Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

Correspondencia póstuma - por Lupa Sívori

Web: https://viajarleyendo451.blogspot.com/

“Correspondencia póstuma”

No sé por qué lo acepté.
Tal vez porque me lo entregó con una sonrisa amable, seductora incluso. Era un sobre blanco, común, con mi nombre escrito a mano y una aclaración críptica: “Para el señor Esteban Stiviere. Ábralo para saber cuándo morirá”. Ningún remitente, ningún sello. No pesaba más que una carta común, y sin embargo, al guardarlo en el bolsillo, su peso me quemaba. Caminé de regreso a mi departamento con la sensación de tener una piedra en el pecho.
Esa noche no dormí. Miraba el sobre estático en la mesa del comedor, iluminado apenas por la lámpara. Al principio me reí. Pensé en alguna broma pesada, algún chiste de oficina, en un intento torpe de asustarme. Pasaron las horas y la risa se fue volviendo una mueca.
Porque empecé a sentirlo.
Primero fueron los ruidos. Golpes secos en la madera, pasos en el pasillo cuando yo sabía que estaba solo. A las tres de la mañana me pareció ver manchas fugaces que se movían entre la penumbra, como si el aire hubiera cobrado cuerpo.
Y por último, las voces.
La oscuridad, todavía plena, trajo susurros que no provenían de ningún lado. A veces decían mi nombre. Esteban. Esteban. A veces reían. A veces murmuraban cosas que yo preferiría no recordar.
Intenté mantener la calma. Pensé en un plan. Tirar el sobre, quemarlo, olvidarme de todo. No pude. Cada vez que me acercaba a hacerlo, sentía una presión en la cabeza, como si alguien me apretara el cráneo con ambas manos.
Al final lo dejé tirado en la basura. Pasaron los días y el sobre siguió por ahí, rondando. A veces sobre la almohada, otras en el botiquín del baño o dentro de la heladera. Llegué a sospechar que me dormía y lo movía yo mismo, como un sonámbulo guiado por la culpa o el miedo.
Empecé a hablarle. Una madrugada lo grité “¿qué mierda querés de mí?”. El sobre no respondió, claro. Pero las voces sí. “Justicia”, dijeron, en un murmullo coral.
Sólo entonces comprendí. No era un fantasma cualquiera. Era él.
Rojas. Mi socio. Durante años compartimos el negocio, las ganancias, los secretos. Un buen día decidí que su ambición era un obstáculo para la mía. Lo hundí con una maniobra contable que lo dejó sin nada. Murió dos meses después, en un hospital público, olvidado y rencoroso.
“Una venganza bien ejecutada no necesita testigos”, solía decir yo. Qué ironía.
Me encerré. Tapé los espejos, apagué el teléfono, cubrí las ventanas con frazadas. El sobre seguía ahí, blanco, inmutable, irradiando una calma siniestra. El tiempo se volvió elástico. Perdí la cuenta de los días. Dejé de comer, de asearme. A veces creía ver a Rojas parado frente a mí, transparente, sonriente, con ese gesto que tenía cuando estaba a punto de cerrar un trato.
El miedo se mezcló con la resignación. Ya no quería huir. Solo saber cuándo. Quería terminar con la espera, con esa tortura que se alimentaba de mi incertidumbre. Decidí que era el momento abrirlo. Preparé una copa de vino, me senté frente al sobre y respiré hondo. Mis manos temblaban a medida que rompía el borde con cuidado, como si lo sagrado no debiera rasgarse.
Adentro había una sola hoja doblada en cuatro. La desplegué.
Una palabra, escrita con tinta negra y trazo firme:
AHORA.
No alcancé a reaccionar.
Un frío recorrió mi cuerpo desde la nuca hasta los pies. Sentí una corriente eléctrica que me apagaba desde adentro. El corazón se me contrajo, un golpe seco, una puñalada invisible. Alcancé a ver a Rojas frente a mí, con el sobre en la mano, devolviéndome la sonrisa que yo le había negado en vida. Caí al suelo, la copa rodó y se rompió contra el piso. El vino se mezcló con la saliva que me caía de la boca. Todo se volvió oscuro.
Cuando mi cuerpo se enfrió, el sobre se cerró solo. Ahí quedo, esperando el próximo nombre que alguien, en algún sitio, ya estaba escribiendo.

Comentarios (12):

Federico Nicolas

18/10/2025 a las 22:23

Me gusto tu historia. soy nuevo en el blog. saludos!

Monica Bezom

19/10/2025 a las 05:31

Hola, Lupa.
Muy buena historia, excelentes reflexiones del protagonista y acertados la cadencia el ritmo narrativo que de menor a mayor, van incrementando el suspenso y la intriga hasta arribar al sorprendente final.
¡Felicidades!

