Café con argumentos - por Pingüino Escribiendo

Café con argumentos.

-Vivimos en el mundo de la no libertad.
-Vaya, vas a por todas esta mañana ¿He? – decía Soja disimulando todo lo posible su exasperación y le daba otro sorbo a su zumo de naranja que se había convertido en su necesaria medicina para sobrellevar las inevitables descargas de pensamientos de Solo su compañero de los Martes y Jueves en la cafetería donde trabajan
-Escucha. La libertad ha sido disfrazado de forma cruel bajo la máscara de ella misma. La contradicción perfecta, el engaño más sutil desde la religión.
-Espero que no te refieras a todas y tengas en cuenta que hay personas…
-No, todas no vale – le interrumpió, ya estaba cogiendo carrerilla- y sin conocerlas ni mucho menos, podría decirte que la cristiana… No, que mierda, todas, a lo que me refiero Soja es que las religiones como tantas otras historias e inventos del hombre no son más que eso inventos para perder el miedo a morir pensando que debe haber algo después.
-Vale… Bien, entonces no somos libres… ¿Porque?
-La llamada libertad de expresión, por ejemplo, acaba anulando a esta misma al convertirse en una cadena infinita de opiniones que pretenden ridiculizar o desmentir a otras. Lo mismo con… Encuentros casuales, situaciones cotidianas que quedan atrapadas en fotografías que en nuestra cabeza se acaban transformando en … Un “¿Que dirán?” de forma masiva, hemos arrinconado a la intimidad en una esquina temerosa de desaparecer del todo. Lo de “ser tu mismo” se confunde con “subo esto a la red o no”, quiero decir que la influencia d ellos demás sobre uno mismo hoy en día es excesiva y encima te persigue, si no tienes cuentas en redes sociales o, joder si no tienes Internet eres un extraterrestre. ¿Libertad? Libertad de que, ¿Hasta que punto eliges tu como eres y no los demás? ¿Hakuna matata? Nadie lo aplica, Simba debe llorar desde su tumba…
-Es Mufasa el que muere no Simba.
-Es un león Soja no viven tanto y desde que se hizo la película pues ya debe haber estirado la pata.
-Vale…Muy bien, entonces… ¿De quien es la culpa de todo esto? – preguntó Soja sorprendiéndose a si misma. Pensaba que lo que ese tipo decía era una sarta de memeces pero aquella vez decidió seguir la corriente.
-Mira, me alegro de que me lo preguntes… Yo… Yo no tenía coartada, ni la tendré, ni ninguna de nosotros. Ni tu querida Soja. Todos somos culpables de que esto haya ocurrido así. Nos hemos convertido en ovejas con la cabeza hueca y no sabemos ni quienes son los pastores de este rebaño.
-Joder.
-Si, exacto… Esos pastores están muy arriba.
-¿Como de arriba?
-Son muchas las teorías. La más respaldada y creíble… Es la de la del Centro de Control de la Humanidad, situado en el centro de Anul.
-¿Anul…?
-La verdadera Luna….
Soja desvió la mirada hacia el calendario colgado sobre la cafetera. El Verano se presentaba con muchos Martes y muchos Jueves, “descafeinado” pensó, a muy poco de llegar a algo amargo, debería de cambiar entonces y pasar de sus habituales zumos de naranja con toda esa energía cítrica a infusiones relajantes de frutos del bosque. Pero entonces recordó aquello que se dijo a si misma delante de un humeante capuchino: “Pase lo que pase, no vale rendirse”. Nada de volver a las infusiones y los tés verdes con limón. !Nada de eso!. Esta marcha era imparable, los objetivos estaban claros y si tenía que escuchar las pajas mentales de ese tipo lo haría.