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El asesino - por ClarineteR.
El cuchillo de grandes dimensiones lo sujetaba con fuerza en su mano derecha, mientras, goteaba sangre sobre una vieja libreta que, abierta por una página, rezaba en su parte superior:. «Cómo deshacerse de un cadáver».
Recogió aquel cuaderno y al intentar limpiarlo emborronó lo escrito en él.
—¡Maldita sea!
Lo intentó de nuevo, pero… Fue peor. Tomó la decisión de lavarse y fregar el cuchillo.
Una vez limpiado el arma, dio un repaso a la casa y en especial a la habitación donde el cadáver estaba tendido en el suelo boca arriba.
De repente sonó el teléfono móvil. A través del sonido buscó la ubicación. No se atrevió a cogerlo, pues no recordaba haberlo tenido entre sus manos; por lo tanto, no tendría sus huellas.
En el teléfono pudo leer «Editor». Lo dejó sonar, y en momento determinado saltó el contestador «Andrés, ¿cómo llevas la novela?». En la editorial se están poniendo nerviosos. «Llámame cuando puedas».
Nuestro asesino dio un repaso con la mirada por ver si había algo que se hubiera escapado. ¡Horror! Su pie izquierdo había pisado el charco de sangre y había dejado huellas de su zapato por todas las habitaciones.
La desesperación fue en aumento, los nervios fueron adueñándose de todo su ser. Comenzó a sudar. De pronto se acordó de la libreta «¿Dónde la había dejado?». Ya no importaban las huellas, la limpieza de la casa y, el que apareciera algún vecino. Nada. Solo aquel cuaderno que no solo tenía sus huellas en las tapas, sino también en la página emborronada.
La encontró encima de un mueble de la sala donde estaba el muerto. La cogió, la abrió por la página manchada «Ves cómo no es tan fácil», fue lo primero que leyó «Es más sencillo matar que ocultar las pruebas para que no te inculpen»
—Pero la culpa la tienes tú—, habló en voz alta—. Tú eres el autor, tú manejas a los personajes, o sea, a mí.
—No siempre. En ocasiones, el personaje debe guiar al autor, y en este caso deberías haberme guiado.
—¡Eso es!, ahora he de decirte lo que tus personajes deben hacer, o no hacer. He matado a un hombre, que por cierto no sé quién es, y va de negro como si supiera lo que fuera a ocurrirle y, se hubiera puesto de luto. Tampoco sé por qué he tenido que matarlo. Al menos podrías decirme el motivo.
—Por droga.
—Por… ¿Acaso soy un camello?
—Ya lo descubrirás.
—¿Cómo? Yo hago lo que me dices que haga.
—No. No, amigo mío, hay ocasiones en que el personaje debe decidir qué hacer. En este caso no hay que ser tan patoso como lo has sido, y reflexionar cada actuación.
—¿¡Cómo!? ¿¡Patoso!?, haberme creado de otra forma, por cierto. ¿Cómo me has creado, acaso soy un sicario del este, un…? Ruso, para eso debería hablar de otra manera, no sé… No deberría haberrlo matado asii, ¿por qué estoy hablando como si fuera de Valladolid?
—Porque quiero que sea así y nada más.
—Pues vaya. No dices que el personaje debe guiar al escritor…
—Sí. Pero tú no me estás indicando nada que pueda…
—¡Un momento! Aquí hay algo que no cuadra. Me creas como un asesino patoso, y luego me recriminas. ¿A qué juegas?
—No juego a nada —escribió a modo de resignación—, lo único es…
—¡Nada! Estás jugando conmigo, y no me gusta. Si yo tengo que exponer algo para que mi personaje, o sea yo, funcione bien, he de decir que no me gusta cómo me estás creando y ¡Protesto!
—Protesta lo que quieras, pero si no me indicas nada seguirás siendo un patoso y lo que prometía un relato interesante se convertirá en uno mediocre. ¿Y sabes lo que pasará?
—¡Qué!
—Que te sustituiré.
—¡No! Espera, espera. Podemos llegar a un acuerdo. Dime por dónde quieres que vaya el asunto y te seguiré. Porque… No querrás llevarme a una isla desierta y dejarme allí tirado, ¿No?
—Pues mira… No es una mala idea.
—¡Je, je, je! Por cierto, ¿qué hago con esta caja de cerillas?
—¿Una caja de cerillas?
—¡Anda! Te he pillado… Sí, esta caja que dice «Morir no es lo importante, lo que de verdad importa es saber matar».
El escritor no contestó, se limitó a decir otra vez. «Saca el cuchillo y comencemos de nuevo, pero en esta ocasión apuñala tres veces… Y ten cuidado con las huellas, la libreta y la maldita caja de cerillas, si no ya sabes… La isla.