Silvina

20/10/2025 a las 13:08

Hola Lupa, me gusta tu historia, sobre todo el reconocimiento del protagonista de su participación en la cadena de hechos que lo llevaron a ésta situación. El único comentario que puedo hacerte, es que tal vez y esto lo digo como algo personal, me hubiera gustado la revelación de quien era el fantasma un poco mas al final. Pero está muy bien escrito. Felicitaciones!

Gita

21/10/2025 a las 03:25

Muy interesante!

José Torma

21/10/2025 a las 16:54

Mi estimado Lupa.
Pedazo de relato. Con esa atmosfera tipo Twilight Zone.
El viaje de la cordura a la locura (rima incluida). Esa obsesión con el sobre de si abrirlo o no, sabiendo lo que contenía. Una información que por si sola mata. Tu relato es una pesadilla, tanto para tu protagonista como para los que padecemos TOC por leve que sea. Me escocían las manos de ganas de abrir yo el sobre.
Tu nos llevas, pasa a paso, por la caída del individuo, la perdida de su ser y de cómo, en modo metafórico, ya estaba muerto por sus propios impulsos.
Me ha gustado mucho, entretuve la idea de que el sobre tuviera un mensaje positivo para animarlo a salir de donde estuviera, pero no, ese AHORA, así con mayúsculas, fue suficiente.
¿Me tocará leer algún día algo feo de tu inspiración? Jaja
Muchas felicidades, amigo y si no lo había hecho, gracias por tu visita a mi relato.
Un abrazo.

IGNACIO Zrgz

21/10/2025 a las 20:03

Hola Lupa.

Magnífico relato. Tensión creciente sustentada en sensaciones físicas y elementos sensoriales. Creo que a esta idea le beneficiaría tener más espacio y que el deterioro del protagonista fuera más pausado, pero el límite de 750 palabras obliga. Muy buen ejemplo de terror psicológico.

Lupa Sívori

22/10/2025 a las 13:24

¡Hola, chicos! Muchas gracias a todos por sus comentarios. Esta es una versión borrador del cuento… voy a estar aplicando algunos pequeños cambios para darle más aire. Gracias por sus hermosos aportes. Ya me voy a estar pasando por sus relatos.
Aprovecho a recordarles que le den un poquito de amor a mi podcast de cuentos narrados:
https://open.spotify.com/show/1kf01qxrscrZ9EstRmsHhl

¡Saludos!
Lupa
@ViajarLeyendo451

Pableravsky

22/10/2025 a las 19:48

Jua, jua, jua, ¡qué buena historia! Es fácil de leer (con lo difícil que es hacer que algo se vea sencillo) y te atrapa hasta el final. Eché en falta que el vino fuera un regalo de navidad de Rojas y que estuviera envenenado, por cerrar un poco más la trama. Felicidades por tu historia. Un saludo.

Cristina Otadui

22/10/2025 a las 21:03

Hola Lupa:

Me gusta que un objeto común, trivial, un sobre blanco, se convierta en el eje del terror.
Desde la primera línea ese narrador en primera nos va sumergiendo en una atmósfera de inquietud. Construyes el miedo de forma progresiva y sugestiva, comenzando con la duda racional (“pensé en una broma”) y descendiendo poco a poco hacia la locura y lo paranormal.
Si me permites una apreciación totalmente personal quizás lo titularía “Correspondencia mortal” en vez de “Correspondencia póstuma” y a la hora de cerrar, terminaría con ese “AHORA” que me parece totalmente impactante.
Un trabajo redondo, felicidades

Gracias por escribir y compartir,
¡¡Nos leemos!!

Lupa Sívori

23/10/2025 a las 12:13

¡Tremendo! Tiene una voz íntima, honesta y contenida, que logra transmitir el duelo emocional sin caer en el dramatismo. El formato de diario funciona perfecto: muestra el paso del tiempo y cómo la protagonista va sanando, aunque sin soluciones mágicas. El cierre es sereno, coherente con todo el proceso.

Como mejora, se me ocurre que podrías reforzar un poco más la tensión interna entre la resignación y el deseo de volver a Silvia (en el tramo del 9 al 23 de diciembre), para que el conflicto emocional tenga más relieve. También podrías jugar más con los sentidos —olores, sonidos, objetos— para darle más textura a esa soledad cotidiana. ¡Me gustó!

Lupa Sívori

28/10/2025 a las 14:44

@Pableravsky, me encantó ese pequeño cambio. Voy a ver de implementarlo

Codrum

04/11/2025 a las 00:19

¡Qué bonito y que tensión!
He visto pequeños errores de tipeo y me gustaría con más tiempo analizar el uso de los puntos en tu texto. Algunas frases llaman a los dos puntos y tú pusiste punto para que el ritmo fuera más frenético y angustioso. No me gusta nunca que el protagonista en primera persona narre y luego… pero a ti te lo perdono.
¡Buen trabajo!

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *