasarte. Te devolveré la visita.
Un saludo.
Hola Solidsteel:
El título lo tenía claro desde el principio. Breve y contundente precisamente para que llamara la atención.
Te agradezco tu comentario positivo.
Te visitaré en cuento pueda.
Un saludo.
Hola Luis Dique:
Pues misión cumpleda. Gracias por comentar.
Saludos.
Hola El Apuntador:
La palabra cocina está más integrada, las otras salieron casi instintivamente antes siquiera de empezar el relato.
Que te parezca de calidad narrativa, además de divertida, llena todas mis espectativas.
Gracias por tu tiempo.
Un saludo.
Hola Isan.
Tu relato es muy divertido,realmente. Ya te lo han señalado.
Una pega mía: me parece algo forzado lo del viajero del tiempo de la anciana, y un poco también lo de la poción para retirarlo, pero es un asunto enteramente mío.
Disfruté el relato hasta elmomento en que habla la portera.
Mis más que respetuosos saludos.
Hasta la próxima propuesta.
Hola Laura:
Agradezco sinceramente tu opinión porque, valga la redundancia, es sincera. Procuro siempre integrar con más naturalidad las palabras obligatorias, en esta ocasión casi venían forzadas a meterlas en el mismo paquete. Aún así separé cocina que en principio la había puesto en lugar de cubículo.
Un saludo.
Hola Isan. Me dejaste perturbado de risa con tu texto.
Mas de una conductora de al lado se sorprenderá de verme sonreír enajenado, cada vez que me detenga ante un semáforo en rojo.
El Isan cómico, se vuelve fino y perspicaz en sus letras. Relato que lleva al lector sin detenerse hasta discernir la canción del moco por segunda vez.
Tu ingenio no pinchó en hueso cuando acomodaste dos de las tres palabras del reto mensual. Excelente.
Que mas puedo agregar. Magnificencia única.
Saludos y un abrazo.
Hola Isan
He disfrutado de tu fábula de un Moco con vida propia 🙂 🙂 🙂 y ni que decir de las imágenes que proyectas, así como el vocabulario tan exquisito que manejas para describir algo asqueroso, como es el hurgarse la nariz y hasta comerse el moco ¡Wacala!
Lo que no me queda claro, es la parte que sea un viajero en el tiempo, que no desmejora el relato.
Gracias por permitirme aprender con tus letras. Te invito a leer mi cuento #31 “Dios no puede venir a la Tierra” que participa en el reto https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-60/10568
Saludos!
(¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)
Hola Osvaldo:
Tú sí que dejas perturbado al personal con los comentarios tan positivos siempre y elegantes. Así que muchas gracias.
Te contestaré cuando pueda aunque tardaré algo porque ando de aquí para allá.
Un abrazo.
Hola Yoli:
Bueno, lo del viajero en el tiempo es una exageración, evidentemente, pero entra en la lógica de un relato disparatado. Me lo imaginé cono un alien que se instala hace tiempo en la nariz y no se quiere ir.
Te agradezco tu visita y pormeto comentar el tuyo.
Un slaudo.
Hola Isan.
Sí, sé que eres cuidadoso con la inserción de palabras obligatorias, y era bastante complejo. Eres de los que afrontan los retos con una sonrisa.
Mis saludos.
Isan…genial, simplemente genial.
He recordado a un amigo que junto sus mocos con los de su primo durante un mes, y fabricaron una bola de mocos del tamaño de una pelota de golf. Botaba más que aquellas pelotas de goma transparente y con colorines de las antiguas máquinas expendedoras del salón recreativo.
Volviendo a tu texto, me ha gustado más la primera parte. Lo de la bruja no tanto.
El final es un nuevo golpe de efecto. Muy bueno.
Me ha divertido mucho leerte este mes.
Saludos y pañuelos de papel.
Alex.
Pues sí que has cumplido tu palabra, Isan, de escribir, por esta vez, una historia de humor, y además escatológica y divertida. Nunca imaginé que un moco diera para tanto. ¡Bravo Isan!
