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La venganza se sirve en plato frío - por Melanie

Óscar estaba postrado en la cama del hospital. Había sido operado de urgencia por una lesión en la pierna mientras jugaba a fútbol. Empezó a despertarse, aún con la cabeza espesa y los recuerdos vagos.

Se sentía extraño, no notaba el cuerpo del todo y su pierna izquierda estaba totalmente adormecida. Le entró el pánico. ¡Mi pierna, dios mío mi pierna! Empezó a gritar descontrolado. En el momento que se incorporó de la camilla un manojo de tubos le acompañaron: dos en el brazo izquierdo, uno en el derecho y una sonda en la nariz. Óscar era un aficionado de las series de ciencia ficción. No pudo evitar recordar una de sus favoritas, Fringe, donde un psicópata había convertido a su difunta hija en una marioneta bailarina de ballet, pues ese siempre fue el sueño de ella y él no quiso que se quebrara, incluso tras su fallecimiento.

– ¡Me han convertido en una marioneta, me han convertido en una marioneta! – Gritó, sollozando desconsolado.

Oyó una risa a su izquierda. Su hermana, sentada en la butaca que había al lado de la camilla, no dejaba de grabarle con su Iphone. Con la otra mano se tapaba la boca para evitar que sus risas eclipsaran las ocurrencias de su hermano, sumergido en los efectos de la anestesia.

– Es la medicina, cariño – dijo su madre, con voz reconfortante – en un rato se te pasará.

Pero no se pasaba. Ese rato se hacía eterno, insufrible. Su pierna seguía sin dar señales de la menor sensibilidad. Y los tubos, los malditos tubos rodeaban todo su cuerpo.

– ¡Mamá, me han convertido en una marioneta! – Exclamó de nuevo, buscando desesperadamente el apoyo de su madre. Empezaba a estar fuera de sí. La risa de su hermana, de nuevo, se convirtió en una fuerte carcajada.

De repente, Óscar vió a través del cristal un león gigante atravesando el pasillo…¡a dos patas!

-¡Un león en el pasillo! Esto no es real… – empezó a susurrarse a si mismo mientras ladeaba la cabeza con incredulidad.

– Cariño, es el animador infantil disfrazado – le explicó su madre. Incluso ella no pudo evitar una sonrisa con el divertido comentario.

– Ya verás cuando enseñe el video en el instituto – comentó su hermana, con un destello de picardía en los ojos. Como la odiaba en ese momento. La odiaba a rabiar. Se reconfortó a si mismo diciéndose que la venganza se sirve en plato frío.

– Deja tranquilo a tu hermano, Alba. Necesita descansar – le reprendió su madre, serenándose de nuevo.

Óscar miró el calendario. 16 de febrero, Carnaval. En ese momento, se dio cuenta de que poco a poco empezaba a notar su pierna de nuevo. Los efectos iban disminuyendo y con ello, Óscar iba recuperando su estabilidad tanto física como emocional. Ahora, era su turno.

– Voy a por un café, vuelvo enseguida – dijo su madre saliendo de la sala.

“Es mi momento” – pensó Óscar.

– Alba, sé que el otro día no fuiste al cine con Vanesa. Estuviste con Raúl en casa.

– No digas tonterías, Óscar, claro que fui con Vanesa al cine. A Raúl hace mucho que no le veo.

– Ya. Bueno, tu “amigo” Raúl tendrá que ser un poco más cuidadoso la próxima vez. Se dejó algo interesante en tu habitación. Entré a por mis auriculares, que siempre me estás quitando, y lo encontré.

Alba se quedó muda. Sabía que hablaba en serio y tenía que medir sus palabras antes que la situación girase en su contra.

– Si mamá supiera que fumas hierba… -siguió diciendo Óscar, provocativo.

– ¡Calla! – gritó Alba, levantándose de un brinco y agitándose nerviosa.

Alba sabía que tenía todas las de perder. No tenía coartada. Óscar era un referente por excelencia para sus padres y sabía que le iban a creer. No le quedó otra que aceptar su derrota y jugar el detestable papel de hermana cariñosa.

– Por favor Óscar, no se lo digas a mamá – dijo en tono de súplica, con un hilo de voz.

– De acuerdo, pero tienes que prometerme algo – espetó Óscar

– Lo que sea

– Que borrarás el video

– De acuerdo – dijo Alba en tono perdedor.