Comentarios (6):
Verso suelto
18/06/2025 a las 11:22
Hola Clarinete. Me toca comentar tu relato. La idea me parece muy interesante, el personaje de una novela toma cuerpo y asesina, o imagina que asesina, al escritor (eso me ha parecido, aunque en algún momento he pensado que el muerto era una tercera persona. El párrafo que empieza, “¡Eso es!, ahora he de decirte…”, así me lo ha sugerido ). El desarrollo me parece un poco confuso, en el diálogo que se establece entre el asesino y el escritor no distingo bien cuando este último habla a través de lo escrito en la libreta o en la imaginación del asesino. El hecho de que la libreta con datos de la trama esté en la casa del muerto junto con el teléfono móvil que recibe una llamada del editor me hacen pensar que el muerto es el autor, ¿no? Tampoco veo claro si hay asesinato o es todo imaginación del supuesto asesino que está hasta arriba de drogas.
El cualquier caso me ha parecido una interesante propuesta.
Nos leemos.
Carmen Sánchez Gutiérrez
18/06/2025 a las 17:45
Hola, Clarinete, tu idea es original y el diálogo divertido en muchas ocasiones. Lo de que “hablo igual que uno de Valladolid” me ha llegado.
Es cierto lo que apunta el compañero y dejas algunos puntos de la trama algo confusos, pero nada que una revisión no pueda solucionar, de modo que a por ello.
ABAL
18/06/2025 a las 18:57
¡Hola, Clarinete! Me gusta tu audacia con esta especie de relato dentro del relato. En alguna ocasión he hecho algo parecido. Al fin de cuentas nosotros somos los escritores y a la vez somos la víctima y el asesino y en este caso también complice. Ligero y ameno. Buen diálogo que hace del crimen una comedia. Buen trabajo.
Cristina Ayala
20/06/2025 a las 06:27
Hola Clarinete,
El planteamiento de tu texto me ha parecido divertido, entretenido y lo he leído con interés hasta el final.
Sobre el estilo: No sé si tal vez lo has escrito con algo de prisa y no lo has podido revisar bien, pero tiene algunos errores ortográficos o tipográficos y de puntuación. También faltan algún que otro artículo y pronombre.
La primera frase: “El cuchillo de grandes dimensiones lo sujetaba con fuerza en su mano derecha” es muy complicada y poco natural, y si la lees literalmente, parece que dice que es el cuchillo el que con su mano derecha lo sujetaba (a él). Todo ese primer párrafo te obliga a pararte, solo empezar, para desenredar las palabras.
Como consejo general, te diría que intentes simplificar y acortar las frases.
Te pongo un ejemplo:
“Lo intentó de nuevo, pero… Fue peor. Tomó la decisión de lavarse y fregar el cuchillo.
Una vez limpiado el arma, dio un repaso a la casa y en especial a la habitación donde el cadáver estaba tendido en el suelo boca arriba.”
Yo diría: Lo intentó de nuevo pero fue peor, por lo decidió lavarse las manos y fregar el cuchillo. Luego repasó la casa, en especial la habitación donde yacía el cuerpo boca arriba.
Siempre que puedas, utiliza una palabra concreta en lugar de un conjunto para definir una idea/acción: “Decidió”, en lugar de “tomó la decisión”. “Repasó”, en lugar de “dio un repaso”. “Yacía” en lugar de “estaba tendido”.
Pero dicho esto, insisto en que me ha gustado mucho el relato.
¡Gran trabajo!
Mónica Bezom
22/06/2025 a las 09:38
Hola, Clarinete.
He disfrutado tu texto, en la que la originalidad se lleva las palmas.
Suscribo el comentario de Abal; haces del crimen una comedia. Y añado que lo haces de la mano de una narrativa ágil en la que además el personaje se rebela y toma la palabra, interpelando al escritor. Muy buenos recursos bien enlazados. Te felicito.
En cuanto a los peros, ya los compañeros te han señalado algunos que, en general, parecen fruto de la prisa.
“no me gusta cómo me estás creando y ¡Protesto!”: protesto va con minúscula.
Ha sido un placer leerte.
Muchas gracias por tu comentario a mi texto.
Un abrazo.
Alberto Suárez Villamizar
22/06/2025 a las 19:34
Hola Clarinete
Tu historia me ha parecido excelente ya que en un principio crea un despiste al lector, llevándolo a pensar en que está en presencia de un asesino que busca borrar las evidencias de un crimen que ha cometido. La descripción de la escenaes muy buena y realista.
Me uno al comentario que hace la compañera Cristina Ayala, donde habla de tener un poder de sintesis para hacer más agil el escrito, pero por lo demás, la introducción, la trama y el desenlace están muy bien redactados.
Sigue escribiendo, que con la constancia vamos superando los errores.
Te invito a visitar mi historia, ubicada en el #41.