Me gusta mucho el comienzo de: “hete aquí…”, ya casi nadie lo usa y mira que me gusta. Un texto de humor no implica para nada que se rebaje la calidad narrativa, y eso es lo que tú has hecho, Isan, una clase magistral de buenos humores con su doble acepción.
Hay, además, un efecto protector del moco, hacia todo agente externo que lo perturbe (miradas, reprobación, críticas, amenazas…, y un endiosamiento del moco efecto Proteo 🙂
Nunca un moco ha sido tan elástico, ¿750 palabras?
Efectos colaterales, a ver ahora, Isan, como me saco la puñetera cancioncilla de mi cabeza: “Yo tengo un moco, lo saco poco a poco…”
Hola Alex:
Esas cosas que hacíamos de pequeños son irrepetibles. Me pregunto si el primo o el amigo son el propio Alex. Jajaja.
En la parte de la bruja-portera está condensado todo el reto, así que es imprescindible.
Gracias por pasarte.
Un saludo.
Hola Isabel:
Me admira que te acuerdes de mi intención de hacer un relato de humor. No ganará ningún premio, pero me divierte un montón, así que como decía el otro “volveré”. Con el Hete pasa parecido, tenía ganas de empezar así algún día y, hete aquí, que ha llegado.
Hay canciones que se los pegan y no hay manera de quitarlas, pero ya sabes el dicho: “un clavo se quita con otro clavo”.
Las 750 palabras exactas es un reto añadido que suelo hacer en casi todos los relatos, no me digas por qué. Hay más literautas que lo vienen haciendo.
Bueno Isabel, muchas gracias por tu acogida favarable. Tenía, más que dudas, temores de que no se aceptara bien.
Estoy fuera de casa y ando retrasadillo en contestar, pero seguro que llegaré s tu relato.
Un saludo.
Hola isan,
Como pasa siempre… ¿Qué te voy a decir que no esté dicho? Magnífico relato. Mientras iba leyendo no podía creer que la historia fuera girando con lo que giraba. Un puñetero… Mientras el prota iba redondeándolo provocaste en mí la dentera de que se lo… Cosa que resuelves para continuar con el mismo tema hasta deribar en el resto, ya más fantástico.
Me encantó.
El final me pareció algo precipitado, pero solo por la colosal construcción de lo anterior junto con la tiranía de las 750 malditas que nos han privado del colofón profetizado.
Enhorabuena, nos leemos!!!
Hola Pepe:
Me estoy quedando extrañado con la buena acogida del relato. Esperaba que más de uno me diera hasta hartar porque el tema no tubiera buena acogida, así que te agradezco que te haya parecido magnífico.sobre el final procuro que sea sorpresivo, breve y no dejarlo excesivamente cerrado.
GRacisa de nuevo por comentar. Te devolveré la visita en cuento pueda.
Un saludo.
Muy buenas compañero,
Un relato muy bien escrito que se nota que esconde un escritor experimentado tras de si. Un placer leerte y comentarte de nuevo este mes tras no poder hacerlo en el reto anterior.
Saludos.
Hola Ulises:
Te agradezco que me veas con tan buenos ojos. Lo de escritor te lo admito porque escribo, pero lo de experimentado es una categoría que no alcanzo, aunque también te lo agradezco.
Te devolveré la visita.
Un saludo.
Hola Isan este mes ha costado encontrarte ,estoy en el 43 .
No vea con el moco pegajoso, jajaja ,relato divertido pero ha estado su merced a punto, de pegarle el moco a un Quevedo o amigo con tantas florituras, un saludo y tira el moco, ya saldrá otro jajaj
Hola José María:
Hay algo en tu comentario que no llego a captar, en cualquier caso, gracias por pasarte.
Un saludo.
Hola Isan:
Nos has hecho una demostración que de cualquier sitio se puede sacar un estupendo relato, incluso de la nariz. Jajaja. No es grosero sino que contiene elementos de mucho estilo literario y todo es divertido.
A mí la escena de la portera me ha gustado. De decir que es una señora adorable a decir ¡joder con la vieja! y todo porque le dice mocoso.
Espero tu siguiente relato. A ver si es de humor porque los bordas.
Saludos.