Que lejos había quedado su sonora carcajada.

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8 comentarios

  1. 1. Jose Luis dice:

    Hola
    Estoy aquí porque me toca hacer un comentario a tu relato.
    La trama me ha parecido sencilla y fácil de seguir, y los diálogos son bastante realistas. Es un cuento de carga ligera, como un episodio familiar que transcurriera dentro de cualquier hospital.
    Un saludo

    Escrito el 16 mayo 2019 a las 23:17
  2. 2. Luis Duque dice:

    Cordial saludo Melaine.

    Un gusto leerle, me ha gustado su relato. Nos leemos en la próxima.

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 05:39
  3. 3. Alex dice:

    Hola Melanie,

    Buena historia y muy bien redactada. Se lee fácil, se entiende muy bien y no hay jugarretas innecesarias que te despisten.

    En una primera lectura, no he encontrado absolutamente nada que corregir. Así que felicidades.

    Por intentar aportar algo para mejorar, te propongo algo:
    Está claro que escribes muy, muy bien y que puntúas más que correctamente. Ortografía impecable e historia bien construida.

    ¿Que es mejorable? El conflicto.
    Es cierto que hay conflicto, o lo que es lo mismo: hay trama. Pero quizás es un pelín light. No pasa nada si es parte de una historia mayor, pero en un texto de 750 palabrejas… ¡Hay que dejar al personal con la boca abierta!

    Para el próximo ejercicio, tómate un tiempo para pensar un poco más la trama. Complícala y busca situaciones o elementos extremos. Que escape de la cotidianidad. Cuando lo tengas, ponte a escribir tan bien como has hecho este mes.

    Prometo buscar tu ejercicio el mes que viene. Estoy seguro de que habrá un progreso importante.

    Gran trabajo. Me ha encantado.

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 22:47
  4. 4. Ofelia Gómez dice:

    Hola Melanie
    Me ha gustado mucho tu texto, tan fresco y real. Este Óscar, con sus miedos, divierte al lector. Lo de la ciencia ficción, la marioneta, el león en dos patas, son ideas muy ingeniosas.

    Te sugiero algunos detalles
    “mientras jugaba a(al) fútbol”
    “En el momento (en)que se incorporó de la camilla”
    El tema de los diálogos siempre me ha resultado difícil, pero he visto que los verbos dicendi van con minúscula: “gritó” y “exclamó”.
    “Óscar vió(vio)”
    “Empezó a susurrarse a si (sí) mismo”
    “Como (Cómo)la odiaba en ese momento.”
    “Que (Qué)lejos había quedado su sonora carcajada.”

    Son todas pequeñeces que no le hacen a la buena calidad de tu relato. Leerte ha sido como una brisa fresca, dos hermanos que terminan negociando sus travesuras, aunque ya no sean niños.

    Un abrazo.

    Escrito el 24 mayo 2019 a las 22:08
  5. 5. Melanie dice:

    Hola José Luis,

    Me alegro que te haya resultado sencilla y realista.
    Procuraré seguir en la línea pero aportando algo más rompedor.

    Gracias por leerme.

    Saludos

    Escrito el 27 mayo 2019 a las 21:49
  6. 6. Melanie dice:

    Hola Luis Duque,

    Gracias por leer mi relato. Perfecto, te busco también a la próxima, ¡saludos!

    Escrito el 28 mayo 2019 a las 21:30
  7. 7. Melanie dice:

    Hola Alex,

    Gracias por tu detallado y constructivo comentario.
    Me alegra leer eso de tu, pues tu texto me ha parecido realmente muy bueno y de alguien que lleva tiempo en el mundo, y eso resulta muy halagador.

    Coincido absolutamente. A la próxima buscaré algo más rompedor y procuraré darle a esas 750 palabras la emoción que piden.

    Desde luego buscaré tu relato de nuevo. ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 28 mayo 2019 a las 21:35
  8. 8. Melanie dice:

    Hola Ofelia,

    Me alegro que te haya resultado ingenioso. Gracias por la aportación de las “pequeñeces”. Tal y como dices no que subestimarlas, ya que sin duda de ellas depende mucho la calidad del relato y fluidez del mismo. ¡Nos leemos!

    saludos

    Escrito el 28 mayo 2019 a las 21:37

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