No sé si también os pasa a vosotros, pero a mí hay escritores que, al leerlos, me dejan sin ganas de escribir. ¿Para qué?, me planteo en esos casos, si ya ha habido otros antes que lo han hecho tan bien… Sin embargo hay otros que, siendo igualmente maestros en el arte de contar historias, me resultan toda una inspiración, impulsan mi creatividad y el deseo de escribir. Uno de ellos es Gabriel García Márquez.
Por eso hoy quiero compartir con vosotros un par de pensamientos de este autor sobre el arte de escribir. Además, aprovecho para recomendar algunos de sus libros (o todos!). Si todavía no habéis leído “La bendita manía de contar“, os lo recomiendo. Un ameno e instructivo libro que recopila la experiencia de García Márquez como coordinador de un taller de cine.
Además, si os interesa la escritura de cuentos, no podéis dejar de leer “Cómo se cuenta un cuento” o “Doce cuentos peregrinos“, de cuyo prólogo he extraído el siguiente fragmento:
“El esfuerzo de escribir un cuento corto es tan intenso como empezar una novela. Pues en el primer párrafo de una novela hay que definir todo: estructura, tono, estilo, ritmo, longitud, y a veces hasta el carácter de algún personaje. Lo demás es el placer de escribir, el más íntimo y solitario que pueda imaginarse, y si uno no se queda corrigiendo el libro por el resto de la vida es porque el mismo rigor de hierro que hace falta para empezarlo se impone para terminarlo. El cuento, en cambio, no tiene principio ni fin: fragua o no fragua. Y si no fragua, la experiencia propia y la ajena enseñan que en la mayoría de las veces es más saludable empezarlo de nuevo por otro camino, o tirarlo a la basura. Alguien que no recuerdo lo dijo bien con una frase de consolación: «Un buen escritor se aprecia mejor por lo que rompe que por lo que publica». Es cierto que no rompí los borradores y las notas, pero hice algo peor: los eché al olvido”.
Hay otra reflexión de este autor que tengo apuntada en algunas de mis libretas aunque ya no recuerdo de dónde la saqué. Se trata de una frase que me ayuda a no perder la perspectiva obsesionándome con la técnica. Porque aunque, como en cualquier otro arte o artesanía, es importante conocer las bases del oficio, el solfeo, siempre hay que dejar margen para la propia intuición si queremos escribir con nuestra propia voz:
“A los escritores intuitivos no nos conviene explorar demasiado los misterios técnicos, pues en este oficio de ciegos no hay nada más peligroso que perder la inocencia”.
Y ahora me voy rápido a escribir !que me han entrado unas ganas locas! Y a vosotros, ¿qué autores os inspiran?
A mi, sin ganas de escribir, me han dejado dos escritores.
Uno, Patrick Rothfuss. Siendo como soy aficionado a la novela fantástica, encontrarte un escritor que te cale es muy difícil entre tanta pseudoliteratura. Al leer “El temor de un hombre sabio”, me di cuenta de que me estaba fastidiando, pues si alguna vez he querido escribir una novela de fantasía, era esta.
Y el otro escritor, escritora más bien, es Susanna Clarke, con su historia de Jonathan Strange y el Señor Norrell. Escribe con un estilo similar al de Jane Austen y Charles Dickens, y con una historia que me resulta muy atractiva. Por separado no me importaría, pero juntos… me da rabia.
Creo que es cierto. Todos llevamos dentro al eterno “corrector” que, en muchas ocasiones, se muestra tan exigente que nos obliga a desestimar o, cuando menos, cambiar palabras, párrafos o incluso capítulos enteros, por no estar nunca satisfecho.
¿Virtud o defecto? Para mí, sin duda, virtud. Es ese ser interior que prejuzga nuestra obra antes de que ésta vea la luz y la acerca, poco a poco, al trabajo bien hecho.
¡¡¡Aludos y adelante!!!
A mí me inspira, aunque no sea muy correcto decirlo en los circuitos literarios, el escritor de terror Stephen King.
Desde que leí su primera novela “IT” ya no he podido parar, y siempre que cojo un libro del autor de Maine, me entran unas ganas terribles de escribir con la soltura como lo hace él en sus historias.
Cierto, Jordi, yo también lo considero una virtud. Detenerse a pulir las frases hasta que estén perfectas, hasta que cada palabra esté en su lugar correspondiente es una de las tareas más duras del escritor, pero marca la diferencia 🙂
En cuanto a Stephen King, Carlos, no eres el único. Conozco a más escritores a los que le resulta inspirador. Y si al leerlo, además de hacernos disfrutar, nos invita a escribir, ¿qué importa lo que piensen en los circuitos literarios? ^^
Un saludo a los dos y gracias por vuestros comentarios!!
Sí, yo también creo que es una virtud 🙂 Aunque hay que evitar que llegue al extremo de la obsesión. Toda virtud llevada al extremo se convierte en perjudicial
Saludos!
A veces una buena forma de saber parar a tiempo es la lectura de lo escrito en voz alta. Cuando suena bien, cuando tiene esa musicalidad que tenemos que perseguir en cada texto, se sabe más por el oído que por la vista ^^
Un saludo y gracias por tu comentario!
En efecto, la literatura es una forma de expresión primitiva que precedió al canto y la música. O al contrario, y entonces el canto y la música precedieron a la literatura. En cualquier caso, también puede contar una historia. En cuanto a Márquez, ha convertido la excelencia en un hábito. Imprescindible.
Verdad Literauta!
Cuando leí en voz alta el cuento escrito en octubre ( que no envié porque lo terminé tarde) lo promero que pensé fue: “menos mal que nomlo mandé” jajajajaj
A me inspiran Cortázar, García Márquez, paul Auster, entre otros
Slds crdls
Jajaja que gran verdad!! Yo no se si es virtud o no. Lo que si se es que a veces llego a fastidiarle a mi misma y mucho. lo de leer en voz alta me parece genial. Lo Hare.
Yo escribo novela erótica y lo que mas me inspira es la novela fantástica que no tiene nada que ver.
¡increible pero cierto! 😉
a mi me inspira por supuesto Don Gabriel Gracia Marquez, todos sus libros me encanta, y otro que he terminado de leer y la verdad me ha encantado y os recomiendo “Propiedad Ajena” de Enrique Berruga.una historia de amores, desencuentros y traiciones desencadenada por la pasion de una mujer indomable.
A mi me inspiro Gabriel gracia marquez creo que es uno de los mejores el me inspiro a escribir y a explorar mis sentimientos y a que puedo hacerlo por mas difícil que se vea hay que tener las ganas
Bueno, yo no creo que eso de revisar todo sea una virtud; porque me revela que soy malisima escribiendo y me deprime jeje. Pero no me pone mal ser mala. Me pone mal arruinar mis buenas ideas con mi mala escritura. Espero poder ser buena en algunos momentos; y no obsesionarme tanto con la corrección de un cuento (que al escribir mal, hay mucho que corregir y de lo que obsesionarse).
Saludos.