Hola Jorge:
Gracias por tu comentario tan positivo. La temática del relato sale al momento de leer la propuesta de cada mes, así que a esperar que la inspiración me llegue.
Un saludo.
Hola
Gracias por tu visita a mi relato
Con gusto te la devuelvo.
Gran tema, el de los mocos. Novedoso, muy poco visto y menos utilizado en literatura. Un poco escatológico para mi gusto personal, pero bien escrito el relato y bien rematado. Destila buen humor por todos los poros, y hasta tiene un toque de ciencia ficción o de surrealismo. Buenas descripciones y con tono ameno y desenfadado, ha sido un relato entretenido.
Un saludo
Saludos, Isan
Sobre aquél tema… para nada, porque sé que siempre estás involucrado y sé que las vacaciones de la época u otras razones a veces nos afectan. Tranquilo, que si fuera de otra manera, te lo diría, jajajaja.
Sobre tu relato… mmm…No pude terminar de leerlo. 🙁
Pero, no porque no me gustara. Bueno, el personaje principal le sentí demasiado vívido. Aquí, como excusa de quien corta con la novia: NO eres tú, SOY yo. Padezco de sinéstesia y eso me hace ver, oler las palabras. Por lo que se me hizo imposible terminar la lectura… Lo siento.
Pero, leyendo a tus comentaristas, veo que había mucho que ofrecer más que esa viscosidad, haciendo de algo tan sencillo el centro de una trama y de manera jocosa y entretenida.
No puedo darte alguna mejora en el aspecto téncico, pero confiaré a que si los comentaristas no lo han dicho, o lo notaron, fue por tu buen desempeño.
Nunca me había sentido así con un relato, por lo que si de algo te sirve, lo que leí me causó “repulsión” porque le tengo un asco espantoso a ciertas cosas, y tu “hulk” (monstruo verde) me ha dado la comezón más grande en mi vida.(voy a sonarme la naríz), es porque desde el inicio lo supieste describir demasiado bien…
¡Nos leemos!
(Me voy corriendo, porque no soporto la picazón de mi nariz…)
Hola José Luis:
Escatológico sin duda que es, por lo que corres el riesgo de que no guste a mucha gente. Lo valoré y lo asumí. En cuanto a su uso en la literatura, ya lo dije en otro comentario que hasta el siglo de oro español era muy utilizado, especialmente Quevedo y siempre en tono de humor.
Si te ha sacado una sonrisa, me vale.
Un saludo.
Hola K Marce:
Vaya, no pensaba que el rechazo al tema del relato podría llegar hasta ese grado. La sinestesia es una rara cualidad que no está al alcance de cualquiera. Si la sientes con tanta intensidad, mejor que no leyeras el final. De cualquier forma te agradezco igual o más el comentario por el esfuerzo suplementario que has hecho.
Respecto a los comentarios a otros relatos, ya me he puesto al día.jajaja.
Un saludo.
Hola Isan,
Así como tú no me hacías en clave jocosa o risueña al menos, tampoco yo te tenía en clave “quevediana”.
Como de costumbre lo has hecho muy bien a juzgar por las impresiones que has provocado en nuestros compañeros.
Me has hecho sonreír aunque te prefiero en otras cuerdas.
Un abrazo
Hola Juana:
Hay que tocar todas las cuerdas para que el instrumento emita buenos sonidos, si me permites el símil.
Gracias por pasarte.
Un saludo.
Bueno, bueno, bueno… Es la primera vez que te leo y al ver el título me temía lo peor, je, je, je.
Y entonces comienzo a leer y me encuentro a alguien que desde luego sabe escribir, pero que sobretodo, sabe narrar. Un relato gamberro que se lee con una sonrisa y se paladea en cada frase. Aunque la cosa vaya de mocos…
Pero es que, además, entre este surrealismo, has tenido muy presente que estás escribiendo un relato. Y como tal debe concluir con un final que dé sentido a lo anterior. Un final que con esa portera y el moco volviendo al redil consigue no solo desentonar, sino dar sentido a lo anterior.
Excelente relato.
Saludos
Hola David, no podía recibir mejor colofón como cierre de mes que tu comentario. Muy agradecido.
Saludos